El radón es un elemento químico perteneciente al grupo de los gases nobles.En su forma gaseosa es incoloro, inodoro e insípido (en forma sólida su color es rojizo).En la tabla periódica tiene el número 86 y símbolo Rn.Su masa media es de 222, lo que implica que por término medio tiene 222-86 = 136 neutrones.Igualmente, en estado neutro le corresponde tener el mismo número de electrones que de protones, esto es, 86.
Es un elemento radiactivo y gaseoso, encuadrado dentro de los llamados gases nobles.
El radón es producto de la desintegración del radio ( 226 Ra), elemento altamente radiactivo, así como del torio de donde viene el nombre de uno de sus isótopos, torón, de vida media de 55 segundos y de número másico 220.El isótopo 219 Rn es producto de la desintegración del actinio, llamado Actinón y tiene una vida media de 4 segundos.Además de todos éstos, el radón tiene 22 isótopos artificiales, producidos por reacciones nucleares por transmutación artificial en ciclotrones y aceleradores lineales.El isótopo más estable es el 222 Rn, también el más abundante, con una vida media de 3,8 días y producto de la desintegración del 226 Ra.Al emitir partículas alfa se convierte en 218 Po.
La emanación del radón del suelo varía con el tipo de suelo y con el contenido de uranio superficial, así que las concentraciones al aire libre del radón se pueden utilizar para seguir masas de aire en un grado limitado.Este hecho ha sido puesto al uso por algunos científicos atmosféricos.
Aunque algunos médicos creyeron una vez que el radón se puede utilizar terapéuticamente, no hay evidencia para esta creencia y el radón no está actualmente en uso médico, por lo menos en el mundo desarrollado.
El sismólogo italiano Gianpaolo Giuliani había anticipado el terremoto que sacudió a Italia el 6 de abril de 2009 y basó sus pronósticos en las concentraciones de gas radón en zonas sísmicamente activas, fue denunciado a la policía por "extender la alarma" y se vio obligado a quitar sus conclusiones de Internet.Un mes antes del terremoto de una magnitud de entre 5,8 y 6,3 en la escala de Richter que habría dejado unas 50.000 personas sin techo, alrededor de 26 ciudades sufrieron daños graves y más de un centenar de muertos, unas furgonetas con altavoces comenzaron a circular por L'Aquila (Italia) pidiendo a sus habitantes que evacuaran sus casas, después de que el sismólogo anticipara que se produciría un gran terremoto.Cuando los medios de comunicación preguntaron sobre la supuesta falla de las autoridades a la hora de salvar a la población antes del terremoto, el director del Instituto Nacional de Geofísica, Enzo Boschi, quitó importancia a las predicciones de Giuliani.
"Cada vez que hay un sismo hay gente que dice que lo ha predicho", afirmó."Por lo que yo sé, nadie predijo este sismo con precisión.No es posible predecir los terremotos".
No obstante, existen varios precedentes de predicción de terremotos donde han sido confirmadas las altas concentraciones de este gas antes de los sismos.Por citar algunos ejemplos: Galicia, España en 1997 y Haicheng en China, en los años setenta, cuya predicción a tiempo salvó miles de vidas.Estos terremotos no fueron predichos basándose únicamente en las concentración del gas, pero éste fue uno de los factores influyentes.
Cuando existe una concentración considerable de radón en el ambiente, este gas penetra a los pulmones por inhalación.Dicha incorporación supone una contaminación radiactiva.
Las partículas alfa emitidas por el Radón son altamente ionizantes, pero tienen poco poder de penetración, tan poco que no son capaces de atravesar la piel o una simple mascarilla.Sin embargo, al ser inhalado el gas, ese escaso poder de penetración se convierte en un problema, ya que las partículas no consiguen escapar del organismo, y depositan toda su energía en él, pudiendo ocasionar lesiones o patologías de muy diversa gravedad según sea la cantidad de radón inhalado.Se ha documentado la aparición de cáncer de pulmón a causa de la exposición prolongada a este elemento. La OMS calcula que el radón causa entre 3% y 14% de los cánceres pulmonares, lo que depende de la concentración promedio de este gas en cada país.