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Dodo

Dodo

El dodo o dronte ( Raphus cucullatus ) es una especie extinta de ave columbiforme de la familia Raphidae.

Era un ave no voladora endémica de las islas Mauricio, situadas en el océano Índico.

El dodo, así como otras aves del océano Índico, entre ellas el solitario de Rodríguez y el ibis sagrado de Reunión ( Raphus solitarius ), estaba relacionada con las palomas que habían dejado de volar para volverse terrestres.

La extinción del dodo a finales del siglo XVII, lo ha convertido en el arquetipo de especie extinta por causa de seres humanos.

Descripción

Por su temprana extinción, es difícil tener una descripción precisa del dodo.

Las que hay se basan por un lado en las descripciones y dibujos antiguos, y por otro lado en los esqueletos y restos encontrados, uno de los cuales se preserva hoy en su posible postura natural.

Como adaptación a la vida en la isla, los dodos perdieron la capacidad de vuelo, y con ello sufrieron también una fuerte regresión en la musculatura y de sus ligamentos en el esternón, además de una transformación en el plumaje, que se volvió filamentoso; la cola se acortó extraordinariamente y quedó provista de solo unas pocas plumas arqueadas y fijadas débilmente.

Partiendo de esto, se puede decir que el dodo era un ave de aproximadamente un metro de altura, de plumaje grisáceo y con un peso, que de acuerdo a análisis realizados en 2012, rondaba los 10 kg; sin embargo otras publicaciones estiman un rango de entre 9.5 y 17.5 kg.

Su pico era muy largo (23 cm) y con una punta en forma de garfio que probablemente le permitía romper las cortezas de los cocos.

Sus patas eran amarillas y robustas, con unas cuantas plumas rizadas en su parte de atrás.

Tenía unas alas muy pequeñas, que unidas a su gran peso y un esternón insuficiente para soportarlo le hacían incapaz de volar.

La imagen tradicional del dodo es la de un ave gorda y patosa, de ahí que se le pusiera como primer nombre científico Didus ineptus, pero esta visión ha sido puesta en duda en tiempos recientes.

Hoy en día, la opinión general de los científicos es que los viejos dibujos del dodo retrataban a ejemplares cautivos que habían sido sobrealimentados.

Las crónicas de la época hablan de su gran apetito, lo que seguramente en cautividad y con comida disponible causara su sobrepeso.

Mauricio tiene una estación seca y otra húmeda bien contrastadas, con lo que probablemente al final de la estación húmeda, el dodo, acumulara una buena cantidad de reservas de grasa, que le servirían para la temporada seca, cuando la comida fuera escasa.

Estos animales anidaban en el suelo.

Descubrimiento y extinción

El ser humano llegó a su hábitat en el siglo XVII.

Las primeras noticias que se tuvieron en Europa del ave parecen datar de 1574 ; en 1581 un conquistador español llevó un ejemplar a Europa.

Los descubridores portugueses llamaron "dodo" («estúpido» en el habla coloquial portuguesa) al ave por su torpeza y la facilidad con que podía ser cazada (el dodo evolucionó sin ningún contacto con seres humanos, por lo que no los veía como una amenaza).

También se le ha llamado dronte, una denominación algo más científica.

La llegada del hombre acarreó la propagación de nuevas especies en la isla, incluyendo cerdos, macacos cangrejeros, perros, gatos y ratas, la aparición de nuevas enfermedades y la propia destrucción de los bosques, de los cuales dependía en gran medida la subsistencia del dodo.

Se estima que el saqueo de sus nidos por parte de las nuevas especies tuvo un efecto más devastador que el de la caza.

Como consecuencia se produjo la completa extinción de esta ave un siglo después de la llegada de seres humanos a la isla.

Sir Thomas Herbert, el introductor de la palabra “dodo”, dedicó al animal en 1627 un dramático epitafio:

Tienen un semblante melancólico, como si fueran sensibles a la injusticia de la naturaleza al modelar un cuerpo tan macizo destinado a ser dirigido por alas complementarias ciertamente incapaces de levantarlo del suelo.

El último ejemplar fue visto por última vez en 1662, aunque existe un avistamiento por parte de un esclavo escapado en 1674, y se estima que debió de existir hasta 1690.

Restos e investigaciones recientes

En octubre de 2005, una zona del Mare aux Songes (el yacimiento más importante de restos de dodo) fue excavado por un equipo internacional de investigadores.

Se encontraron muchos restos, incluyendo huesos de aves de diferentes edades, y buena parte del esqueleto de un único individuo.

Antes de esto se disponía de muy pocos restos de dodos, y la mayor parte de lo que se tenía eran huesos aislados, sin tener el conjunto del esqueleto de un único dodo, siendo los esqueletos existentes montajes a partir de huesos de diversa procedencia.

Un huevo de dodo se expone en el museo de East London en Sudáfrica.

Uno de los restos que se han conservado más intactos y los únicos que han conservado algo de tejido blando son los que se exponen en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford ; consistentes en la cabeza y las patas de un mismo individuo.

Los restos del último ejemplar disecado de dodo conocido se mantuvieron en el Museo Ashmolean, pero hacia 1755 el conservador del museo, dado el estado de deterioro, lo desechó.

En junio de 2007, unos aventureros explorando una cueva en las Mauricio encontraron el, hasta el momento, más completo y mejor conservado esqueleto de dodo.

Etimología

La etimología de la palabra "dodo" no está clara.

Sin embargo, existe consenso acerca de que el término probablemente sea peyorativo.

Algunas teorías lo adscriben a la palabra neerlandesa dodoor que significa holgazán.

Otras lo relacionan con la palabra, también neerlandesa, dodaers (culo gordo) que es como se llama al zampullín común en los Países Bajos.

Esta conexión puede estar basada en las plumas similares en su parte trasera o en lo desgarbado de ambos animales.

Sin embargo, se sabe que los neerlandeses también llamaron al dodo como walghvogel ("ave repugnante" o "pavo nauseabundo") en referencia a su sabor.

Este último nombre fue usado por primera vez en el diario del vice-almirante Wybrand van Warwijck que visitó las islas Mauricio en 1598.

Dodo o dodaerse se recoge en el diario del capitán Willem van Westsanen cuatro años más tarde, pero no está claro si fue él, el primero en usar este nombre porque antes que los neerlandeses, los portugueses estuvieron en la isla en 1507, aunque no crearon asentamientos permanentes.

Por eso se considera la posibilidad de que "dodo" provenga de la expresión portuguesa doudo o doido que significa estúpido.

Otra posibilidad que cabe es que dodo sea una aproximación al propio reclamo del ave, que estaba formado por dos sílabas iguales: "doo-doo".

Taxonomía y sistemática

Fue nombrado en un primer momento Didus ineptus por Linnaeus.

En 1606 Cornelis Matelief de Jonge realizó una importante labor de descripción del dodo, y de otros animales y plantas de la isla.

Se piensa que evolutivamente surgió de palomas que migraban entre África y el sudeste asiático, por esto se trataba de una peculiar ave "áptera", ya que la ausencia de depredadores hizo que no desarrollara el sistema muscular para el vuelo.

Era un pariente cercano del solitario de Rodríguez, otra ave de las Mauricio que también se extinguió apenas un siglo después.

Se cree que la paloma de Nicobar es el pariente más cercano todavía vivo.

Alimentación

Según una hipótesis de Stanley Temple, el tambalacoque, también conocido como "árbol dodo", era parte de la alimentación de los dodos, y que solo tras pasar por el tracto digestivo de uno de ellos, sus semillas podían germinar, y que el tambalacoque estaba cercano a la extinción, dada la desaparición del dodo.

Para demostrar su tesis, alimentó a la fuerza a pavos salvajes con 17 frutos de tambalacoque, de los que tres germinaron.

Su teoría tenía ciertos puntos oscuros, como el que no se comprobó como funcionaba la germinación de otras frutas tras ser comidas por pavos, con lo que el efecto demostrado no quedó del todo claro.

Además, Temple, no tomó en cuenta los informes sobre la germinación de las semillas de tamabalacoque de la germinación de otras frutas de A.

W.

Hill en 1941 y de H.

C.

King en 1946, quienes descubrieron que las semillas germinaban sin necesidad de corrosión previa, aunque muy raramente.

El dodo y la cultura

La historia de su descubrimiento y extinción, su extraño aspecto y la idea de que era un pájaro tonto, han convertido al dodo en un referente cultural importante y al que se hace mención desde muchas artes.

El escudo de Mauricio incorpora un dodo rampante.

El dodo ha hecho numerosas apariciones en diversas obras literarias, aunque quizás la más conocida sea en Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll.

Aparece en el capítulo 3 de dicho libro, en donde el dodo organiza una absurda carrera en la que decide que todos han ganado y por tanto, todos deben recibir un premio.

En las novelas de la detective literaria Thursday Next, de Jasper Fforde, los dodos clonados son una mascota habitual, por ejemplo El caso Jane Eyre.

En el libro Animales fantásticos y dónde encontrarlos de J.

K.

Rowling, se dice que el verdadero nombre del animal es "diricawl" y que tiene la habilidad de desaparecer en un estallido de plumas y reaparecer en cualquier otro punto, lo que hace que creamos que está extinto cuando no es así.

En 1938, se creó un looney tune surreal y alocado llamado Yoyo Dodo que protagonizó Porky in Wackyland y desde entonces es conocido como un personaje de dibujos exitoso.

También ha aparecido en televisión y cómics y en películas como es el caso de la película de dibujos animados "La era del hielo", donde los personajes principales se enfrentan a un grupo de pájaros dodo para quitarles una sandía.

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