El cocodrilo del Orinoco ( Crocodylus intermedius ), mal denominado también caimán del Orinoco, porque se trata de un cocodrilo y no de un caimán, es la única especie de cocodrilo cuya distribución está contenida en una sola cuenca hidrográfica.
El cocodrilo del Orinoco es una de las mayores especies de cocodrilo, ya que puede alcanzar probablemente una longitud máxima de seis metros.Su color puede sufrir variaciones con la edad, habiéndose descrito tres fases:
En todos los casos, los flancos son más claros, con bandas oscuras difusas a los lados de la cola.
Del cocodrilo americano ( Crocodylus acutus ) (con el que le une una especiación simpátrida, coincidiendo en algunas zonas) se diferencia particularmente porque le falta la elevación preorbital, por el hocico más acentuado y más estrecho, porque la sínfisis mandibular se extiende hasta el sexto diente (en C.acutus sólo llega hasta el cuarto o el quinto), así como por las escamas simétricamente dispuestas en los cuartos traseros.
En el pasado sus poblaciones se extendían a lo largo de la cuenca del río Orinoco en Colombia y Venezuela, ocupando principalmente ríos de gran cauce y aguas turbias; sin embargo, hoy en día permanece en la forma de un conjunto de poblaciones pequeñas y aisladas, y ubicadas fundamentalmente en hábitats marginales.Hasta el momento no se ha logrado establecer en forma definitiva la razón por la cual su distribución nunca se extendió a través del brazo Casiquiare, hacia la cuenca del río Amazonas.En Venezuela su distribución anterior era amplia en las tierras bajas de la cuenca del Orinoco, fundamentalmente a lo largo de llanos y sabanas inundables, pero extendiéndose además hacia áreas boscosas del sur del país y hábitats adecuados hacia el piedemonte andino.En la actualidad está restringido a menos de 15 subpoblaciones dispersas en su área de distribución original.Pero de igual manera, existen otros torrentes como los de Cojedes, Apure, Guárico, donde también es muy común encontrar este tipo de animal.
En un recorrido fluvial en más de 3.300 km a lo largo de la cuenca del río Orinoco, realizado por los investigadores Goldshalk y E.Sosa, sólo fueron observados 273 cocodrilos, lo que les llevó a proponer que el tamaño poblacional máximo para la especie no podía ser superior a los 1.000 individuos.Desde entonces, se han realizado censos y estudios de campo en varias localidades, de los cuales se desprende que las principales poblaciones existentes se encuentran localizadas en los ríos Tucupido en Portuguesa, Capanaparo en Apure, Cojedes y Sarare en Cojedes y embalse de Camatagua en Aragua.Los estimados poblacionales conocidos para cada localidad son los siguientes: 107 individuos en el río Tucupido, 200 en el río Cojedes, 150 en el río Sarare, 233 en el río Capanaparo y 68 en el río Caura.Se estima que la población actual en Venezuela sea de unos 1.000 caimanes adultos, repartidos en pequeños grupos; en Colombia se considera que esta especie está prácticamente extinta (quedan menos de 50).
A finales de los años 20 se inició la explotación comercial del cocodrilo del Orinoco, con el propósito de aprovechar su piel y venderla en el mercado peletero internacional.A mediados de los años 30 esta actividad alcanza su máximo nivel, y en San Fernando de Apure, centro del comercio de la especie, se vendían entre 3.000 y 4.000 pieles diarias.Aunque la sobreexplotación de sus poblaciones llevó al colapso a la industria peletera a principio de los años 50, todavía son capturados por cazadores oportunistas.Actualmente, la principal amenaza para la especie es la destrucción del hábitat.La mayor población conocida, ubicada en los ríos Cojedes y Sarare en el Estado Cojedes, está amenazada por el desarrollo de un sistema de canales que forma parte de proyectos para el desarrollo agrícola, y se estima que el hábitat natural remanente puede ser destruido en menos de tres años.En otras zonas, los ríos se encuentran bajo la influencia de actividades mineras, agrícolas e industriales, lo que ha producido la contaminación de sus aguas y la reducción del hábitat utilizable por la especie.Adicionalmente, el saqueo de nidos para extraer los huevos con fines de subsistencia y la venta de caimanes recién nacidos a turistas, son actividades que cobran importancia como factores de riesgo, especialmente si se considera el tamaño reducido de las poblaciones actuales.Por otra parte, algunos caimanes son atrapados accidentalmente en redes de pesca a las que son atraídos por los peces capturados.Si al momento de recoger las redes los cocodrilos aún se encuentran vivos, son generalmente ofrecidos para la venta, pero en caso de que mueran ahogados, son desollados y las pieles vendidas.
Actualmente se realizan varios esfuerzos entre ambos países para conservar y prolongar la existencia de esta especie.En la ciudad de Villavicencio, Departemento del Meta en Colombia, la Universidad Nacional de Colombia tiene la Estación Biológica Roberto Franco.Aquí científicos y académicos investigan sobre esta especie mientras son reproducidos en cautiverio.