El guará ( Dusicyon australis ), también llamado zorro-lobo de las Malvinas, zorro o lobo malvinense o zorro antártico, es una especie extinta de cánido endémico de las islas Malvinas, de dimensiones intermedias entre las del lobo y las de un zorro grande.Era el único mamífero terrestre nativo de las Malvinas.
El nombre guará, transcrito por los británicos como warrah, procede del nombre que le dieron los gauchos rioplatenses (algunos de ellos oriundos de la región pampeana y de la Banda Oriental ) que entre los siglos XVIII y XIX se establecieron en las Malvinas, al verlo semejante al aguará guazú.En el idioma guaraní guará o aguará significa cánido silvestre.
El guará medía unos 90 cm de longitud corporal desde el hocico hasta el nacimiento de la cola, que alcanzaba los 30 cm.Poseía un pelaje muy tupido, adaptado a los rigurosos inviernos de las Malvinas, su hábitat exclusivo.El cuello y las patas amarillentas, la garganta y labios blancuzcos, orejas grisáceas —externamente bayas—, la cola semejante a la de un zorro, parduzca en su origen aunque concluyendo en una típica punta blanca (característica compartida con el lobo de crín, aguará guazú o Chrysocyon brachyurus ).
El guará de la Gran Malvina ( Dusicyon australis australis ) era una subespecie algo más pequeña y poseía un pelaje con tonalidad más rojiza.
Según una de las primeras hipótesis (hoy obsoleta), la presencia del guará en las Malvinas derivaba de esporádicos desembarcos de canoeros yámana o manne'ken de la Tierra del Fuego .Estas etnias fueguinas habían logrado domesticar a los culpeos creando el antiguo perro yagán o perro fueguino.
En 2009 un estudio de ADN realizado por un equipo científico dirigido por Graham J.Slater, de la Universidad de California en Los Ángeles, confirmó lo que intuyeron los gauchos argentinos: que el pariente vivo más cercano es en realidad el aguará guazú.El estudio confirmó que ambas especies se separaron hace alrededor de 6,7 millones de años. Los cánidos solo lograron colonizar América del Sur hace unos 3 millones de años, en el evento llamado en paleo zoogeografía el gran intercambio biótico americano, el cual ocurrió cuando los continentes de América del Norte y del Sur se conectaron gracias a la formación del istmo de Panamá.Esto quiere decir que los linajes del lobo de crín y el lobo de las islas Malvinas llegaron desde América del Norte ya distanciados.
Este estudio también encontró que las cuatro muestras del zorro malvinense que se examinaron compartieron un ancestro común hace unos 70 000 años, lo que sugiere que llegaron a las islas Malvinas antes del final de la última edad de hielo, es decir, elimina totalmente la hipótesis de introducción por los nativos (para esa fecha todavía los humanos no habían colonizado América del Sur).
Es probable que estos zorros desciendan de una población que habitó en el continente, y hayan llegado accidentalmente a las Malvinas sobre alguno de los abundantes témpanos de hielo que los, en aquella época, enormes ríos de la Patagonia, arrastraban mar abierto desde los gigantescos glaciares que los formaban.
La población que quedó en el continente se extinguió, quedando en las islas Malvinas la única muestra de su linaje, la cual sobrevivió a las duras condiciones de las islas durante decenas de miles de años, hasta que la cacería propinada por los colonos británicos la eliminó de la faz de la tierra para siempre.Fue persistentemente perseguido y muerto por los ganaderos británicos, hasta su total extinción, pues para ellos este cánido era solo un predador de sus rebaños de ovejas al que había que aniquilar completamente de todo el archipiélago.Aunque ya antes, en los años 1830, los loberos estadounidenses lo depredaban en masa para obtener su excelente piel.Este animal era tan pacífico que con una mano podía ofrecérsele un pedazo de carne para, con la otra mano, matarlo.
El registro histórico más antiguo sobre este animal se dio en el viaje del capitán John Strong en 1690 y era aún bastante común en el tiempo en que Charles Darwin visitó las islas Malvinas en 1833.Sin embargo durante el siglo XIX la población decreció drásticamente.Se cree que el último ejemplar fue abatido en 1876.Unos once especímenes embalsamados se conservan en distintos museos; basados en ellos se hipotetiza que esta especie podría ser clonada e incluso devuelta a su hábitat natural nuevamente.