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Argentina

Argentina

La República Argentina, conocida simplemente como Argentina, es un país de Sudamérica, ubicado en el extremo sur y sudeste de dicho subcontinente.

Organizado de modo republicano, representativo y federal, se constituye de 24 entidades, 23 provincias y una ciudad autónoma, Buenos Aires, capital y sede del gobierno federal.

Sus ya más de 40 millones de habitantes promedian índices de desarrollo humano, renta per cápita y calidad de vida de entre los más altos en América Latina.

Según el Banco Mundial, su PIB nominal es el 21.º más importante del mundo, además, según datos del Fondo Monetario Internacional, si se considera el poder adquisitivo su PIB total, se transforma al país en la 23.ª economía del mundo.

Debido a su crecimiento, es uno de los tres estados soberanos latinoamericanos que forma parte del grupo de los 20 países emergentes más industrializados.

En 2010, fue clasificado como nación de ingresos medianos altos o como un mercado emergente, también por el Banco Mundial.

Es reconocida como una potencia regional.

Por sus 2 780 400 km², es el país hispanohablante más extenso del planeta, el segundo más grande de América Latina, cuarto en el continente y octavo en el mundo, si se considera sólo la superficie continental sujeta a soberanía efectiva.

Si se cuentan las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y Aurora (administradas por el Reino Unido pero de soberanía en litigio), más el área antártica reclamada al sur del paralelo 60° S, denominada Antártida Argentina (que incluye a las islas Orcadas del Sur y Shetland del Sur) sobre la cual Argentina reclama soberanía, prolongando su límite meridional hasta el Polo Sur, la superficie se elevaría a 3 761 274 km², convirtiéndose en el séptimo país más extenso del mundo.

Esta reclamación está afectada por lo establecido por el Tratado Antártico, sin que su firma constituya una renuncia.

Su territorio continental americano, que abarca gran parte del Cono Sur, limita al norte con Bolivia y Paraguay, al nordeste con Brasil, al este con Uruguay y el océano Atlántico, al oeste con Chile y, siempre en su sector americano, al sur con Chile y las aguas atlánticas del pasaje de Drake.

Los primeros registros de pobladores en el actual territorio argentino se remontan al período Paleolítico.

La colonización española comenzó en 1512.

Argentina surgió como el estado sucesor del Virreinato del Río de la Plata, una entidad del Imperio español fundada en 1776.

El 25 de mayo de 1810 alcanzó la independencia de facto cuando fue depuesto el último virrey español que gobernó desde Buenos Aires, organizándose la Primera Junta de gobierno.

El 9 de julio de 1816 la independencia fue proclamada de manera formal en San Miguel de Tucumán.

Durante gran parte del siglo XIX, Argentina estuvo sometida a una serie de guerras civiles, que concluyeron en la reorganización del país como una federación de provincias, con Buenos Aires como capital.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, mientras olas masivas de inmigración europea reformaban radicalmente su perspectiva cultural y demográfica, Argentina disfrutó de un aumento históricamente casi sin paralelo en prosperidad: a inicios del siglo XX, Argentina se ubicó como el séptimo estado nacional más rico y desarrollado del mundo.

Sin embargo, después de 1930, y a pesar de mantenerse hasta mediados de siglo entre los quince países más ricos del mundo, sufrió una serie de golpes de Estado, restableciéndose la democracia en 1983, y una crisis económica, durante fines de los años 1990 y principios de los 2000, siendo actualmente un país en vías de desarrollo.

Toponimia

El nombre oficial del país es «República Argentina».

Por elipsis del sustantivo, suele decirse correctamente «la Argentina».

Sin embargo, está muy extendido el uso sin el artículo.

El nombre «Argentina» proviene del latín argentum (‘ plata ’) y está asociado a la leyenda de la Sierra de la Plata, común entre los primeros exploradores europeos de la región, tanto españoles como portugueses.

Fueron estos quienes denominaron Rio da Prata (‘ Río de la Plata ’) al gran estuario descubierto por la expedición portuguesa de 1502 en la que participaba Américo Vespucio, y al que luego llegó Juan Díaz de Solís en 1516, llamándolo Mar Dulce.

El nombre se menciona por primera vez en el poema publicado en 1602 por el español Martín del Barco Centenera titulado La Argentina y conquista del Río de la Plata, en el que se describe la región del Río de la Plata como también la fundación de la ciudad de Buenos Aires.

El topónimo aparece ratificado al publicarse en 1612 la obra La Argentina manuscrita, del criollo asunceno Ruy Díaz de Guzmán, obra de historia en la que, en medio de un relato épico, se hace una descripción de la región.

A finales del siglo XVIII, la palabra era de uso común para denominar todo lo relacionado con el Río de la Plata, su cuenca, su territorio y sus pobladores, pero el virreinato creado en 1776, antecedente inmediato del país independizado en 1816, llevó el nombre de « Virreinato del Río de la Plata ».

La Primera Junta de Gobierno utilizó el nombre de Provincias Unidas del Río de la Plata, que fue también empleado por los gobiernos que le sucedieron hasta que, en 1816, el Congreso de Tucumán proclamó la independencia de las Provincias Unidas en Sud América, nombre que mantuvo en la Constitución de 1819.

Oficialmente, se utilizó por primera vez la denominación República Argentina en la Constitución de 1826.

Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas (1835-1852) se utilizaron, entre otros, los nombres de Confederación Argentina, República de la Confederación Argentina, y Federación Argentina.

La Constitución Argentina de 1853 se sancionó en nombre del pueblo de la Confederación Argentina, pero al incorporarse el Estado de Buenos Aires, en 1860 se cambió por Nación Argentina y se incorporó el artículo 35:

Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata; República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del Gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras «Nación Argentina» en la formación y sanción de las leyes.

El 8 de octubre de 1860, en la ciudad de Paraná, entonces capital de la Confederación Argentina, el presidente Santiago Derqui decretó que:

siendo conveniente a este respecto establecer la uniformidad en los actos administrativos, el Gobierno ha venido a acordar que para todos estos actos se use la denominación República Argentina.

El nombre fue confirmado definitivamente en 1862 por Bartolomé Mitre, primer presidente del país reunificado, al utilizar el título de presidente de la Nación Argentina.

Historia

Prehistoria

Los primeros pobladores del actual territorio argentino se remontan al paleolítico (según hallazgos en Piedra Museo, provincia de Santa Cruz).

Entre los pueblos indígenas, los cazadores y recolectores habitaban la Patagonia, la Pampa y el Chaco; y los agricultores estaban instalados en el noroeste, Cuyo, las Sierras de Córdoba y, más tarde, en la Mesopotamia argentina.

Tastil, en el noroeste, fue la ciudad precolombina más grande ubicada en el actual territorio argentino, con una población de 2000 habitantes.

Así los primeros rastros de la vida humana en el territorio que luego será Argentina datan del periodo Paleolítico, con nuevas huellas en el Mesolítico y en el Neolítico.

Hasta el período de la colonización europea Argentina fue relativamente escasamente poblada por un gran número de diversas culturas con diferentes organizaciones sociales, que se pueden dividir en tres grupos principales:

En los siglos XIV y XV, el Imperio incaico conquistó parte de las actuales provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, el extremo oeste de la provincia de Tucumán, parte oeste de las provincias de La Rioja y San Juan, el noroeste de la provincia de Mendoza y, probablemente, el norte de la de Santiago del Estero, incorporando sus territorios al Collasuyo, que era la parte sur del Tahuantinsuyo o regiones de tal imperio.

Tradicionalmente, se atribuye la conquista al monarca inca Túpac Yupanqui.

Varios señoríos de la región, como los omaguacas, los likanantai (atacamas), los huarpes, los diaguitas y otros, intentaron resistir, pero los incas lograron dominarlos, trasladando a sus territorios a los mitimaes o colonos deportados de las tribus de los chichas, que habitaban en lo que es el suroeste del actual territorio boliviano.

Otros, como los sanavirones, los lule - tonocoté y los henia-kâmîare (popularmente llamados «comechingones»), resistieron con éxito la invasión incaica y se mantuvieron como señoríos independientes.

Conquista española

El fuerte de Sancti Spiritu fue el primer asentamiento español, instalado en 1527 a orillas del río Paraná, a 40 km al norte de la actual ciudad de Rosario.

La primera exploración del noroeste y centro del país fue la entrada de Diego de Rojas en 1543.

Las ciudades de Santiago del Estero (1553), Córdoba (1573) y Buenos Aires (1536/1580) fueron las bases del establecimiento colonial que se impuso en la mitad norte del actual territorio argentino, sujeto a la autoridad de la Corona Española (la Gobernación del Río de la Plata).

A partir de la progresiva mixogénesis (mestizaje) y teniendo como una de sus bases económicas fundamentales la caza de vacunos salvajes (vaquerías), surge ya claramente a partir del siglo XVII una población que resultaría paradigmática y luego decisiva en la gesta independentista: la de los gauchos.

En el siglo XVII se establecieron las misiones jesuíticas guaraníes.

Fueron pueblos misionales fundados por la Compañía de Jesús entre los guaraníes y pueblos afines, que tenían como fin evangelizar a los indígenas de las actuales provincias de Misiones, Corrientes, y parte del Paraguay.

Cumplieron con éxito su tarea, hasta que en el año 1768, el rey español Carlos III ordenó expulsar a los jesuitas.

Durante la mayor parte del período colonial, el territorio argentino fue parte del Virreinato del Perú, hasta que en 1776, durante el reinado de Carlos III de España, se dividió; estableciéndose el Virreinato del Río de la Plata.

La ciudad de Buenos Aires fue designada como su capital por su creciente importancia como centro comercial, y con la idea de resistir mejor a un eventual ataque portugués, así como también para tener un acceso más fácil a España a través de la navegación atlántica.

En 1780 se produjo un gran levantamiento indígena con epicentro en el Cuzco, dirigido por el inca Túpac Amaru II, que abarcó desde el actual territorio argentino hasta el actual territorio colombiano.

Hasta mediados del siglo XIX, gran parte de la Patagonia y las pampas permanecieron bajo el control de diferentes pueblos indígenas: principalmente, chonks también llamados según variantes de dialecto tsonks y luego mucho más tardíamente los mapuches (los mapuches fueron llamados hasta épocas recientes como «araucanos») en la Patagonia y ranqueles en la llanura pampeana hasta el último cuarto del siglo XIX.

Asimismo, los territorios de gran parte de la región chaqueña no fueron colonizados por los europeos (aunque en plena región naturalmente chaqueña con un mix de influencias españolas e influencias andidas fue fundada la primera ciudad de origen europeo permanente en Argentina: Santiago del Estero), sino que permanecieron habitados por pueblos autóctonos como los qoms (se pronuncia prácticamente como koms nunca con una «u»), moqoits (mocovís o, mocovíes), pilagás y wichis hasta principios del siglo XX.

La Independencia

Hacia 1806 y 1807 tuvieron lugar las Invasiones Inglesas en que Santiago de Liniers lideró a las tropas que expulsaron a las fuerzas británicas.

La primera fue al mando de tropas de la Banda Oriental y la segunda fue dirigiendo tropas del Regimiento Fijo de Buenos Aires y batallones milicianos formados por numerosos criollos, tanto porteños como provenientes del Interior (principalmente, de Asunción del Paraguay y de Córdoba), indígenas y hasta esclavos negros.

La voluntad popular precipitó la destitución del virrey Rafael de Sobremonte para, a continuación, elegir como virrey a Santiago de Liniers, convertido en héroe de la Reconquista y la Defensa.

Los principales líderes de estas milicias se convirtieron rápidamente en una nueva élite de poder en la ciudad de Buenos Aires, ingresando como miembros del Cabildo, hasta entonces formado exclusivamente por españoles.

Aunque Liniers aún gobernaba en nombre de España, la destitución de un virrey por presión popular era un hecho inédito en la historia de América.

Tanto este hecho como la derrota de los ejércitos británicos, dieron un gran prestigio a Buenos Aires, que ganó un carácter de « Hermana mayor » ante las demás provincias.

En mayo del año 1810 el pueblo de Buenos Aires inició la Revolución de Mayo, que derrocó y expulsó al Virrey Cisneros, eligiendo en su lugar una junta de gobierno integrada mayoritariamente por criollos que dio origen a la prolongada Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata contra España (1810-1824).

El 29 de junio de 1815 cuando ya casi todo el territorio argentino estaba liberado por los patriotas al mando de Belgrano y otros jefes patriotas, el patriota oriental José Gervasio Artigas que propugnaba tempranamente un sistema federal de gobierno para todas las Provincias Unidas del Río de la Plata (de las cuales Argentina es su continuidad jurídica e histórica), siendo proclamado Protector de la liga de provincias argentinas llamada Unión de los Pueblos Libres, llamó a un protocongreso de la independencia nacional en el denominado Congreso de Oriente realizado en la capital de hecho o fáctica que entonces poseía la Provincia de Entre Ríos: la villa de Arroyo de la China oficialmente llamada Concepción del Uruguay.

El 9 de julio de 1816, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, un congreso de diputados de las provincias del noroeste y centro-oeste del país y de la de Buenos Aires, junto con algunos diputados exiliados del Alto Perú, proclamó la independencia de las Provincias Unidas en Sud América, utilizando la siguiente fórmula:

recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli

Al ser jurada el 21 de julio de 1816 y para disipar rumores sobre una intención de someterse a Portugal, se retocó en una sesión secreta el acta aprobada el 9 de julio y se usó en la fórmula de juramento la siguiente frase:

independencia del rey de España Fernando VII, sus sucesores y metrópoli y toda otra dominación extranjera.

Las provincias del Litoral argentino y la Provincia Oriental (unidas en la Liga Federal bajo el protectorado de José Gervasio Artigas), que habían declarado la independencia de España en 1815 en Concepción del Uruguay, el Paraguay (ya independiente) y la mayor parte del Alto Perú (bajo gobierno español), que integraron también el virreinato, no estuvieron representadas.

En varios puntos de Sudamérica los nuevos gobiernos debieron enfrentar la resistencia contrarrevolucionaria de los ejércitos realistas, que intentaban restaurar la autoridad de la monarquía española en la región.

Comenzaron las guerras por la independencia.

Algunos de los principales comandantes fueron Manuel Belgrano (al mando del Ejército del Norte), José de San Martín (creador del Ejército de los Andes) y Martín Miguel de Güemes.

El Estado argentino considera a San Martín como el mayor héroe militar de su independencia y lo honra con el título de «Padre de la Patria».

Fue, junto a Simón Bolívar, responsable de las gestas libertadoras que finalizaron la presencia española en el continente.

La formación del Estado federal

Las primeras décadas como país independiente fueron conflictivas: aún cuando no habían acabado las guerras de la Independencia surgieron fuertes conflictos ante la hegemonía de los unitarios, a la cual se opuso el federalismo propugnado por el oriental José Gervasio Artigas ―también héroe de la Independencia argentina― quien llegó a constituir una liga de provincias argentinas federales.

Las luchas entre unitarios y federales condujeron a la Argentina a una larga serie de sangrientas guerras civiles entre facciones, caudillos, y provincias (1820-1861); también, la ocupación lusobrasileña de la Provincia Oriental desencadenó una Guerra contra el Imperio del Brasil (1825-1828).

Respecto del territorio, en 1826, mientras Argentina se encontraba en guerra contra el Brasil la provincia de Tarija fue incorporada a Bolivia y ―como resultado de la Convención Preliminar de Paz, que intentaba poner fin a la guerra con el Brasil― en 1828 la Provincia Oriental fue declarada independiente, adoptando el nombre de Estado Oriental del Uruguay.

Entre 1820 y 1852 —excepto un breve intervalo entre 1825 y 1827— el país careció de un gobierno nacional, asumiendo las provincias la plenitud del gobierno en el ámbito de sus respectivos territorios.

Sin embargo, en 1829 Juan Manuel de Rosas, porteño de tendencia federal, asumió el gobierno de la provincia de Buenos Aires con «facultades extraordinarias», conservando la representación externa de las demás provincias.

En esa etapa, Rosas gobernó con mano de hierro la Confederación Argentina, y combatió los levantamientos de los unitarios.

Afrontó con éxito un un bloqueo naval francés, y luego, en 1845 el bloqueo naval de una alianza anglo-francesa.

También mantuvo conflictos bélicos contra la Confederación Perú-Boliviana, y contra el llamado Gobierno de la Defensa de Montevideo (colorado) al apoyar la Confederación Argentina a los nacionales uruguayos.

La organización constitucional

En 1852, Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros por el Ejército Grande, una alianza entre las provincias de Entre Ríos y Corrientes, las tropas coloradas de Uruguay y otras de Brasil.

La alianza fue encabezada por el federal antirrosista Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, quien asumió la presidencia provisional.

Este período duró hasta la sanción de una Constitución en 1853, el primer antecedente de la constitución argentina actual, que adoptó un régimen federal; pero esta fue rechazada por parte de la provincia de Buenos Aires, que se separó de la Confederación Argentina, debido a lo cual esta debió establecer su capital en la ciudad de Paraná.

En 1859, la Confederación trata de anexarla por medios bélicos, derrotándola en la batalla de Cepeda, pero sin lograr la re unificación del país.

En la batalla de Pavón (1861), las provincias confederadas se rindieron ante las tropas porteñas al mando de Bartolomé Mitre, tras lo cual se puso fin a la existencia de dos estados separados y Mitre asumió la presidencia de la nación unificada.

En 1865, Argentina se vio involucrada en la Guerra de la Triple Alianza con el Paraguay, al ocupar este país la ciudad de Corrientes, después de que Mitre negara el paso de tropas paraguayas por territorio argentino en dirección a Brasil y Uruguay.

Como consecuencia de estas acciones, se firmó el Tratado de la Triple Alianza entre Argentina, Uruguay y el Imperio de Brasil.

Fue un conflicto impopular en la Argentina, y las tropas que se enviaron fueron escasas.

Paraguay resultaría finalmente derrotado en 1870, quedando totalmente devastado y muriendo una gran parte de su población masculina.

Para Argentina, el final de la contienda significó territorialmente la consolidación de los límites en el noreste, ya que se fijó la frontera en los ríos Pilcomayo, Paraguay y Paraná, y se aceptó someter a arbitraje el área al norte del río Pilcomayo hasta el río Verde.

Mitre también combatió brutalmente los levantamientos de los caudillos provinciales en el interior del país.

Gobiernos conservadores y sanción del sufragio secreto

Durante este período predominó el Partido Autonomista Nacional (PAN) que monopolizó el poder sobre la base de elecciones fraudulentas, propiciado por el sistema del voto cantado y durante 25 años, la figura excluyente fue el general Julio Argentino Roca.

Entre 1878 y 1884 se produjo la llamada Conquista del Desierto impulsada por Julio A.

Roca, que consistió en una serie de incursiones militares a los territorios pampeanos y patagónicos dominados por los pueblos originarios, con el objeto de dar por término a sus constantes ataques a las estancias y poblados y, al mismo tiempo, incorporar a los esquemas productivos los territorios conquistados, repartiéndolos entre los miembros de la Sociedad Rural, notables financiadores de dicha expedición.

No es de extrañar que, en una época donde todavía había esclavitud en Sudamérica, y donde erradas reinterpretaciones de las teorías de Darwin dieron paso al darwinismo social, a los indios se los tratara como seres inferiores, sin los mismos derechos que los criollos o los europeos, al igual que ocurría en casi todos los rincones del globo con otros pueblos originarios.

El éxito obtenido en el sur propició una acción militar semejante en el norte, en la región del Gran Chaco, campaña que se efectuó en 1884, destinada a someter a los indígenas de la misma manera, y ocupar plenamente el territorio.

La llamada República Conservadora organizó un exitoso y moderno modelo agroexportador basado en la llamada división internacional del trabajo, orientado a la producción de carne y granos con destino al mercado europeo, este modelo económico generó una fuerte concentración de la riqueza en pocas manos y la exclusión, hacinamiento y segregación de la clase trabajadora.

La economía alcanzó altos niveles de crecimiento que atrajeron una gran corriente inmigratoria principalmente constituida por millones de italianos y españoles seguidos de europeos orientales y mediterráneos cercano orientales.

La población argentina, que representaba el 0,13 % de la población mundial en 1869, pasaría a representar el 0,55 % en 1930, proporción en la que, aproximadamente, se estabilizaría desde entonces.

El país fue conocido en esa época como el granero del mundo.

La prosperidad de la economía impulsó el crecimiento de la incipiente clase media.

La inmigración europea también trajo ideas políticas nuevas como el socialismo y el anarquismo, y la creación de los sindicatos.

Surgen partidos políticos modernos como la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Socialista (PS).

Entre los presidentes más influyentes del período pueden citarse a Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) y Julio Argentino Roca (1880-1886 y 1898-1904).

Después de más de dos décadas de conflictos políticos y sociales, fraudes electorales, y graves actos de represión, se sancionó la Ley Sáenz Peña estableciendo el sufragio secreto, obligatorio y universal para votantes masculinos en 1912.

En la primera elección presidencial con sufragio secreto, los conservadores fueron desplazados del poder por los radicales, asumiendo Hipólito Yrigoyen (1916-1922 y 1928-1930) la presidencia del gobierno.

Durante su primer gobierno se inició el movimiento estudiantil conocido como la reforma universitaria, que se extendió por toda América Latina.

Entre ambos gobiernos de Yrigoyen fue elegido presidente el también radical Marcelo T.

de Alvear (1922-1928).

Alternancia de golpes de estado y regímenes democráticos

El 6 de septiembre de 1930 se produjo el primero de una serie de golpes de Estado en Argentina que llevó al poder a los militares para establecer un gobierno de facto, después de derrocar a Hipólito Yrigoyen.

Este golpe de Estado inició la Década Infame.

El modelo agroexportador argentino entró en crisis por el cierre de los mercados internacionales.

El país impulsó un proceso de sustitución de importaciones que desarrolló un amplio sector industrial.

La Década Infame finalizó con la Revolución del 43, un segundo golpe de Estado.

A pesar de la presión internacional, la Argentina se mantuvo neutral durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial, uniéndose a los Aliados el 27 de marzo de 1945, durante el gobierno del general Edelmiro Farrell, poco antes de la terminación de la Guerra.

En 1946 fue electo presidente Juan Domingo Perón con apoyo de los sindicatos organizados en el Partido Laborista.

Perón, acompañado por su esposa Evita, encabezó un nuevo movimiento que puso el acento en la justicia social, la soberanía política y la independencia económica.

Bajo su gobierno se estableció el sufragio femenino en 1947, la igualdad de hombres y mujeres en el derecho familiar, la igualdad de los hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio, la gratuidad de la enseñanza universitaria, se erradicó el paludismo, etc.

A través de la Fundación Eva Perón, Evita desarrolló una ayuda social sin precedentes en el país, brindando apoyo económico a los sectores más vulnerables.

También se nacionalizaron los ferrocarriles y el comercio exterior, y se generó un fuerte proceso de industrialización, promoviendo la industria pesada.

En 1951 Perón fue reelegido para un nuevo período presidencial con el 62,5 % de los votos.

En 1952 murió Evita.

Casi 60 años después, sería declarada la Mujer del Bicentenario, como el símbolo del protagonismo de la mujer en la historia argentina.

El peronismo contó con una amplia adhesión de la población, pero también con un fuerte rechazo de los sectores opositores, polarizándose la sociedad argentina en peronistas y antiperonistas.

Su política perjudicó a los intereses británicos, dominantes hasta entonces en la economía, que apoyaron a los opositores.

El inicio de un conflicto con la iglesia católica debilitó la lealtad al gobierno de vastos sectores y unificó a la oposición.

En un supuesto intento de asesinar a Perón, el 16 de junio de 1955 a mediodía, unos treinta aviones de la Armada y de la Fuerza Aérea bombardearon y ametrallaron a la población de Buenos Aires en la Plaza de Mayo y otros lugares.

Este ataque produjo un número de víctimas civiles cuyas cifras rondan los 355 muertos y 600 heridos.

En septiembre, Perón fue derrocado por un nuevo golpe autodenominado Revolución Libertadora, que proscribió al peronismo, muchos de cuyos partidarios fueron encarcelados o fusilados, lo que le valió al golpismo el mote de «revolución fusiladora».

Perón se exilió hasta la recuperación de la democracia en 1973.

Desde la proscripción, el peronismo continuará teniendo influencia en la política argentina de esos años.

En 1958, asumió como presidente Arturo Frondizi (UCRI), que fue derrocado por un nuevo golpe militar en 1962.

El golpe esta vez tuvo la particularidad de que el poder fue asumido por el civil José María Guido, nombrado presidente por la Corte Suprema de Justicia ese mismo día tras el derrocamiento y arresto de Frondizi, alegando para su nombramiento un vacío de poder.

A pesar de que formalmente Guido ejercía la presidencia, el verdadero poder material residía en la esfera militar.

Durante su mandato se agudizaron los enfrentamientos entre dos facciones del Ejército Argentino, conocidas como Azules y Colorados, llegándose a enfrentamientos armados.

La victoria del sector «azul» permitió al general Juan Carlos Onganía reunificar al Ejército.

Con el peronismo todavía proscripto y el expresidente Frondizi detenido, en 1963 fue elegido como mandatario Arturo Umberto Illia (UCRP), quien también sería depuesto por un golpe militar en 1966, que llevaría al gobierno a Onganía.

Su dictadura, la primera de las tres que conformaron la autodenominada Revolución Argentina (1966-1973), provocó el crecimiento de la violencia política, siendo el Cordobazo uno de los acontecimientos más destacados.

Acorralada por la insurrección popular, la dictadura organizó una salida electoral con participación del peronismo (aunque impidiendo la candidatura de Perón).

En 1973 el peronismo fue legalizado y triunfó en las elecciones presidenciales.

Tras la renuncia del presidente Héctor José Cámpora, Juan Domingo Perón fue elegido presidente por tercera vez, pero moriría menos de un año después.

Lo sucedió su vicepresidenta y tercera esposa, María Estela Martínez de Perón, cuyo gobierno se caracterizó por un acelerado deterioro de la situación interna, producto de la crisis del petróleo de 1973 y la generalizada violencia política.

El 24 de marzo de 1976 se produjo un nuevo golpe militar, autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, que duraría casi ocho años.

Durante el mismo se implantó un régimen de terrorismo de estado que llevó a cabo un plan sistemático de secuestro y tortura de personas, causando una gran cantidad de desaparecidos.

Como respuesta se formaron organizaciones de derechos humanos, como las Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas de Plaza de Mayo, que desempeñarán un rol crucial en el «juicio y castigo a los culpables» y en la recuperación de los bebés secuestrados cuya identidad había sido suprimida.

Durante esta etapa, hubo un importante aumento de la deuda externa nacional, que condicionará a los siguientes gobiernos, y se dio carácter especulativo al sistema financiero.

En 1978, se produjo una grave crisis con Chile por los límites en la zona del canal Beagle, que llevó a ambos países al borde de la guerra.

En el año 1982 se desarrolló la Guerra de las Malvinas con el Reino Unido; la derrota argentina fue uno de los factores que llevó al colapso del régimen militar y el llamado a elecciones generales para el año siguiente.

Recuperación de la democracia

Luego de la elección del 30 de octubre, los poderes democráticos fueron restablecidos el 10 de diciembre de 1983.

El nuevo presidente fue Raúl Alfonsín, de la Unión Cívica Radical.

En 1984, tras una consulta popular, se puso fin a la disputa limítrofe austral con Chile mediante un tratado en el cual quedan las islas de la mitad norte del canal Beagle a la Argentina y todas las de la mitad sur hasta el cabo de Hornos a Chile, otorgándose derechos de navegación a ambos países en casi toda la zona; concedió a Argentina la mayor parte del territorio marino en disputa.

Alfonsín tomó medidas para investigar los crímenes de lesa humanidad de la dictadura, estableció el control civil de las Fuerzas Armadas y consolidó las instituciones.

En el juicio a las Juntas los miembros de las tres primeras juntas militares fueron procesados; algunos, condenados, aunque también bajo su mandato y por presión militar comenzaron a sancionarse las leyes de impunidad.

Después de las elecciones presidenciales de 1989 y afectada la gobernabilidad del país por un proceso hiperinflacionario, Alfonsín se vio obligado a renunciar para hacer la entrega del mando con seis meses de anticipación.

Su sucesor, Carlos Menem (del Partido Justicialista), sancionó la Ley de Convertibilidad del Austral en 1991 que detuvo la inflación y adoptó una política económica neoliberal, basada en una ola de privatizaciones de los bienes públicos, reducción de aranceles a los productos importados y desregulación de los mercados.

Estas medidas contribuyeron a aumentar la inversión, las exportaciones y el crecimiento con precios estables.

Pero abrieron un proceso de desindustrialización ante la imposibilidad de competencia de la debilitada industria argentina, hicieron a la economía más vulnerable a las crisis internacionales, y aumentaron el desempleo, la pobreza y la precariedad laboral.

La disputa limítrofe entre Chile y la Argentina por la zona del Lago del Desierto en Santa Cruz, fue resuelta el 21 de octubre de 1994 por el fallo de un tribunal arbitral que sentenció en favor de la argumentación argentina en una zona de 481 kilómetros cuadrados que se hallaba en disputa, convalidada el 13 de octubre de 1995 cuando el mismo tribunal rechazó el pedido de reconsideración por parte de Chile.

La crisis financiera asiática de 1997 y la brasileña de 1998 precipitaron la salida de capitales, abriendo camino a la mayor recesión de la historia argentina que duraría cuatro años.

Crisis económica, política y social de fines de 2001

En diciembre de 1999 asumió la presidencia Fernando de la Rúa de la Unión Cívica Radical, que por entonces formaba parte de La Alianza.

Sus medidas para reducir el déficit y la deuda, se basaron en el recorte del gasto público, siguiendo las indicaciones del FMI.

En 2001, ante la fuga masiva de capitales, el gobierno designó al exministro del presidente Menem, Domingo Cavallo en Economía, quien dispuso la congelación de los depósitos bancarios (medida conocida como el corralito), que culminó en una crisis social generalizada que llevó a la renuncia del Presidente el 20 de diciembre de 2001.

Durante dos semanas de incertidumbre se sucedieron varios presidentes, entre ellos el breve gobierno de Adolfo Rodríguez Saá, durante el cual el país entró en default al declarar la moratoria de la deuda externa.

El 2 de enero de 2002 la Asamblea Legislativa eligió a Eduardo Duhalde, del Partido Justicialista, como presidente provisional.

Su gobierno devaluó el peso un 200 % dando fin al régimen de convertibilidad.

El país comenzó a poner en práctica una nueva política de industrialización por sustitución de importaciones, aumento de exportaciones y superávit fiscal.

Hacia finales de 2002, la economía empezó a estabilizarse.

En este período la pobreza trepó al 56 % de la población y la desocupación al 26 %, estableciéndose los subsidios llamados Plan de Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, que alcanzó un pico de 2 millones de planes en mayo de 2003.

En 2003 fue elegido presidente Néstor Kirchner por el Frente para la Victoria (con raíces en el Partido Justicialista).

Durante su presidencia se impulsó la integración de una Corte Suprema independiente y la anulación de las leyes de impunidad que permitió la reapertura de los juicios por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura.

En política internacional se impulsó la desarticulación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

En economía se decidió el desendeudamiento del FMI y una reestructuración de la deuda externa con una fuerte quita, la nacionalización de algunas empresas y se registró un aumento considerable del PIB, además de una disminución del desempleo, basada en parte en la creación de puestos de trabajo genuinos arrastrados por la reactivación del sector agropecuario, los complejos agroindustrial, metalúrgico, petroquímico y la construcción; al tiempo que comienza a aumentar la inflación, en un marco de negociaciones colectivas salariales anuales con sindicatos bien organizados y una fuerte puja distributiva.

En la política social fueron disminuyendo progresivamente los subsidios y planes sociales creados en 2002, a la vez que aumentó la cobertura universal de seguridad social.

Actualidad

El 28 de octubre de 2007 ganó, con un 45 %, las elecciones presidenciales Cristina Fernández de Kirchner, la primera mujer elegida por el voto popular para ese cargo en el país.

Su compañero de fórmula fue el radical Julio Cobos.

Algunas de la medidas de su primer gobierno fueron la constitución de la UNASUR, cuyo primer presidente fue Néstor Kirchner, la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la reestatización de los fondos previsionales privatizados durante el gobierno de Menem, bajo la forma de AFJPs, la creación de la Asignación Universal por Hijo, la nacionalización de Aerolíneas Argentinas, la derogación de la ley de medios de la dictadura de Videla y la sanción de una nueva ley de medios audiovisuales, y la aprobación de la ley de matrimonio igualitario.

Durante este período tuvo lugar un extenso paro patronal agropecuario, apoyado por manifestaciones masivas, como protesta contra la decisión de aumentar las retenciones móviles a la exportación de soja (soya) y girasol.

En este período confrontó con el multimedio Clarín a fin de declarar la inconstitucionalidad de la nueva ley antimonopólica.

En las elecciones presidenciales del 23 de octubre de 2011 Cristina Fernández de Kirchner fue reelegida para un segundo mandato de cuatro años, superando el 54 % de los votos.

Su compañero de fórmula fue Amado Boudou.

En este segundo mandato se reestatizó el 51 % de las acciones de la privatizada petrolera YPF, se impulsó la sanción de la ley de identidad de género y se confirmó la constitucionalidad de la Ley de Servicios Audiovisuales.

Durante este período tuvieron lugar también grandes manifestaciones callejeras opositoras convocadas por redes sociales electrónicas, como el llamado 8N.

Según datos del Banco Mundial, América Latina y dentro de ella Argentina han transformado su estructura social en la primera década del siglo XXI, produciendo una reducción de la pobreza y un aumento de las clases medias.

Para la Argentina, el Banco Mundial estableció que entre 2003 y 2009, la clase media se duplicó pasando de 9,3 millones a los 18,6 millones (equivalentes al 45 % de la población).

Gobierno y política

La Constitución de 1853 estableció un sistema de gobierno representativo, republicano y federal, que ha sido mantenido por todas las reformas constitucionales realizadas desde entonces.

La Argentina se formó por la unión federativa de las provincias que surgieron después de la disolución del Virreinato del Río de la Plata y por la incorporación de las que se fueron constituyendo a partir de los Territorios Nacionales.

Las provincias son autónomas, lo cual está explicitado en el artículo 121 de la Constitución Nacional:

Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación.

La Constitución vigente en la actualidad es la que resulta del texto establecido por la Convención Constituyente de 1994.

Las autoridades del gobierno federal tienen su sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que es actualmente la Capital de la República o Capital de Nación, denominaciones utilizadas en la Constitución Nacional y en las leyes, pero llamada de manera no formal Capital Federal.

Poder Ejecutivo

El poder ejecutivo es desempeñado por un ciudadano con el título de Presidente de la Nación Argentina, el cual es elegido por sufragio directo en doble vuelta junto con el candidato a vicepresidente.

La segunda vuelta electoral se realiza entre las dos opciones más votadas si en la primera ninguna hubiera obtenido más del 45 % de los votos válidos o, si habiendo obtenido la opción más votada entre el 40 % y el 45 %, existiera una diferencia con la segunda opción menor al 10 %.

El presidente y el vicepresidente duran cuatro años en sus mandatos y pueden ser reelegidos inmediatamente por un mandato más.

El gabinete de ministros del presidente de la Nación es dirigido por el Jefe de Gabinete de ministros, quien se encuentra a cargo de la administración del país y es responsable ante el Congreso.

Poder Legislativo

El poder legislativo es ejercido por el Congreso de la Nación Argentina, integrado por dos cámaras.

La Cámara de Diputados reúne a los representantes directos de la población.

Son elegidos por el sistema de representación proporcional (sistema D'Hondt), duran cuatro años en su mandato y se renuevan por mitades cada dos años, pudiendo ser reelegidos indefinidamente.

Son electos tomando como distrito único cada provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se vota, por una lista de todos los candidatos de cada partido político o alianza electoral, a los puestos que cada distrito ponga en disputa en esa elección.

En 2006 contaba con un total de 257 miembros.

El Senado reúne a los representantes de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, correspondiéndole a cada una dos senadores por la mayoría y uno por la minoría, sumando en total 72 miembros.

Son elegidos por voto directo, duran seis años en su mandato y se renuevan por tercios cada dos años, pudiendo ser reelegidos indefinidamente.

Por la Ley 24 012 de 1991 se estableció el cupo femenino en los cargos electivos, obligando a los partidos políticos a incluir un mínimo de un tercio de mujeres entre los candidatos.

Desde entonces, la participación de las mujeres en la política se ha incrementado notablemente, siendo Argentina el país sudamericano con mayor cantidad de mujeres en el Poder Legislativo y estando, a su vez, entre los primeros diez a nivel mundial.

El Congreso de la Nación Argentina es el encargado de la formación y sanción de las leyes federales; además, tiene a su cargo la sanción de los códigos legales civil, penal, comercial, laboral, aeronáutico y de minería, entre otros.

Cuenta con un organismo constitucional autónomo de asistencia técnica: la Auditoría General de la Nación, a cargo del control de legalidad, gestión y auditoría de toda la actividad de la administración pública.

Asimismo, en el ámbito del Congreso funciona el Defensor del Pueblo de la República Argentina como órgano independiente, sin recibir instrucciones de ninguna autoridad.

Su propósito es defender los derechos humanos y los derechos constitucionales y legales que puedan ser afectados por la Administración.

Poder Judicial

El poder judicial está encabezado por una Corte Suprema de Justicia integrada por cinco jueces abogados nombrados por el presidente de la Nación con acuerdo del Senado, que requiere para ello una mayoría de dos tercios.

Los tribunales inferiores están encargados de resolver los conflictos regulados por la legislación federal en todo el país (tribunales federales) y, también, por la legislación común en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (tribunales nacionales).

La designación de los jueces la realiza el presidente de la Nación con acuerdo del Senado, sobre la base de una terna integrada por candidatos seleccionados en concurso público por el Consejo de la Magistratura, órgano de composición multisectorial, a quien corresponde el control directo de los jueces y la administración del Poder judicial.

Los jueces permanecen en sus cargos «mientras dure su buena conducta» y solo pueden ser removidos en caso de infracciones graves, por un Jurado de Enjuiciamiento, integrado por legisladores, magistrados y abogados.

Ministerio Público

La Constitución establece también el Ministerio Público como órgano independiente y con autonomía funcional y financiera, con la función de promover la actuación de la justicia.

El Ministerio Público es un organismo constitucional (art.

120) y es considerado por parte de la doctrina como un cuarto poder, en tanto que otra parte sostiene que se trata de un órgano extra poder.

Se trata de un organismo bicéfalo integrado por el Ministerio Público Fiscal, dirigido por el Procurador General de la Nación y encargado de la acción de los fiscales, y el Ministerio Público de la Defensa dirigido por el Defensor General de la Nación y encargado de la acción de los defensores oficiales.

El Defensor del Pueblo no forma parte de este organismo, sino que constituye un órgano independiente en el ámbito del Congreso de la Nación, con autonomía funcional.

Gobiernos provinciales

En la República Argentina existen 23 provincias que, debido al sistema federal adoptado por la Constitución, son autónomas y mantienen todo el poder no delegado explícitamente al gobierno federal.

Todas las provincias cuentan con una constitución republicana y representativa que organiza sus propios poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, y regula el régimen de autonomía municipal.

Las provincias pueden sancionar leyes sobre cuestiones no federales, pero las principales leyes comunes (civiles, comerciales, penales, laborales, de seguridad social y de minería) están reservadas al Congreso Nacional (Constitución Nacional, artículo 75, inciso 12).

En todas las provincias, el poder ejecutivo está a cargo de un gobernador que dura en sus funciones cuatro años y que, en general, puede ser reelegido.

El poder legislativo en algunas provincias está ejercido por una legislatura unicameral y en otras por una legislatura bicameral.

Todas las provincias cuentan con un poder judicial con su correspondiente Corte Superior provincial y tribunales encargados de resolver los conflictos regidos por la ley común (civil, penal, comercial, laboral, administrativo local).

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene un régimen especial de autonomía sin llegar a ser una provincia.

Una ley sancionada en 1880 la confirmó como capital de la República y la federalizó, separándola de la provincia de Buenos Aires.

Su organización política cuenta también con una Constitución republicana que establece un gobierno dividido en tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y un régimen de descentralización en comunas.

Las restricciones en materia de autonomía han influido para que hasta 2006 careciera de policía propia y un sistema judicial para resolver conflictos motivados en la aplicación de las leyes comunes.

El titular del poder ejecutivo lleva el título de Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

La Constitución Nacional exige a cada provincia la organización de un régimen municipal y reconoce a los municipios su autonomía.

Los municipios dirigen los destinos de cada ciudad o pueblo; por lo general, su jurisdicción se extiende a la zona rural aledaña y, en ocasiones, abarca localidades menores.

Relaciones exteriores

Argentina, junto a otros países de América del Sur, forma parte del Mercosur y de la Unión de Naciones Suramericanas.

Participó en cada fase de la operación de Haití, y también ha contribuido en operaciones pacificadoras en diversas zonas del mundo.

En reconocimiento a sus contribuciones a la seguridad internacional y a la pacificación, el presidente estadounidense Bill Clinton designó a la Argentina como aliado importante extra-OTAN en enero de 1998.

La Argentina mantiene una disputa de soberanía sobre las islas Malvinas, Sándwich del Sur, Aurora y Georgias del Sur, administradas por el Reino Unido, junto con sus espacios marítimos circundantes.

Asimismo, reclama casi 1 millón de kilómetros cuadrados en la Antártida que no son reconocidos por otro país, excepto parcialmente por Chile.

Durante 2006 comenzó un litigio con Uruguay debido al inicio de las obras de una planta celulósica de la empresa finlandesa Metsä-Botnia en la localidad uruguaya de Fray Bentos.

La Argentina ha demandado a Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia argumentando que la instalación de las plantas de celulosa es contaminante y se ha realizado en violación del Estatuto del Río Uruguay.

Fuerzas armadas y seguridad

Las fuerzas armadas de la Argentina se encuentran bajo el mando del presidente de la Nación, que es su comandante en jefe y atiende sus cuestiones a través del Ministerio de Defensa.

Históricamente han tenido uno de los mejores equipamientos de la región (por ejemplo, desarrollando tempranamente aviones con propulsión jet de manufactura propia en 1950), pero actualmente tienen asignado un presupuesto bajo en comparación a otros ejércitos regionales.

La edad mínima para ingresar es de 18 años, sin que exista un servicio militar obligatorio.

Las fuerzas armadas están compuestas por el Ejército Argentino, la Fuerza Aérea Argentina y la Armada Argentina.

La seguridad de las aguas territoriales corresponde a la Prefectura Naval Argentina, la de regiones fronterizas y obras de infraestructura críticas a la Gendarmería Nacional Argentina, y la de los aeropuertos a la Policía de Seguridad Aeroportuaria; estas fuerzas de seguridad dependen del Ministerio de Seguridad.

El Sistema de Inteligencia Nacional dirige las acciones de inteligencia, dentro de los que se destaca la Secretaría de Inteligencia, conocida popularmente como SIDE por su denominación anterior.

Cada provincia cuenta con su propia policía, que puede trabajar en conjunto con la Policía Federal Argentina, la fuerza de seguridad que se encarga de los delitos de ámbito exclusivamente federal o que involucran a más de una jurisdicción.

La Policía Federal fue hasta el 2009 la fuerza policial de la Ciudad de Buenos Aires, cuando el jefe de Gobierno porteño de ese entonces Mauricio Macri creó la Policía Metropolitana, la misma fue creada en el marco de la ley n.º 2894, de Seguridad Pública, que fue sancionada el 28 de octubre de 2008 y promulgada por medio del decreto 1354 del 18 de noviembre de ese año.

La reglamentación de la norma se registró el 20 de marzo de 2009 por medio del decreto 210.

Las fuerzas armadas argentinas están llevando a cabo actualmente operaciones en Haití y Chipre, de conformidad con los mandatos de la ONU.

Derechos humanos

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia en los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Argentina ha firmado o ratificado:

Organización territorial

La República Argentina está organizada en 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en donde se encuentra la sede del Gobierno federal.

Mediante la ley 23512 de 1987, la Capital de la República debe ser trasladada a un nuevo Distrito Federal, a crearse en los municipios de Viedma y Guardia Mitre (Río Negro) y parte del Partido de Patagones (Buenos Aires).

El traslado fue aceptado por las provincias de Río Negro (Ley 2086) y Buenos Aires (Ley 10454), pero caducó en ambos casos en 1992 al no efectuarse.

Para octubre de 2013 la ley nacional sigue vigente, pero el traslado ha sido desactivado y Buenos Aires continúa siendo la capital de la república de pleno derecho.

Las provincias dividen su territorio en departamentos y estos a su vez se componen de municipios, con la excepción de la provincia de Buenos Aires que solo lo hace en municipios denominados partidos.

Los departamentos, en general, no cuentan con funciones administrativas, aunque en las provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja cada departamento es un municipio.

En algunas provincias los departamentos son utilizados como distritos electorales para determinar representantes a las legislaturas provinciales y sirven como unidades de descentralización de diversos órganos provinciales como la policía y el Poder Judicial.

La Constitución Nacional de 1994 reconoce la autonomía municipal, pero da potestad a las provincias para reglar su alcance y contenido, por lo que existen municipios autónomos con potestad para sancionar cartas orgánicas municipales y otros que no pueden hacerlo.

También existen provincias que no han actualizado sus constituciones para reconocer la autonomía de sus municipios.

Hasta diciembre de 2010, 144 municipios, haciendo uso de su autonomía institucional, habían dictado su propia carta orgánica.

Las provincias cuentan con gobierno locales y dentro de cada régimen suelen encontrarse tipificaciones de municipios, hay casos de unidades administrativas similares a los municipios ―en general, localidades con escasa población―, pero que no cuentan con autonomía y sus gobernantes son delegados del gobernador.

De acuerdo a los datos proporcionados por el Instituto Geográfico Nacional y por el INDEC, las provincias, sus superficies (estos datos pueden variar cuando son suministrados por las propias provincias, debido a disputas de límites interprovinciales) y poblaciones, son:

La Argentina extiende su soberanía sobre el mar adyacente a sus costas y de sus islas, así como también sobre el lecho y subsuelo de las áreas marinas, sus recursos vivos y minerales, y sobre su espacio aéreo marino.

El Estado argentino ejerce su soberanía marítima en distintos grados: mar territorial (12 millas marinas desde la línea de base costera), la zona marítima contigua (24 millas marinas), la zona económica exclusiva (200 millas marinas) y la plataforma continental argentina (en proceso de delimitación).

Regiones integradas

Con excepción de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las demás provincias han firmado tratados interprovinciales de integración conformando cuatro regiones para diversos fines:

Geografía

Superficie

El territorio de la República Argentina es el segundo más grande de América del Sur y el octavo en extensión de la Tierra.

Está integrado por un sector americano y otro antártico (cuya soberanía se reclama).

La superficie del sector americano de la Argentina mide 2 795 677 km².

De ellos, 2 780 400 km² corresponden al área nacional bajo soberanía efectiva, es decir, la ciudad de Buenos Aires, las 22 provincias continentales argentinas y los departamentos de Ushuaia y Río Grande de Tierra del Fuego.

El resto está constituido por los archipiélagos en litigio con el Reino Unido, país que los controla; incluyen los 11 410 km² de las islas Malvinas, los 3560 km² de las islas Georgias del Sur, y los 307 km² de las Islas Sándwich del Sur.

Estos tres archipiélagos forman parte del Departamento Islas del Atlántico Sur.

La superficie del sector antártico ―área bajo los postulados del Tratado Antártico ― mide 965 597 km²; corresponden a la Antártida Argentina (territorio reclamado), incluida como departamento de la provincia de Tierra del Fuego.

Además, esta superficie incluye a las islas Shetland del Sur y las islas Orcadas del Sur.

La superficie total de la Argentina, sumados ambos sectores americano y antártico, totaliza 3 761 274 km² incluyendo los territorios cuya soberanía es reclamada.

En esta cantidad no se incluye la franja oceánica argentina de 200 millas marinas (zona económica exclusiva), ni la plataforma continental (que corresponde en gran medida al Mar Argentino), ni el sector argentino del Río de la Plata.

Ubicación

Ubicada en el sur del continente de América, forma parte del Cono Sur junto a Chile, Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil.

Sin embargo, el proyecto de la 4.ª edición de Limits of ocean and seas de 2001 pasa a la punta Dungeness el límite interoceánico aclarando que fue lo acordado por Argentina y Chile en 1984.

En cuanto al canal Beagle, Argentina no lo considera incluido en ningún océano.

El territorio emergido sobre el cual la Argentina ejerce efectivamente soberanía efectiva se extiende por más de 33° de latitud entre sus extremos norte y sur, y por casi 20° de longitud de este a oeste.

Según la web del Instituto Geográfico Nacional, tiene 1423 km de este a oeste y 3694 km de longitud de norte a sur, expresando que los puntos extremos son: al este, un punto situado en la ciudad de Bernardo de Irigoyen, en la provincia de Misiones, a 26°15′15″S 53°38′52″O  /  -26.25417, -53.64778; al oeste un punto al oeste del cerro Bertrand o Agassiz Norte en el parque nacional Los Glaciares, provincia de Santa Cruz: 50°01′00″S 73°34′00″O  /  -50.01667, -73.56667; al norte la confluencia de los ríos Grande de San Juan y Mojinete, en la provincia de Jujuy a 21°46′50″S 66°13′10″O  /  -21.78056, -66.21944; y al sur el cabo San Pío, al sur de la isla Grande de Tierra del Fuego, a 55°03′00″S 66°31′00″O  /  -55.05000, -66.51667; sin embargo, la web de la Subsecretaría de Catastro de Tierra del Fuego señala que la punta Falsa 55°03′34″S 66°26′29″O  /  -55.05944, -66.44139 y el islote Blanco 55°03′51″S 66°33′06″O  /  -55.06417, -66.55167 se hallan aún más al sur que el cabo San Pío.

Enclaves y exclaves

Entre la Argentina y el Uruguay

Por la firma del Tratado del Río Uruguay de 1961 que fijó el límite en este río entre la Argentina y Uruguay, se definió que al sur de la zona del Ayuí ―que es el lugar donde posteriormente se construyó la Represa de Salto Grande ―, el límite pasase por el canal más profundo, separando también las islas.

Pese a eso, las islas Filomena Grande, Filomena Chica, Palma Chica, Bassi, Tres Cruces, y los islotes Alba y Chingolo, se acordó que perteneciesen a Uruguay por tener población de ese origen, aunque las aguas que las rodean pertenezcan a la República Argentina.

De esta manera, esas islas constituyen enclaves de Uruguay en aguas argentinas.

La isla Martín García es un exclave argentino cercano a la confluencia de los ríos Paraná y Uruguay, un kilómetro dentro de aguas uruguayas, a una distancia aproximada de 3,5 km de la costa de este país, cerca de la localidad de Martín Chico.

El Tratado del Río de la Plata, firmado por Argentina y Uruguay en 1973, reafirmó la jurisdicción argentina sobre la isla, terminando con una disputa de un siglo entre ambos países.

Debido a la sedimentación aluvional, se formó una isla frente a la costa norte de Martín García que fue llamada por Argentina como Punta Bauzá y por Uruguay como Timoteo Domínguez, y fue objeto de disputa entre ambos países.

Con la firma del Tratado del Río de la Plata, la Argentina reconoció la soberanía uruguaya sobre la isla que, posteriormente, quedó unida a Martín García, constituyendo una frontera seca.

Entre la Argentina y el Paraguay

De acuerdo con los tratados firmados con la República del Paraguay, se convino que las islas en los ríos Paraná y Paraguay (excepto Yacyretá y Cerrito) fuesen adjudicadas al país del que se hallen más cerca sus costas, siendo las aguas divididas por el canal principal del río.

Tras la demarcación de las islas en 1980 han quedado enclaves de uno y otro país en las aguas del otro, tanto en el río Paraná como en el río Paraguay.

Pertenecen a la República Argentina dentro de la provincia de Corrientes las islas de: Apipé Grande, Entre Ríos, el grupo Caá Verá, las islas Verdes, y las dos islas de Costa Larga; todas ellas situadas en el río Paraná en aguas paraguayas.

Regiones naturales

De acuerdo al más reciente informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) Argentina es el noveno país (entre más de 150) con mayor riqueza y biodiversidad natural.

En 2011, las Cataratas del Iguazú (en la provincia de Misiones) fueron consagradas como una de las Siete maravillas naturales del mundo El territorio continental argentino está situado entre la cordillera de los Andes, el océano Atlántico Sur y el continente antártico.

En el país se pueden distinguir tres grandes zonas geográficas claramente diferenciadas:

En el norte del país se encuentran regiones de vegetación densa; en algunos sectores la misma es boscosa y en otros es selvática, compuesta por la región chaqueña y los esteros del Iberá; estas zonas de abundante vegetación se mezclan con otras extensas zonas de palmares y pastizales.

La región misionera es una región diferenciada, siendo una prolongación de las sierras del Brasil, con serranías bajas pero accidentadas, de clima subtropical, muy húmedo y vegetación selvática.

El extremo noroeste del país está ocupado por una región de meseta alta llamada Puna o Altiplano.

En el centro del país se encuentra la llanura pampeana, que puede dividirse en dos regiones: Pampa húmeda y Pampa occidental o seca.

Esta última tiene un clima más continental.

En la Pampa húmeda la Sierra de la Ventana y Tandilia (con un máximo de altura apenas superior a los 500 metros sobre el nivel del mar) son los únicos accidentes geográficos que quiebran la monotonía del paisaje y son los restos de una cordillera muy antigua.

En el centro-oeste del país se encuentra la región de Cuyo, que está constituida por las provincias de San Juan, Mendoza y San Luis, donde predomina un relieve montañoso, serrano, con escasa vegetación.

Al sur del país se encuentra la Patagonia, una extensa zona de mesetas y serranías de origen precámbrico, que comprende a las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

En el noreste y centro-este del país se ubican los ríos más importantes, que corresponden a la Cuenca del Plata, la tercera cuenca en extensión del Hemisferio Occidental.

Los principales cursos fluviales de la misma son los siguientes: Paraguay, Bermejo, Colorado, Uruguay y el más largo, el Paraná.

Los dos últimos avanzan juntos hasta encontrarse en el estuario del Río de la Plata.

Dicho estuario es el más grande del planeta y afluye en la sección del océano Atlántico que corresponde al Mar Argentino.

La tierra que se encuentra entre ambos ríos es llamada Mesopotamia y es compartida por las provincias de Misiones, Corrientes y Entre Ríos.

La Argentina tiene 4665 km de costas oceánicas en su sector americano.

La zona del océano Atlántico sobre la plataforma continental es inusualmente ancha y se la denomina Mar Argentino, el cual cuenta con importantes recursos pesqueros e hidrocarburíferos.

Las costas que baña el mar varían entre zonas de dunas y acantilados.

La alternancia de corrientes frías de la Antártida y cálidas del Brasil permite que la temperatura de las costas no descienda uniformemente con el descenso en la latitud, sino que tenga variaciones.

La costa meridional de Tierra del Fuego forma la orilla norte del Pasaje de Drake.

Región pampeana

Sierras Pampeanas

Mesopotamia

Gran Chaco

Región de Cuyo

Puna en el Noroeste argentino

Yungas en el Noroeste argentino

Parque nacional Talampaya, provincia de La Rioja.

Patagonia en sector cordillerano

Clima desértico en la Patagonia

Vista de la Quebrada de Cafayate, en el punto denominado Tres Cruces.

Glaciar Perito Moreno, en el Parque nacional Los Glaciares, sur de Argentina.

Las Cataratas del Iguazú se encuentran más de un 80% en territorio argentino, fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y son una de las Siete maravillas naturales del mundo.

Glaciar Perito Moreno, Parque nacional Los Glaciares, Santa Cruz.

Uno de los glaciares más visitados y una de las mayores reservas de agua dulce del mundo.

Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981.

Relieve

Las características generales de la orografía de la Argentina son la presencia de montañas en el oeste y de llanos en el este, configurando una planimetría que disminuye en altitud de oeste a este.

El extremo oeste está conformado por la sección principal de la cordillera de los Andes.

Al norte se encuentran los sectores más altos de la cordillera, que son también los más altos del continente.

Allí se encuentra el cerro Aconcagua, que con una altitud de 6960,8 msnm, es el punto más alto del mundo fuera del sistema de los Himalayas.

El tramo patagónico de los Andes, en cambio, posee picos notoriamente más bajos que los del norte.

En el norte, al este de los Andes y también en sentido norte-sur se extienden las Sierras Subandinas, una serie de sierras escalonadas que conforman valles muy poblados.

Al sur de las mismas se encuentran las Sierras Pampeanas, más espaciadas entre sí y separadas por llanuras.

La meseta patagónica es un conjunto de altiplanos y llanuras elevadas y áridas, enclavada entre los Andes patagónicos y el océano Atlántico, donde cae abruptamente en altos acantilados que dan al Mar Argentino.

Aquí se encuentra también la depresión más profunda de toda América: la Laguna del Carbón (Santa Cruz) a 105 metros bajo el nivel del mar.

En la Mesopotamia oriental, sobre las estribaciones del macizo de Brasilia, el relieve se presenta como sierras bajas en la provincia de Misiones.

Hacia el sur, en las provincias de Corrientes y Entre Ríos, se transforman en cuchillas o lomadas de origen sedimentario más bajas aún, constituyendo una topografía ondulante.

La gran llanura Chacopampeana es una planicie con pocas ondulaciones, subtropical al norte (Gran Chaco) y templada al sur (Llanura pampeana).

Drenada en gran parte por el río Paraná, su pendiente es suave, de dirección noroeste - sudeste y prácticamente imperceptible, por lo que los ríos que la surcan son sinuosos, presentando además esteros y pantanos en el Chaco y gran cantidad de lagunas en la Pampa.

La monotonía del paisaje solo se quiebra con la presencia de algunos sistemas serranos.

El Aconcagua, ubicado en la provincia de Mendoza, es con 6960,8 msnm el punto más alto del mundo fuera de los Himalayas, además de ser la cumbre de mayor altitud de los hemisferios meridional y occidental.

El Monte Pissis es la tercera cumbre de mayor altura de los hemisferios Sur y Occidental, con una altitud de 6795 msnm.

El Chaltén en la Patagonia argentina.

El Nevado Ojos del Salado es el volcán más alto del mundo, y la segunda cumbre más alta del continente.

La Quebrada de Humahuaca, un profundo surco de origen tectónico-fluvial, considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Hidrografía

Los ríos argentinos se clasifican en 3 cuencas o vertientes: los de la vertiente del Atlántico, los de la vertiente del Pacífico y, por último, los pertenecientes a las diversas cuencas endorreicas del interior del país.

La vertiente del Atlántico es la más extensa y está compuesta por la Cuenca del Plata, el Sistema Patagónico y una serie de ríos menores en la provincia de Buenos Aires.

La Cuenca del Plata es la más importante, culmina en el estuario del Río de la Plata y es desaguada por los ríos Paraná (el más caudaloso y extenso del país), Uruguay y los diversos afluentes de estos, destacándose el Paraguay, el Pilcomayo, el Bermejo, el Salado y el Iguazú.

El sistema patagónico está formado por ríos alóctonos, alimentados por los deshielos de los Andes.

Se destacan por su caudal el río Colorado, el Negro, el Chubut y el Santa Cruz.

La vertiente del Pacífico es la de menor extensión.

Integrada por ríos cortos, alimentados por los deshielos y lluvias de los Andes Patagónicos como el Manso en Río Negro y el Futaleufú en Chubut.

En el centro y oeste del territorio hay varias cuencas endorreicas, compuestas por ríos de caudal variable que se pierden en el suelo por evaporación o infiltración o desaguan en lagunas interiores o salinas.

Sobresalen la cuenca del Desaguadero, que agrupa a los ríos cuyanos, y la de la laguna cordobesa de Mar Chiquita (o Mar de Ansenuza), donde desembocan los ríos Dulce, Primero y Segundo.

Las cuencas lacustres argentinas se encuentran mayoritariamente en la Patagonia, como consecuencia de la acción glaciaria que las formó.

Se destacan los lagos Nahuel Huapi, Viedma y Argentino.

En la llanura chaco-pampeana hay gran cantidad de lagunas de agua dulce y salada, y en el litoral zonas pantanosas como los esteros del Iberá.

La laguna argentina más extensa es Mar Chiquita, en la provincia de Córdoba.

Los recursos hídricos del país también incluyen los extensos glaciares muchos de ellos en campos de hielos que bajan desde los Andes como el Perito Moreno y de los territorios reclamados subantárticos y antárticos; y las aguas subterráneas de acuíferos, como el Puelche y el Guaraní.

El aprovechamiento hidroeléctrico de los ríos ha propiciado la formación de varios embalses, como el de Yacyretá en el Paraná, el de Salto Grande en el Uruguay y el de El Chocón en el Limay.

En cuanto a los citados glaciares el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANAGLA) del CONICET ha relevado, sin contar a los del sector antártico y solo los del sector americano, más de 4000 glaciares que abarcan más de 3700 km², esta multitud de glaciares constituye un gran conjunto de «embalses» naturales de agua dulce congelada durante todo el año, gran parte de tales glaciares alimentan a varias cuencas hídricas incluso en sectores que de otro modo serían totalmente desérticos.

Los esteros del Iberá, en Corrientes, abarcan entre 15 000 y 25 000 km² y son el segundo humedal más grande del mundo.

Lago Nahuel Huapi.

Lago Puelo, Chubut

Lago del Desierto próximo al cerro Fitzroy, Santa Cruz

Glaciar Upsala visto desde la Estación Espacial Internacional, Santa Cruz.

Glaciar Perito Moreno

El glaciar Viedma es el glaciar más largo del país y el segundo del hemisferio sur fuera de la Antártida.

Cerros Catedral, López y Capilla, y los lagos Moreno y Nahuel Huapi, vistos desde el cerro Campanario, en San Carlos de Bariloche.

Clima

Debido a la amplitud latitudinal y su variedad de relieves, la Argentina posee una gran variedad de climas.

En general, el clima predominante es el templado, aunque se extiende a un clima tropical en el extremo norte y un subpolar en el extremo sur (si se incluye a la Antártida Argentina también se incluye al clima polar).

El norte del país se caracteriza por veranos muy cálidos y húmedos, con inviernos suaves y secos, estando sujeto a sequías periódicas.

El centro del país tiene veranos cálidos con lluvias y tormentas, e inviernos frescos.

Las regiones meridionales tienen veranos cálidos e inviernos fríos con grandes nevadas, especialmente en zonas montañosas.

Las elevaciones más altas en todas las latitudes son las que experimentan condiciones más frías, con un clima árido y nivel montano.

Flora y fauna

Flora

Las plantas subtropicales dominan el norte del país, como parte de la región del Gran Chaco.

El género Dalbergia de árboles está bien diseminado y se halla representado por el palo de rosa y el árbol del quebracho; también son predominantes los árboles blancos y negros del algarrobo (Prosopis alba y Prosopis nigra).

La sabana existe en las regiones más secas, cerca de los Andes.

Las plantas acuáticas prosperan en los humedales que dotan a la región.

En la zona central del país se encuentra la Pampa húmeda, una gran pradera.

Originalmente, la pampa no tenía virtualmente ningún árbol; pero debido a la intervención humana se encuentran presentes ciertas especies importadas como el sicómoro americano o el eucalipto.

Uno de los árboles nativos de la zona es el ombú, un árbol de tipo perennifolio.

Los suelos superficiales de la llanura pampeana poseen una gran cantidad de humus.

Esto hace que la región sea muy productiva para la agricultura.

La pampa occidental o pampa seca recibe menos de 500mm/año de precipitaciones, y es una llanura de hierbas duras o estepa.

En gran parte su tussok es el mismo del Comahue, la región central de la pampa occidental, y se halla recubierta de «montes» o bosques del árbol caducifolio llamado caldén.

El mismo se distribuye en una diagonal que va desde los límites meridionales de las provincias de Córdoba y San Luis hasta los límites meridionales de las provincias de La Pampa y Buenos Aires.

La mayor parte de la vegetación de la Patagonia argentina está compuesta de arbustos y hierbas, adaptadas para soportar las condiciones secas de dicho hábitat.

El suelo es duro y rocoso e imposibilita la agricultura a gran escala, a excepción de los valles.

Los bosques coníferos crecen en la Patagonia occidental y en la isla de Tierra del Fuego.

Las coníferas nativas de la región incluyen el alerce, ciprés de la cordillera, ciprés de las guaitecas, el huililahuán, el lleuque, mañío hembra, y la araucaria, mientras que los árboles hojosos nativos incluyen varias especies de Nothofagus, entre ellos el coigüe, el lenga y el ñire.

Árboles foráneos presentes en plantaciones de la silvicultura son la Picea, el ciprés, y el pino.

Las plantas comunes son el copihue y el colihue.

En Cuyo, abundan los arbustos espinosos semiáridos y otras plantas xerófilas.

A lo largo de varios oasis, las hierbas y árboles de río crecen en números significativos.

El área presenta las condiciones óptimas para el crecimiento a gran escala de las vides de uva.

En el noroeste de la Argentina hay muchas especies del cactus.

En las elevaciones más altas (sobre 4000 msnm), no crece ninguna vegetación importante debido a la altitud extrema, y los suelos están virtualmente desprovistos de cualquier vida de plantas.

La flor del ceibo es la flor y el árbol nacional de la Argentina por el decreto n.º 138474/42.

El ombú, propio de la pampa argentina.

Quebracho colorado chaqueño.

Flor del ceibo, la flor nacional.

Araucarias en Neuquén.

Caldén, en La Pampa.

Lengas en Tierra del Fuego.

Lahuán o la conífera llamada alerce patagónico, en Chubut.

Palmeras yatay en Entre Ríos

Cury, prospera desde el este de la provincia de Misiones.

Jacarandá, árbol endémico del país que fue introducido en otras partes del mundo.

Fauna

En el norte tropical y mayormente subtropical se encuentra una gran cantidad de especies animales.

Hay grandes felinos como el yaguareté, el puma, y el ocelote; grandes cánidos como el lobo de crin, el úrsido llamado oso de anteojos; primates (monos aulladores); reptiles grandes como dos especies de yacarés.

Otros animales son el tapir, los carpinchos, dos especies de osos hormigueros, el hurón mayor, tres especies de pecaríes, la nutria gigante, el coatí, y varias especies de tortugas.

En la zona subtropical de la Argentina existen muchas aves como el águila harpía (la mayor ave predadora del continente), decenas de especies de diminutos colibríes, tres especies de flamencos, cinco especies de tucanes y diversas especies de loros.

Las praderas centrales están pobladas por los armadillos, el colo colo, y el ñandú o avestruz sudamericana.

Los halcones, diversos patos así como las garzas y las perdices, también habitan la zona, al igual que varias especies de ciervos y zorros.

Algunas especies se extienden hacia la Patagonia.

Las montañas occidentales son el hogar de diversos animales.

Entre ellos están la llama, el guanaco y la vicuña, que son algunas de las especies más reconocibles de Sudamérica.

También en esta región están el gato andino y el cóndor.

Este último es el ave voladora de mayor tamaño del mundo, así como también una de las que vuela hasta mayores alturas.

En la Argentina meridional habitan el puma, el huemul, el pudú (el ciervo más pequeño del mundo) y el introducido jabalí.

La costa de la Patagonia es rica en vida animal: el elefante marino, el lobo marino, el león marino, y diversas especies de pingüinos.

En el extremo sur se encuentran los cormoranes, que se alimentan de peces.

Las aguas territoriales de la Argentina tienen abundante vida oceánica; están los mamíferos como los delfines y las ballenas.

Una de las ballenas más destacadas es la ballena franca, junto con las orcas son el gran atractivo turístico de península Valdés y Puerto Madryn.

Los peces marinos incluyen las sardinas, las merluzas, los salmones, y los cazones; también está presente el calamar y la centolla en Tierra del Fuego.

Los ríos y las corrientes en la Argentina tienen muchas especies de peces de agua dulce como las truchas y un pez sudamericano como el dorado.

Las especies de ofidios que habitan en la Argentina incluyen a la boa constrictora, a la venenosa yarará y a la serpiente de cascabel.

Un pingüino emperador saltando del agua, cerca de la Base Belgrano III, en la Antártida.

Zorro colorado fueguino.

Hornero, ave nacional del país.

Ballena franca austral.

Flamencos de la puna.

Lobos marinos de un pelo en la península de Valdés

Yaguareté, habitante del norte argentino.

El puma habita en casi todo el país.

Tucán de Formosa.

Cóndor andino.

Economía

La Argentina es la segunda economía más grande de Sudamérica, después de Brasil.

Junto con este, son los únicos países suramericanos en integrar el G-20, que reúne a las economías más grandes, ricas e industrializadas del planeta.

Argentina es uno de los mayores productores de soja del mundo, después de los Estados Unidos y Brasil, con 48 millones de toneladas en el año 2011.

Y está en cuarto lugar en producción de petróleo (después de Brasil, Venezuela y Colombia).

La Argentina es uno de los mayores exportadores de carne en el mundo, y su producción se ha reconocido numerosas veces como la de mejor calidad.

Es el primer productor mundial de girasol, yerba mate, limones, y aceite de soja, segundo en miel y manzanas, el más grande productor de trigo y lana en Latinoamérica, entre otros cultivos.

Es el mayor productor de vino en América Latina, quinto en el mundo, y el principal productor de biodiésel a nivel global.

La producción de gas natural y petróleo son importantes también.

El Yacimiento Aguilar, en la provincia de Jujuy, es la mayor concentración de minerales de plomo y cinc de Sudamérica, y el Bajo de la Alumbrera en la provincia de Catamarca, es uno de los yacimientos para la extracción más grandes de oro y cobre en América Latina, siendo la Argentina el décimo tercer mayor productor de oro del mundo.

Posee la tercera reserva de gas más grande del planeta.

Argentina es el más importante productor de software de la región y ocupa el segundo puesto en Sudamérica en cuanto a fabricación de autopartes, después de Brasil.

La economía argentina se ve beneficiada por una gran riqueza y variedad de recursos naturales, una población con un buen grado de educación, un sistema de agricultura y una importante base industrial, que llegó a ser la más desarrollada de América Latina y una de las diez más grandes del mundo, pero que ha evidenciado cierto estancamiento relativo, a partir del último cuarto del siglo XX.

Según los últimos datos del Fondo Monetario Internacional, el producto bruto interno en 2012 fue de 474 812 millones de dólares a precios corrientes, ubicándose en el puesto 24.º según su PBI nominal, mientras que el PBI a paridad de poder adquisitivo fue de 756 226 millones de dólares, ocupando el puesto 21.

El PBI per cápita en PPA fue de dólares 18 319.

Mientras que el desempleo en el primer trimestre del 2012 fue de 7,1 %.

Según los datos del FMI para 2012, el PIB considerado en términos de paridad de poder adquisitivo alcanzó los 756 226 millones de dólares, resultando la Argentina la tercera potencia en materia económica de América Latina, superada por Brasil y México.

En tanto, el PBI per cápita medido en paridad de poder adquisitivo de US$ 18 319, es el más alto de América Latina.

Luego del récord de 2008, las exportaciones pasaron de 70 589 a 56 060 millones de dólares en 2009.

En tanto las importaciones descendieron de 57 413 a 35 214 millones de dólares en el mismo período.

El Mercosur continúa siendo el principal socio comercial, hacia donde se envió el 23 % de los embarques y desde donde se adquirieron el 16 % de las importaciones.

El país mantiene una deuda externa de aproximadamente 120 000 millones de dólares (2009), equivalente al 38,7 % del PBI.

El monto de la misma se debe principalmente a las operaciones realizadas durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983), período en el cual la deuda creció un 364 %, y a una toma masiva de préstamos externos durante los dos gobiernos sucesivos de Carlos Menem, debido a la política de dólar barato llevada adelante por la ley de convertibilidad.

En este último el crecimiento de la deuda fue del 123 %.

La relación entre el PBI y la deuda externa alcanzó su punto crítico en enero de 2002 cuando representó el 190 % del PBI.

Desde entonces una combinación de reducción de la deuda, moderación en la toma de nuevos créditos y aumento considerable del PBI, redujeron la deuda externa a poco menos del 41,5 % del PBI (2012).

La presión tributaria se ubicó en 2012 en el 36,9 % por encima de Brasil (32,4 %) a y cercana a los niveles de Europa (38 %), la misma ha aumentado considerablemente desde el 16,7 % que registró en el período 1997 -2002.

La estructura impositiva descansa principalmente en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que aporta el 31 % del total, aunque su importancia relativa se ha reducido frente al promedio 1997-2002, que fue del 39 %, debido a un aumento del aporte el Impuesto a las Ganancias, que pasó del 19 % al 21 % y sobre todo de las retenciones a las exportaciones que pasó del 1 % al 10 %.

El INDEC cifró la inflación acumulada durante 2012 en la Argentina en el 9,9 %, aunque para las consultoras privadas y los gobiernos provinciales fue del 24,4 %.

Estas irregularidades en las estadísticas han propiciado que el Fondo Monetario Internacional, en una medida sin precedentes, haya recomendado suspender al país del derecho al voto y otros derechos relacionados dentro del organismo.

En febrero de 2014, el gobierno argentino difundió los valores del índice de precios al consumidor de acuerdo con el nuevo método de cálculo, índice que los analistas económicos independientes consideraron en aquel momento en general verosímil,, sin embargo, a finales de aquel año la brecha entre la inflación que brindó el INDEC y las mediciones privadas arrojó una diferencia de al menos 10 puntos, así, en febrero de 2015, El INDEC informó que en enero subió 1,1% el índice de precios al consumidor en relación con el mes anterior y 20,9% acumulado respecto de enero de 2014, mientras que el «IPC Congreso» (Diputados de la oposición que difunden el Índice de Precios al Consumidor elaborado por las consultoras privadas) difundido para el mismo período arrojó una suba 2,08% en enero de 2015, con una suba interanual de 32,21%.

Según la Cepal, junto con Venezuela, Argentina fue el único país de Latinoamérica con una inflación anual por encima de los dos dígitos en el año 2014

A fines de 2011, el Estado argentino había acumulado reservas en moneda extranjera por 46 376 millones de dólares.

La Canasta Básica de Alimentos que se calcula con base en el IPC (que difunde el INDEC), sirve para establecer los índices de pobreza e indigencia, que en el primer semestre de 2012 el índice de pobreza se ubico en el orden de 6,5 %, mientras que según el Cepal la pobreza en la Argentina en 2011 fue del 5,7 %, siendo la más baja de América Latina, por debajo incluso de Uruguay (6,7 %).

Los indicadores sociales lograron reducirse en forma sustancial desde 2002 con valores de pobreza cercanos al 54 % y desempleo del 21,5 % en el momento crítico de la crisis.

La Argentina forma parte del bloque regional conocido como Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay Uruguay y Venezuela.

Dicho bloque constituye el mayor productor de alimentos del mundo, tiene un PBI de 3,3 billones de dólares, lo que representa el 82,3 % del PBI total de toda Sudamérica y cuenta con más de 270 millones de habitantes (cerca del 70 % de América del Sur), lo que lo convierte en el bloque más grande, más poblado, económicamente más poderoso y mejor integrado de Latinoamérica.

Como consecuencia del tamaño del bloque económico Mercosur, las relaciones comerciales entre la Argentina y Brasil aumentaron hasta volverse de primera importancia para ambos países.

Argentina y Brasil son los dos socios más grandes, influyentes y económicamente más poderosos del bloque, y desde la formación del Mercosur se han dado numerosos choques entre ambas potencias sudamericanas: la balanza comercial entre ambos países comenzó a tornarse deficitaria para la Argentina desde junio de 2003, lo que constituyó motivo de preocupación para empresarios y funcionarios de ese país.

Dicho déficit fue revertido brevemente en mayo de 2009, y nuevamente revertido en el 2012 lográndose superávit con Brasil.

En 2006, los gobiernos de la Argentina y Brasil firmaron una serie de acuerdos bilaterales, entre los que se encuentra la cláusula de adaptación competitiva y los acuerdos referidos a los intercambios comerciales del sector de los automotores.

El propósito de ambos acuerdos es reducir las asimetrías presentes en el bloque.

Dichas asimetrías han sido motivo de queja de los países más pequeños como Uruguay y Paraguay, quienes se ven en desventaja frente a los socios económicamente más grandes, Argentina y Brasil, y han criticado el tutelaje que ejercen estos últimos sobre el bloque.

La moneda oficial de la Argentina desde 1992 es el Peso ($).

Sector agrícola y ganadero

El Censo Nacional Agropecuario realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en el año 2002, estimó que en las explotaciones agropecuarias residen 1 233 589 personas, siendo las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Misiones y Santa Fe las que concentran la mayor cantidad de establecimientos agropecuarios.

La producción de alimentos provenientes de la agricultura y la ganadería vacuna en la región pampeana, es tradicionalmente, uno de los ejes de la economía argentina.

En total la producción rural incluido el sector forestal, representaba en 2007 el 5,61 % del PIB total.

El principal producto del sector es la soja, una oleaginosa que ocupa la mitad de las tierras sembradas y que origina la cadena de la soja, uno de los principales encadenamientos productivos del país.

Los principales productos agropecuarios del país son:

Una parte sustancial de la producción agrícola se exporta sin manufacturación en forma de granos (soja, maíz, trigo y girasol), representando el 15 % de las exportaciones totales.

El resto se destina como materia prima, principalmente a la industria de la alimentación.

La soja se diferencia sustancialmente del resto de los productos agropecuarios por el hecho de que no se consume en el mercado interno, y por lo tanto prácticamente la totalidad se exporta.

Por el contrario, los cereales, lácteos y la carne vacuna constituyen la base de la dieta alimentaria de la población, razón por la cual una parte considerable se destina al consumo en el mercado interno.

Fuera de la economía agro-ganadera de la región pampeana, la economía argentina cuenta con las denominadas economías regionales, sistemas productivos locales generalmente apoyados en la producción especializada de un grupo limitado de cultivos.

Entre ellas se encuentran la economía cuyana apoyada en la vid y la industria del vino derivada; los valles patagónicos dedicados a la manzana y la pera; la región noroeste, dedicado al azúcar, cítricos y tabaco; la provincia de Misiones y nordeste de Corrientes orientadas a la yerba mate, té y la madera; el algodón en la región chaqueña; el arroz, principalmente en Corrientes; el olivo en las zonas áridas de montaña; y el ganado ovino en la Patagonia.

Petróleo, minería, bosques y pesca

La Argentina posee una considerable riqueza petrolera y gasífera, que le permite organizar una cadena de producción petroquímica que, junto a la cadena de la soja y la industria metal-mecánica, constituye la base de la economía nacional.

En conjunto la cadena petroquímica es responsable de un 20 % de las exportaciones totales, de las cuales solo el 4,6 % se exporta en bruto, sin industrialización.

Los principales yacimientos se encuentran en la provincia del Neuquén, el golfo de San Jorge y la provincia de Salta; la provincia del Neuquén concentra cerca de la mitad de toda la producción de hidrocarburos.

Una red de oleoductos y gasoductos transporta los productos a Bahía Blanca, donde se encuentra el principal polo petroquímico y a la conurbación industrial que se extiende entre Rosario y La Plata y que tiene como núcleo principal el Gran Buenos Aires.

Históricamente, la minería argentina ha sido escasa, pero la misma se ha activado en la última década, fundamentalmente sobre minerales metalíferos: cobre (3 % de las exportaciones), oro, plata, zinc, manganeso, uranio y azufre.

Possee la tercera en reserva mundial de litio y se sitúa en la cuarta posición en cuanto a producción de este mineral, esto de debe a que en parte de su territorio se encuentra una zona denominada Triángulo del Litio, que concentra el 85 % de las reservas mundiales.

Los recursos mineros se concentran en las provincias cordilleranas a lo largo de 4500 km.

Las exportaciones argentinas de minerales pasaron de 253 millones de dólares en 1996 a 2650 millones en 2006, algo más del 3 % del total.

El mar Argentino está ubicado sobre una extensa plataforma submarina, muy rica en recursos pesqueros, que alcanza un ancho de 550 km a los 52° de latitud sur y 1 890 000 km².

Sin embargo, la pesca ha sido una producción marginal, y debido a la crisis poblacional de la merluza (principal producto pesquero argentino) provocada por la excesiva pesca durante los 1990, la participación del sector en las exportaciones totales se ha reducido de un 3 % a un 2 %.

En sentido contrario, la producción forestal y maderera, principalmente pinos y eucaliptos, se ha venido expandiendo, con centro en las provincias mesopotámicas, superando el 2 % del total exportado.

Industria manufacturera y construcción

La industria manufacturera argentina es el sector que más valor aporta al PIB, con un 17,5 % del total (2007).

El sector industrial manufacturero también es uno de los principales generadores de empleo (junto con el comercio y el sector público), con 13 % en 2007, Por su parte la industria de la construcción aporta el 6,7 % del PIB (2007) y ha sido la principal impulsora de la recuperación del empleo después de 2002, ocupando un 9,5 % del total de la fuerza de trabajo en 2007.

En la industria argentina se distinguen dos grandes sectores, de tamaño similar, que aportan cada una, aproximadamente un tercio de las exportaciones totales:

Entre las industrias de manufacturas de origen agropecuario se destaca la industria aceitera, integrante de la cadena de la soja, la de mayor crecimiento en las últimas dos décadas, concentrando el 31,8 % del total del sector alimentos y el 20 % de las exportaciones totales del país.

Luego le siguen la de la carne (11,1 %), la de la leche (7,7 %), la del café y chocolate (7,5 %), la del vino y otras bebidas alcohólicas (5,7 %), la del pan, pastas y galletas (4,5 %), la de la harina de trigo (4,5 %), la de la cerveza (4,1 %), etc.

Las principales ramas de las industrias de origen no agropecuario, son la fabricación de automotores que aporta el 8,7 % de las exportaciones, química (5,6 %) y metalúrgica (5,3 %), maquinaria (3,4 %) y plásticos (2,6 %) (porcentajes correspondientes a 2006).

También son importantes las industrias del papel, de las piedras preciosas, caucho y textiles.

A partir de 2003 la industria ha tenido un proceso de revitalización competitiva, movido principalmente por la política económica de dólar alto.

El Gran Buenos Aires es aún el área industrial más importante del país, donde se concentra la mayor parte de la actividad fabril de la Argentina.

Otros centros industriales importantes existen en Córdoba, Rosario, Tucumán y Mendoza, San Luis y Tierra del Fuego, muchos de ellos fomentados para descentralizar la industria.

Históricamente, el país ha tenido importantes sectores industriales como la industria naval relacionada con la Flota Mercante de Argentina, que se redujeron considerablemente a partir de la década de 1990 a raíz del proceso de privatizaciones y que en la actualidad se están recuperando.

Turismo

La Argentina es el país más visitado de América del Sur y el cuarto más visitado del continente americano.

Según cifras oficiales de la Organización Mundial del Turismo, en 2010 el país recibió a más de 5 300 000 turistas extranjeros, lo que significó unos 4930 millones de dólares de ingreso de divisas.

Los turistas extranjeros provienen principalmente de Brasil, Chile, Perú, Colombia, México, Bolivia, Ecuador, Puerto Rico, Uruguay, Costa Rica, Venezuela y Paraguay de entre los países latinoamericanos; los países europeos de España, Italia, Francia, Países Bajos, Alemania, Irlanda, Portugal, Reino Unido, Bélgica y Suiza; y de Estados Unidos, Canadá y de China de los países del resto del mundo.

El extenso territorio de la República Argentina está dotado de grandes atractivos turísticos.

La valuación de la moneda local tras la devaluación de 2002 favoreció el arribo de grandes cantidades de turistas extranjeros, haciendo al país comercialmente más accesible que en la década de 1990.

Al encarecerse los costos para viajar al exterior, muchos argentinos también se volcaron al turismo nacional.

El repunte del sector es muy notorio: los ingresos por turismo receptivo ocupan el tercer lugar en el ranking de entrada de divisas como equivalente de exportaciones.

En 2006, el sector representó el 7,41 % del PIB, aunque hay que tener en cuenta que la salida de residentes argentinos con fines turísticos supera las entradas y equivale a un 12 % del PBI.

Los extranjeros ven a la Argentina como una zona sin conflictos armados, terrorismo o crisis sanitarias.

Buenos Aires se destaca como el centro favorito de los turistas extranjeros y nacionales (5 250 000 en 2007).

Son atraídos por una ciudad populosa, cosmopolita y con amplia infraestructura.

Entre otros muchos factores, el tango es uno de los motivos para la visita a la capital argentina.

La característica noche porteña es uno de los grandes atrayentes por su variada oferta cultural, gastronómica y de entretenimiento.

Otro destacado centro de atracción son las Cataratas del Iguazú, en la provincia de Misiones, declaradas en 1984 Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.

La caída del caudaloso río Iguazú se complementa con la Selva subtropical que la rodea.

Argentina cuenta con una importante variedad de sitios montañosos, en varios de ellos se practica el montañismo y otros basan su atractivo turístico en el contacto con la nieve o en sus paisajes característicos.

Los principales se encuentran en el oeste del país, en la Cordillera de los Andes, aunque también hay formaciones montañosas en las Sierras de Córdoba.

Entre los sitios utilizados para el alpinismo se encuentra el cerro Aconcagua, la montaña más alta de América.

Los parajes turísticos más importantes por su nieve son Bariloche y Las Leñas.

Una formación conocida internacionalmente es la Quebrada de Humahuaca.

El Tren a las Nubes es uno de los tres ferrocarriles más altos del mundo.

Parte desde la provincia de Salta, y cruza la Quebrada del Toro pasando por Tastil ―considerada como uno de los principales centros urbanos prehispánicos de Sudamérica― donde se hallan ruinas arqueológicas.

El Parque provincial Ischigualasto, también conocido como «Valle de la Luna», está situado en el extremo norte de la provincia de San Juan, a 330 km de la ciudad de San Juan.

Es un área protegida donde puede verse totalmente al descubierto y perfectamente diferenciado todo el período Triásico en forma completa y ordenada, por lo cual el 29 de noviembre de 2000 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Los glaciares son una de las principales atracciones de la Patagonia Argentina.

El más conocido es el Glaciar Perito Moreno, cuya accesibilidad y característica ruptura periódica le otorgan un atractivo singular.

Se expande sobre las aguas del brazo sur del lago Argentino, con un frente de 5 km y una altura por sobre el nivel del lago, de entre los 70 y 60 metros.

Esta pared de hielo cubre una extensión de 230 km².

El área de hielos continentales y glaciares es un tesoro natural, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.

En los últimos años ha tenido importancia la implementación del turismo enólogo, un turismo temático basado en la vitivinicultura con la iniciativa de la denominadas «Rutas del Vino» en las provincias de San Juan y Mendoza así como en los Valles Calchaquíes salteños, turismo que atrae numerosos turistas extranjeros para degustar los vinos argentinos.

El turismo invernal tiene su máximo exponente en la región de los Lagos, ubicada al pie de la Cordillera de los Andes en las Provincias del Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur; además de la práctica de deportes de montaña, la zona tiene como atractivos lagos de origen glaciar y Parques Nacionales rodeados de frondosa vegetación.

En el centro de la misma, la ciudad de San Carlos de Bariloche a orillas del lago Nahuel Huapi y a pocos kilómetros del cerro Catedral, se posiciona como el principal centro invernal de Sudamérica, atrayendo a la mayor parte del turismo tanto nacional como extranjero.

Durante la época estival una buena parte del turismo interno argentino se dirige a diversas ciudades de la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires, siendo Mar del Plata la mayor de ellas.

La mayor parte de dichas ciudades concentra su actividad económica en la temporada veraniega.

El segundo destino en cuanto a captación del turismo interno lo constituyen las Sierras de Córdoba, siendo su principal centro turístico Villa Carlos Paz en el Valle de Punilla.

El Litoral argentino con sus playas fluviales, los complejos termales y los carnavales en la provincia de Corrientes y en la provincia de Entre Ríos, entre otros, constituye el tercer destino del turismo nacional.

Tradicionalmente, el mes de enero (pleno verano meridional) es el que genera la mayor demanda de alquileres.

Por su parte, la zona de la península Valdés (en la provincia de Chubut) es un área declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la que se conjugan la costa atlántica y la Patagonia argentina; otro gran destino internacional con tales características se ubica en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Ushuaia, la capital provincial, sirve como punto de partida a excursiones y cruceros a la Antártida.

Buenos Aires es la ciudad más visitada por el turismo internacional de América del Sur.

Cataratas del Iguazú, una de las Siete Maravillas del Mundo.

Vista del Lago Nahuel Huapi, en las provincias de Neuquén y Río Negro.

El Cerro Catedral en Bariloche, Río Negro, es el centro de esquí más grande de América Latina.

Bariloche es asimismo el mayor destino turístico de la Patagonia

La Iglesia San Francisco en Salta.

Catedral de Bariloche.

El Faro Les Éclaireurs en Ushuaia, ciudad internacionalmente reconocida como la más austral del Planeta.

El Cerro Chaltén

Península Valdés recibe la mayor población reproductora de ballenas francas australes del mundo.

San Martín de los Andes a orillas del Lago Lácar

Ruinas Pucará de Tilcara en Jujuy.

Cerro de los Siete Colores en Purmamarca

Reducción jesuítica de San Ignacio Miní, próxima a la localidad de San Ignacio, en la provincia de Misiones

La Cueva de las manos, fechadas en el 7350 a.

C, son una de las expresiones artísticas más antiguas de América.

Quebrada de las Conchas en Salta

Istmo de Quetrihué visto desde el mirador de Bahía Mansa, Villa La Angostura

Cueva glaciar en el Parque Nacional Los Glaciares

Hotel Llao Llao, Bariloche.

Parque Nacional Los Cardones, Salta

Viaducto La Polvorilla, uno de los principales puntos de perspectiva del Tren a las nubes

Cabildo colonial, hoy Museo histórico del norte

Formación rocosa en Cafayate

Salinas Grandes noroestinas ubicadas en la zona limítrofe entre las provincias de Salta y Jujuy

Villa de Balcozna en Catamarca

Volcán Antofalla en Catamarca

Arquitectura neocolonial en la ciudad de La Rioja

Parque Nacional Talampaya, La Rioja

Parque Nacional El Palmar en Entre Ríos

Transporte

Buenos Aires, todas las capitales provinciales excepto Ushuaia y municipios de tamaño medio se encuentran interconectados por los 37 740 km de rutas asfaltadas.

Argentina también tiene 600 000 km de calles municipales.

A las históricas Autopista Buenos Aires - La Plata y Autovía 2 se han incorporado la Autopista Córdoba - Carlos Paz, Rosario - Córdoba, Villa Mercedes - Mendoza, Autovía Mesopotámica, entre otras.

Además varias ciudades tienen circunvalaciones de cuatro carriles.

Se estima en 8 527 256 el número de vehículos que forman el parque automotor argentino, distribuido en 5 325 231 de automóviles, 1 370 312 de vehículos livianos, 417 042 de carga y 62 785 para transporte de pasajeros, sin contabilizar 517 449 unidades no especificadas.

El sistema ferroviario fue privatizado a comienzos de la década de 1990, comprendiendo tanto el transporte de carga como el traslado urbano de pasajeros.

A la fecha del 2006 cuenta con alrededor de 31 902 kilómetros operativos de líneas férreas.

En total existen unos 40 245 km de ferrovías, pero muchos tramos han quedado abandonados en las etapas 1963, 1977, y los años 1990.

Argentina cuenta con alrededor de 11 000 km de vías navegables.

La red de hidrovías está compuesta por los ríos de La Plata, Paraná, Paraguay y Uruguay.

Los principales puertos fluviales son los de Zárate y Campana.

La mayoría de los productos importados por la Argentina llega al país por vía marítima.

Los principales puertos son los siguientes: Buenos Aires, La Plata - Ensenada, Bahía Blanca, los puertos del Up-River, Mar del Plata, Quequén - Necochea, Comodoro Rivadavia, Puerto Deseado, Puerto Madryn y Ushuaia.

El puerto de Buenos Aires es históricamente el primero en importancia individual, pero la zona conocida como Up-River, que se extiende a lo largo de 67 km de la porción santafesina del río Paraná, reúne 17 puertos que concentran el 50 % del total de las exportaciones del país.

El Aeropuerto Internacional de Ezeiza, a unos 35 km del centro de Buenos Aires, es el más grande del país y dispone de instalaciones para manejo y almacenaje de carga.

La compañía Aerolíneas Argentinas, que fuera privatizada en 1990 y ahora nuevamente en manos del estado argentino; realiza vuelos nacionales e internacionales.

Existen, también, diversas líneas aéreas domésticas.

Las principales compañías aéreas internacionales utilizan Buenos Aires como destino o escala en sus rutas.

Energía

La Argentina produce, según datos del año 2005, alrededor de unos 101 176 gigawatts por hora de energía eléctrica.

Las principales fuentes de energía empleadas por la Argentina para la generación de electricidad son la hidráulica (34 041 Gigawatts por hora anuales) y la térmica (56 385 Gigawatts por hora anuales), junto con una producción de energía nuclear (6873 gigawatts por hora anuales) La energía eléctrica se distribuye por dos sistemas principales, el Sistema interconectado nacional y el Sistema interconectado patagónico, así como también por algunos sistemas menores aislados de ambos.

El sector eléctrico en la Argentina constituye el tercer mercado energético de América Latina.

Depende principalmente de la generación térmica (~57 % de la capacidad instalada) y de la generación hidroeléctrica (~39 %).

Las nuevas tecnologías de energía renovable están muy poco explotadas.

El país aún tiene un gran potencial hidroeléctrico sin explotar.

Sin embargo, la generación térmica predominante por combustión de gas natural está en riesgo debido a la incertidumbre sobre el abastecimiento futuro de gas.

La extracción de petróleo y gas natural alcanza los 38 millones de metros cúbicos anuales y 48 738 millones de metros cúbicos anuales respectivamente.

Las reservas de petróleo se estiman en 347 millones de metros cúbicos, mientras que las de gas natural alcanzan los 455 625 millones de metros cúbicos.

Ciencia y tecnología

Cinco argentinos han sido galardonados con Premios Nobel.

Tres de ellos están vinculados con la ciencia: el Premio Nobel de Medicina fue otorgado a Bernardo Alberto Houssay, primer Nobel científico latinoamericano; el mismo galardón fue recibido por César Milstein.

El Premio Nobel de Química fue otorgado a Luis Federico Leloir.

En tanto, el Premio Nobel de la Paz fue entregado a Carlos Saavedra Lamas así como a Adolfo Pérez Esquivel.

A esos cinco debemos sumarle la bióloga Sandra Myrna Díaz quien recibiera el Premio Nóbel de la Paz como miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en 2007.

La Argentina construye satélites; ofrece su propio modelo de central nuclear compacta de cuarta generación y provee de pequeños reactores nucleares a diversos países gracias a su empresa pública INVAP.

En temas como la informática, la nanotecnología y la biotecnología se desarrollan programas bien estructurados que tienden a concentrar esfuerzos y dar sentido a las capacidades que se desarrollan.

También construye helicópteros, maquinarias agrícolas, produce el ciclo completo de la energía nuclear y tiene un misil antibuque en fase final.

Además construye radares militares y civiles para el control del tráfico aéreo y lucha contra el narcotráfico.

El principal organismo de investigación científica en la Argentina es el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

Se trata de una institución estatal, dependiente del gobierno nacional, en el ámbito del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (que fuera creado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2007).

El CONICET cuenta con una Carrera de Investigador y está organizado en Institutos, que gozan de autonomía temática y científica y en el 2008 congrega a un conjunto de casi 3500 personas dedicadas a la investigación científica y tecnológica.

En el 2002 la Argentina logró exitosamente la clonación del primer vacuno, convirtiéndola en el primer país latinoamericano y uno de los únicos nueve países del mundo en haber completado esta tarea.

El 6 de abril de 2012 se logró la inédita clonación de Rosita ISA, el primer bovino nacido en el mundo al que se le incorporaron dos genes humanos, y que resultará en una leche con lactoferrina humana y lisozima (una proteína y una enzima) con propiedades antibacteriales y antivirales ideales para el sistema inmunológico de los bebés.

Argentina también se ubica entre los cuatro únicos países a nivel mundial (junto a Estados Unidos, Italia y Canadá) en lograr la clonación de caballos de alto valor competitivo.

En los sesenta y setenta, la Argentina efectuó experiencias enviando a distintos animales en vuelos suborbitales a bordo de cohetes de elaboración propia, lo que transformó a este país en la cuarta nación en haber enviado animales al espacio, y una de las únicas seis en la actualidad en haberlo hecho, junto a los Estados Unidos, la Unión Soviética, Francia, Japón y China.

En 1995 la Unesco eligió a la Argentina como la sede para instalar el Observatorio Pierre Auger en Malargüe (provincia de Mendoza), el cual comenzó a funcionar en 2005.

Se trata de un proyecto conjunto de más de 20 países en el que colaboran unos 250 científicos de más de 30 instituciones, con la finalidad de detectar partículas subatómicas que provienen del espacio exterior, denominadas rayos cósmicos.

Entre algunos de los más eminentes avances en materia de desarrollo armamentístico se cuenta el misil AS-25K, uno de los últimos desarrollos de CITEFA (Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas) y que se presentará en versiones aire-mar y aire-superficie.

Los principales problemas que afrontan la ciencia y la tecnología en el país son la baja inversión en ellas con respecto al nivel internacional, la fuga de cerebros debida a las políticas de atracción implementadas por los países más desarrollados y las mejores oportunidades laborales en el exterior; y políticas de innovación incipientes y desarticuladas.

Según datos del 2005, con relación al PBI, el sector público aporta el 0,30 % al sector de ciencia y tecnología, mientras que el privado aporta el 0,16 %; sin embargo, la participación de los sectores privado y público en las actividades científicas y tecnológicas se viene incrementando desde el año 2002.

Medios de comunicación

Telecomunicaciones

Los principales canales televisivos que transmiten desde Buenos Aires son: América TV, Canal 9, Telefe, Canal 13 y la TV Pública, siendo este último de propiedad estatal y el único de alcance totalmente nacional.

Aun así, los demás suelen ser retransmitidos, en todo o en parte, por canales provinciales.

También hay un canal educativo y estatal, Encuentro.

Asimismo, Argentina se destaca por poseer una gran oferta de canales de televisión por cable.

Según datos de 2001, la gran mayoría de los hogares posee televisión y el 54 % cuenta con TV por cable.

En los últimos años los sistemas de televisión paga se han expandido, alcanzando los 6 millones de hogares en el año 2006 y concentrando casi la mitad de la audiencia de televisión por cable en Latinoamérica.

El país es el cuarto a nivel mundial con mayor penetración de TV por cable por hogar, solo superado por Canadá, Estados Unidos y Dinamarca.

En marzo de 2008, se estimaba que el parque de computadoras en la Argentina era de 7 millones.

A finales de 2007, la disponibilidad de Internet alcanzó al 39,7 % de la población, con más de 16 millones de usuarios, y las conexiones por banda ancha en marzo de 2008 llegaron a 2 557 413 (penetración sobre el 6,6 % de la población).

En el primer trimestre de 2010, 26 de cada 100 hogares tienen acceso de banda ancha, ubicando al país en segundo lugar en Latinoamérica.

Además fue el que más creció en el último año.

La cantidad de sitios web registrados con el código del país (.ar) en agosto de 2008 era de casi 1,7 millones.

El servicio de comunicaciones telefónicas fue privatizado en 1990 bajo el gobierno de Carlos Menem.

Hay 8,3 millones de líneas telefónicas instaladas, en una proporción de 23 líneas para cada grupo de 100 habitantes.

La tasa de penetración de telefonía móvil es de 102 teléfonos celulares por cada 100 personas, con un total de 40 millones de líneas.

Este número elevado se debe, en parte, a que personas de bajo nivel adquisitivo pudieron en los últimos años acceder a los planes de pago.

El servicio postal, que cubre todo el país, es de propiedad mixta (privada y estatal).

El principal exponente del sector es el Correo Argentino.

Hay casi 1500 estaciones de radio, de las cuales 260 son AM, y 1150 son FM.

Diarios

Circulan en la Argentina más de 200 diarios, de los cuales los más vendidos son publicados en Buenos Aires: Clarín (el de mayor circulación), La Nación, Página/12, Perfil, Tiempo Argentino, Crónica y Buenos Aires Herald (que se edita en idioma inglés), entre otros.

Algunos de los principales periódicos del interior del país son: Los Andes (de Mendoza), La Capital (de Mar del Plata), La Capital (de Rosario), El Día (de La Plata), La Gaceta (de San Miguel de Tucumán), La Nueva Provincia (de Bahía Blanca), Diario de Cuyo (de San Juan), La Voz del Interior (de Córdoba) y El Tribuno (de Salta).

Población

Demografía

La población de la República Argentina (de acuerdo a las estimaciones del INDEC) al 1 de julio de 2014 asciende a 42.669.500 habitantes.

Conforme a datos definitivos, la población de la República Argentina de acuerdo con el censo del 27 de octubre de 2010 que realizó el INDEC asciende a 40 117 096 habitantes, con una densidad media de 14,4 hab/km² (sin considerar la superficie reclamada de la Antártida Argentina e Islas del Atlántico Sur).

Como el relevamiento de 2001 había arrojado un total de 36 260 130 habitantes, el incremento de población fue de 3 856 966 habitantes con una tasa de variación intercensal 2001-2010 del 10,6 %, menor a la registrada entre los censos de 1991 y 2001 del 11,2 %.

El país registró en los comienzos del siglo XX altas tasas de crecimiento poblacional, debido a los procesos de inmigración sumados a un alto crecimiento vegetativo que durante este siglo se vio estabilizado y en continuo descenso (a excepción del decenio 1970 - 1980).

Desde la década del 60´, el crecimiento total es aproximadamente el resultado de la diferencia entre la tasa bruta de natalidad y la tasa bruta de mortalidad.

En el período censal 1980 - 1991, la tasa de crecimiento anual medio fue del 14,7 por mil (1,47%), en el decenio 1991 - 2001 del 10,1 por mil (1,01%) y entre 2001 - 2010 del 11,4 por mil (1,14%).

Debido a la evolución de las tasas de mortalidad y el flujo migratorio internacional, el índice de masculinidad muestra un constante descenso desde mediados del siglo XX: de 105 varones por cada 100 mujeres a 94,8 por cada 100 para 2010.

Del total de la población según el censo de 2010 arrojó un 51,3 % de mujeres y un 48,7 % de varones.

Según datos del censo 2010, la población de «65 años o más» correspondería al 10,2 % del total y la de «60 años o más», al 14,3 %, haciendo que la Argentina sea el tercer país más envejecido de América Latina después de Uruguay y Cuba.

A su vez, con el correr de las décadas, se nota un paulatino descenso de la población entre «0 a 14 años», representando el 25,5 % en 2010, inferior al 28,3 % de 2001.

El país ha sido receptor de importantes corrientes inmigratorias que continúan en la actualidad, alcanzando un pico en el período 1880-1930, y cuenta con importantes comunidades extranjeras, principalmente paraguayos, bolivianos, chilenos, peruanos, italianos y españoles.

A partir de mediados de los años sesenta comienzan a registrarse considerables corrientes emigratorias, que obedecen al proceso de « fuga de cerebros » con mucha pérdida de capital humano, a las persecuciones políticas que existieron hasta 1983 y a las reiteradas crisis económicas, siendo los principales destinos España, Italia, Estados Unidos y México.

El censo de 2001 registró un saldo migratorio negativo en el quinquenio 1995 -2000, proceso que el INDEC ha estimado que continuó durante el quinquenio 2000-2005, revirtiendo así el histórico saldo positivo del país.

De acuerdo al Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Argentina tiene un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0,811.

A nivel mundial, se sitúa en el puesto 45 dentro de los 187 estados que participan en el ranking, clasificado como un país de IDH muy alto que junto con Chile son los únicos países de América Latina que se encuentran en este nivel de IDH.

Ciudades por población

Buenos Aires Córdoba Rosario La Plata

Mar del Plata San Miguel de Tucumán Ciudad de Salta Santa Fe de la Vera Cruz

Salud

La Argentina se encuentra en el puesto 49 de 191 países por el funcionamiento general de su sistema de salud, según un informe de la Organización Mundial de la Salud.

La atención a la salud está garantizada por el sistema de salud público, el sistema de obras sociales y el de la salud privada.

Alrededor de un 37,6 % de la población se atiende por el sistema público y un 51,52 % por obras sociales.

La regulación de la atención a los problemas de salud está a cargo del Ministerio de Salud y Ambiente, dependiente del Poder Ejecutivo.

El porcentaje del gasto en salud correspondiente al PBI fue de un 8,9 % en 2003.

Además, el país cuenta con una proporción favorable de 3,01 médicos por cada mil habitantes.

Las enfermedades que más afectan a la población son el Mal de Chagas, es la principal enfermedad endémica de la Argentina, se estima en dos millones de infectados, el sida afecta 5.000 nuevas personas cada año, y la tuberculosis.

Emigración

Según la OIM (Organización internacional para las migraciones) en su último informe Perfil Migratorio de Argentina 2012, la población argentina que se encontraba fuera de sus fronteras geográficas ascendía a 971 698, lo que representa el 2,4 % de la población, siendo los principales destinos España (30,0 %), Estados Unidos (23,3 %), Chile (8,5 %) y Paraguay (6,1 %).

Composición étnica

Argentina es frecuentemente calificada como un crisol de razas, por el establecimiento en el actual territorio argentino de poblaciones de diversos orígenes étnicos.

Al igual que Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Brasil, o Uruguay, la Argentina es considerada como un «país de inmigración», es decir una sociedad que ha sido influida decisivamente por uno o más fenómenos inmigratorios masivos.

La actual población argentina es el resultado directo de una gran ola de inmigrantes (principalmente trabajadores de las clases campesinas y obreras) que ingresaron entre 1850-1950, mayoritariamente italianos y españoles.

A estos se les suma el aporte de las poblaciones previas a la independencia de la Argentina, que datan del período colonial, como lo son las poblaciones indígenas originarias, criollas, afroargentinas y los gauchos.

Cerca del 90 % de la población argentina se autodenomina «eurodescendiente», pero de acuerdo con los resultados de un estudio realizado en 2010 por el genetista argentino Daniel Corach, ha establecido que el mapa genético de la Argentina está compuesto en un 94,1 % proveniente de diferentes etnias europeas, principalmente italianas y españolas, un 18 % de diferentes etnias amerindias, y un 4,3 % de etnias africanas, y que, repartido entre los anteriores grupos porcentuales, un 53,7 % de la población tiene al menos un antepasado indígena casi siempre por línea materna.

La población cuenta también con importantes comunidades de judíos, árabes, armenios, gitanos, británicos, irlandeses, franceses, portugueses, alemanes, eslavos de todas las regiones, tanto eslavos occidentales (como por ejemplo polacos, checos y eslovacos); eslavos orientales (como por ejemplo rusos y ucranianos); y eslavos meridionales (principalmente croatas y eslovenos), japoneses, chinos, coreanos, sudafricanos, paraguayos, bolivianos, peruanos, uruguayos, chilenos, mexicanos, brasileños, cubanos, etc.

Extranjeros

El censo de 2010 registró la presencia de 1 805 957 extranjeros residiendo en el país (lo cual representa un 4,5 % de la población total), siendo las cinco comunidades más numerosas la paraguaya (550 713), boliviana (345 272), chilena (191 147), peruana (157 514) e italiana (147 449).

Fuente: INDEC Censo 1991, 2001, 2010.

La Constitución Argentina contiene un artículo, el 25, referido a la inmigración, que prohíbe establecer limitaciones para ingresar al país, a los « extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes ».

El mismo artículo le ordena al Estado fomentar la inmigración «europea».

El texto del artículo 25 proviene de la constitución de 1853 que buscó fomentar la inmigración proveniente del noroeste de Europa, aunque luego predominaron los inmigrantes mediterráneos, del este europeo y del medio oriente, bajo la base del precepto alberdiano de «gobernar es poblar», destinada a generar un tejido social de tipo rural y a finalizar la ocupación de los territorios obtenidos mediante una campaña militar contra los indígenas denominada Conquista del Desierto y a la vez modificar sustancialmente la composición poblacional.

Entre 1870 y 2000, el saldo migratorio del país (resultado neto de inmigración menos emigración) se estimaba en alrededor de 6,3 millones de personas.

Al momento de organizarse constitucionalmente a mediados del siglo XIX, la Argentina era un país escasamente poblado, con menor población que otros países sudamericanos como Bolivia, Chile y Perú.

Mediante la política inmigratoria el país pasó de tener una población de 1,1 millones de habitantes en 1850 (3,5 % de América Latina), para alcanzar 11,8 millones de habitantes en 1930 (11,1 % de América Latina).

El primer censo nacional (en 1869) arrojó un total de 1 737 000 habitantes.

En 1960 el país tenía ya un poco más de 20 millones, es decir que en 90 años había multiplicado su población inicial por 10, mientras que en el mismo lapso, la población mundial se multiplicó por 5.

Las composiciones étnicas derivadas de la inmigración, es muy variada según las zonas y hasta localidades del país.

Pueblos indígenas

Los datos definitivos de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) realizada en 2004-2005 destacan la existencia de 35 pueblos indígenas en la Argentina, integrados por 600 329 individuos (457 363 que se autorreconocen pertenecientes a algún pueblo aborigen más 142 966 que no pertenecen pero son descendientes en primera generación de un pueblo) equivalente a aproximadamente el 1,6 % de la población total.

Ello sin perjuicio de que poco más de la mitad de la población tiene al menos un antepasado indígena, aunque en la mayoría de los casos se ha perdido la memoria familiar de esa pertenencia.

En el censo realizado en el 2010, 955 032 personas se autorreconocieron como indígenas o descendientes de pueblos indígenas, representando con ello el 2,4 % de la población nacional.

En relación con los grupos originarios, en el área chaqueña habitan comunidades de qoms, pilagás, wichí, chorotes, mocovíes, chanés, chulupíes y guaraníes de los grupos chiriguanos y tapieté.

En las zonas andinas de la región noroeste de país habitan diferentes pueblos englobados actualmente en la denominación de collas, además de diaguitas.

En las regiones patagónicas y pampeanas se encuentran comunidades de mapuches, rankulches y tehuelches.

La provincia de Misiones cuenta con comunidades mbyá guaraníes y grupos menores de chiripás y paí tavyterá, también integrantes del pueblo guaraní.

Los pueblos originarios que constituyeron la base del mestizaje en la época colonial estaban divididos en tres grandes grupos: los pertenecientes al grupo de la la civilización andina, principalmente diaguitas, sanavirones y comechingones; los pertenecientes a grupo chaco-mesopotámico, principalmente la civilización guaraní, los guaycurúes y el pueblo wichí; y los pueblos de cazadores-recolectores del sur, principalmente los pueblos het, chonk y posteriormente, tras la llegada de los españoles, los mapuches.

La reforma de la Constitución realizada en 1994 reconoció «la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos», así como el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.

Urbanización

En 1914 la población urbana superó por primera vez a la rural.

Uno de los principales factores del rápido crecimiento de las zonas urbanas fue la gran inmigración europea que fue desarrollando los principales centros urbanos del país como Buenos Aires, Córdoba y Rosario.

En 1960 quince ciudades tenían una población de más de 100 000 habitantes, en donde vivía el 71 % de la población urbana.

Entre estas ciudades se destaca Buenos Aires, la única que superaba los 100 000 habitantes en 1869 y que constituye uno de los ejemplos más destacados de primacía en la urbanización.

Por entonces, las zonas urbanas de la Argentina constituían el 59 % de la población, igual que en los Estados Unidos, en forma ligeramente superior a Oceanía (53 %) y por debajo de Inglaterra, país que lideró el porcentaje de conglomeraciones urbanas desde los inicios del siglo XIX, con 69 %.

En 1970, Argentina alcanzó el 78,5 % en su índice de urbanización y en 1975 llegó al 80,7 %.

En 1990 el 86,9 % de la población vivía en zonas urbanas, proceso impulsado desde los años 1950, al igual que en toda América Latina, por el flujo de inmigración interna de zonas rurales hacia zonas urbanas a causa de las condiciones económicas y sociales desfavorables

El Censo de 2001 estableció que la urbanización del país había llegado al 89,3 % de la población total.

La Argentina presenta uno de los procesos de urbanización más temprana entre los países latinoamericanos.

Ciudades principales

La Argentina es, a menudo, descrita como un país macrocefálico, debido a la enorme influencia de su capital, Buenos Aires, en casi todos los aspectos de la vida nacional.

Con un área metropolitana de más de doce millones de habitantes, es el principal centro urbano del país, concentrando un 31 % de la población y un 40 % del producto bruto en apenas un 0,14 % del territorio.

En un distante segundo lugar se encuentra el Gran Córdoba, cuya población es casi diez veces menor.

Las veinte concentraciones urbanas más importantes de la Argentina son:

Cultura

La cultura argentina está marcada por el carácter multiétnico y multicultural de su población, el fuerte sincretismo de sus formas de expresión, y una positiva valoración del progreso y la modernidad, en la que se conjugan, no sin conflictos, un sentido de pertenencia a las culturas europeas y latinoamericanas, con fuertes aportes asiáticos y africanos.

El escritor argentino Ernesto Sabato ha reflexionado sobre la naturaleza de la cultura argentina del siguiente modo:

Fracturada la primitiva realidad hispanoamericana en esta cuenca del Plata por la inmigración, sus habitantes venimos a ser algo dual, con todos los peligros pero asimismo con todas las ventajas de esa condición: por nuestras raíces europeas vinculamos de modo entrañable el interior de la nación con los perdurables valores del Viejo Mundo; por nuestra condición de americanos, a través del folklore interior y el viejo castellano que nos unifica, nos vinculamos al resto del continente, sintiendo de algún modo la vocación de aquella Patria Grande que imaginaron San Martín y Bolívar.

Literatura

La literatura argentina ocupa un lugar destacado dentro de la literatura en español, con exponentes de finales del siglo XIX como José Hernández (autor de Martín Fierro, traducido a más de 70 idiomas), o del siglo XX, como Jorge Luis Borges, quien es considerado uno de los veintiséis autores centrales del canon de la literatura occidental de todos los tiempos por el crítico literario Harold Bloom; Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Ernesto Sabato y Juan Gelman (salvo Cortázar, todos ellos ganaron el Premio Miguel de Cervantes).

Música

El tango es un estilo musical y un baile nacido en los arrabales porteños con difusión internacional, ligado fuertemente con la Argentina y con Uruguay, pero sobre todo con Buenos Aires.

En este género musical se destacaron Carlos Gardel, considerado como el Rey del Tango, y el marplatense mundialmente reconocido Ástor Piazzolla, en tanto que en el baile se destaca el éxito mundial de Tango Argentino, creado en 1983 por Claudio Segovia y Héctor Orezzoli, con bailarines como Juan Carlos Copes, María Nieves y Virulazo.

Anualmente se realiza en Buenos Aires el Festival y Campeonato Mundial de Baile de Tango.

En Argentina tiene una amplia difusión la llamada música folklórica o simplemente folklore, inspirada en los géneros rurales tradicionales.

La música folklórica argentina tiene características regionales diferenciadas: en la música litoraleña predominan géneros como el chamamé y la chamarrita; en el folklore surero- patagónico, predominan géneros como la milonga, el triunfo y el malambo; en el folklore cuyano predomina la cueca y la tonada; en el folklore norteño predominan las chacareras y las zambas; y en el folklore del noroeste andino, predominan los carnavalitos, sayas y taquiraris.

Grupos folclóricos como Los Chalchaleros y cantantes solistas como Jorge Cafrune, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Oscar Palavecino y Soledad Pastorutti se encuentran entre los exponentes más importantes de estos géneros.

Entre los varios encuentros de música folklórica se destacan el Festival de Cosquín en Córdoba y el carnaval jujeño.

El «rock nacional» argentino ha tenido un amplio desarrollo desde finales de los años 1960 y una fuerte influencia en el rock iberoamericano cantado en español.

Posee exponentes destacados como las bandas fundacionales Los Gatos, Almendra, Manal y Sui Generis, además de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Soda Stereo o los músicos como Litto Nebbia y Luis Alberto Spinetta, además de Charly García, Fito Páez, Andrés Calamaro y el Indio Solari.

Los recitales multitudinarios suelen celebrarse en estadios, siendo el de mayor capacidad el Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti.

Los festivales más exitosos de la actualidad son el Cosquín Rock y el Quilmes Rock, celebrados anualmente.

La balada romántica, con cantantes de fama sudamericana como Sandro de América, la cumbia, también llamada «bailanta», con un ritmo más simple que el modelo original colombiano, y el cuarteto (este ritmo especialmente en la provincia de Córdoba), son los géneros de mayor arraigo en los sectores populares.

Buenos Aires suele ser escenario de la música electrónica en América Latina y es sede de importantes fiestas como la South American Music Conference, la Creamfields que con su convocatoria de más de 60 000 personas, se convirtió en una de las más importantes del mundo y el Ultra Music Festival Buenos Aires.

La ciudad, junto con Mar del Plata y Bariloche, tienen también su propio estilo de música electrónica.

Con base en el Conservatorio Nacional de Música y el Teatro Colón, se ha desarrollado una sólida escuela de música y danza clásicas.

En la música clásica, destacan compositores como Alberto Ginastera, intérpretes como Martha Argerich y directores como Daniel Barenboim.

En danza clásica, destacan Jorge Donn, Maximiliano Guerra, Paloma Herrera, Marianela Núñez, Iñaki Urlezaga y Julio Bocca; este último, director también del Ballet Argentino.

Entre las creaciones inclasificables de la música argentina se encuentra la obra de María Elena Walsh, orientada en gran medida pero no exclusivamente al público infantil, y los espectáculos humorísticos-musicales del conjunto Les Luthiers.

Cine

El cine argentino es, históricamente, uno de los más desarrollados de América Latina.

Cuenta con el promedio de salas por persona más alto de Latinoamérica.

Los primeros largometrajes animados, mudos y sonoros, fueron realizados por Quirino Cristiani.

Dos películas fueron galardonadas con el premio Óscar a la mejor película de habla no inglesa como La historia oficial (1985), dirigida por Luis Puenzo y el El secreto de sus ojos (2009) de Juan José Campanella.

Además el cine argentino ha cosechado numerosos premios internacionales, entre ellos los del festival de Goya, los del Festival Internacional de Cine de Berlín, y regionalmente los del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, entre otros.

Las cinco películas más vistas de la historia del cine argentino son Nazareno Cruz y el lobo (1975), de Leonardo Favio (3,3 millones); El santo de la espada (1970), de Leopoldo Torre Nilsson; Juan Moreira (1973), de Leonardo Favio; El secreto de sus ojos (2009), de Juan José Campanella (2,41 millones); y Metegol (2013) de Juan José Campanella (1,60 millones).

De la época del cine clásico argentino, en las décadas de 1930 y 1940 se destaca La guerra gaucha (1942) de Lucas Demare y las películas cómicas protagonizadas por Niní Marshall.

En el cine erótico se destacaron por su popularidad en toda América Latina, las películas del Armando Bo protagonizadas por Isabel Sarli.

Teatros

Debido al fenómeno de concentración urbana conocido como macrocefalia que afecta a la Argentina, gran parte de la actividad teatral del país se concentra en la ciudad de Buenos Aires.

El eje de la actividad teatral es la avenida Corrientes, en cuya zona de influencia se ubican muchos de los teatros y salas más importantes, como el Teatro Colón, el Teatro General San Martín, el Teatro Presidente Alvear, el Teatro Nacional Cervantes, el Teatro Gran Rex y el Teatro Maipo.

La ciudad en total cuenta con más de 300 teatros.

En otras ciudades del país existen importantes teatros, como el Teatro Argentino en La Plata, el Teatro El Circulo en Rosario, el Teatro del Libertador General San Martín (ex Rivera Indarte) de Córdoba, el Teatro 3 de Febrero en Paraná y el Teatro Vera en la ciudad de Corrientes, el Teatro San Martín de San Miguel de Tucumán, el Auditorio Juan Victoria de la ciudad de San Juan, entre otros.

Artes plásticas

La pintura y la escultura de la Argentina se nutren de estilos novedosos con influencias europeas e indoamericanas.

La tercera década del siglo XX representó una etapa fundamental para el desarrollo de la pintura, realizándose grandes acontecimientos relacionados con nuevas orientaciones estéticas.

Es por este motivo que el lapso comprendido entre 1920 y 1930 es considerado como el de formación de la pintura moderna argentina, teniendo exponentes como Antonio Berni, Gyula Kosice ―fundador del Movimiento Madí, el movimiento de la Nueva Figuración Argentina ―, Raúl Soldi y León Ferrari; y exponentes de pintura popular como Florencio Molina Campos y Benito Quinquela Martín.

La historieta argentina también tiene importantes representantes de fama internacional; al menos durante todo el siglo XX, el humor gráfico argentino ha ocupado un lugar preeminente en el género, gracias a artistas como Quino, con su famoso personaje de Mafalda, Guillermo Mordillo y Roberto Fontanarrosa.

En la historieta de ficción se destacan Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López con la obra El eternauta.

En la historieta infantil es relevante la obra de Manuel García Ferré, con personajes como Hijitus y Anteojito, así como revistas y películas de dibujos animados.

También es de destacar la importante tradición de publicaciones de revistas de historietas que han sido muy importantes dentro del mundo de la historieta en español, como es el caso de Fierro.

Idioma

El idioma español es entendido y hablado como primera o segunda lengua por prácticamente la totalidad de la población argentina.

El italiano y el quechua tienen más de un millón de hablantes.

De todos los países del mundo donde el español o castellano tiene estatus predominante, la Argentina es el de mayor extensión territorial.

El idioma español es el único idioma de uso en la administración pública a nivel nacional, sin que ninguna norma legal lo haya declarado como oficial.

Sin embargo, la provincia de Corrientes declaró en 2004 la cooficialidad del guaraní para la enseñanza y los actos de gobierno, aunque no se encuentra reglamentada.

La amplitud del país, la existencia de distintos sustratos lingüísticos producidos por la variedad de lenguas amerindias y las diferentes aportaciones de las lenguas vernáculas de los inmigrantes europeos de finales del siglo XIX y comienzos del XX, han dado lugar a varias modalidades dialectales diferentes.

El dialecto rioplatense es el dialecto de prestigio en todo el territorio y el más reconocido como variante argentina fuera del país; está fuertemente influido por el italiano, y presenta la particularidad de ser voseante aún en los registros más formales de la lengua.

La región patagónica ―poblada mayoritariamente por inmigrantes provenientes de la región central del país― adoptó también el uso de esta variante, con ligeras variantes fonológicas, probablemente por influjo de la inmigración chilena del siglo XX.

En el noroeste del país, por un lado, y en el Nordeste argentino, por otro, la influencia del quechua y del guaraní, respectivamente, ha dado origen a dialectos algo distintos, que a su vez presentan variaciones subdialectales regionales.

En las provincias de San Juan, Mendoza, y menor proporción en las provincias de San Luis y La Rioja, se da la intersección entre vestigios del español chileno y el rioplatense, presentándose modismos y pronunciación similar a la chilena, donde se pronuncia «ll» e «y» como y se asibilan las erres, en /rr /> (sonoramente), y /r/ inicial >, y en casos cultos o semicultos, a debilitadas o normales.

Cuyo, por su antigua dependencia y vecindad geográfica con Chile, posee un limitado número de voces que señala esos contactos; también se incorporaron voces mapuches en el caudal de los chilenismos.

Hay zonas de Cuyo que denotan mayor cercanía a Chile (Malargüe, Calingasta), otras más influidas desde el Río de la Plata, sea en la entonación o en algunas pronunciaciones.

Esta influencia se remonta al lunfardo porteño, que cabalgando en el flujo cultural rioplatense, asentó en la sociedad cuyana improntas más seguras, desde las clases altas (por los estudiantes y el tango), y que luego se perpetra hasta hoy con los medios de comunicación.

Son manifestaciones que integran los capítulos de una dialectología regional, pero de ninguna manera la gramática.

En el noroeste argentino, el español andino se fusiona con el dialecto de rioplatense.

La provincia de Córdoba y en especial su capital provincial, posee una curva de la entonación singular, distintiva aún a primera oída.

Otros rasgos significativos del español hablado en la Argentina, aparte de los lexicales (en los que abundan italianismos, quechuismos, guaranismos, y araucanismos), son el yeísmo con rehilamiento y el uso de vocablos del guaraní como en la expresión che.

El yeísmo con rehilamiento, pronunciación de la ll y de la y como una fricativa postalveolar, se encuentra muy extendido en el habla culta, con la excepción más notable del Nordeste argentino.

El idioma guaraní (avañe'ë) cuenta con hablantes en todo el Nordeste y, especialmente, en el interior de la provincia de Corrientes, donde comparte el estatus oficial junto con el idioma español.

El idioma quechua cuenta con un llamativo número de hablantes en la provincia de Santiago del Estero, donde se habla un dialecto muy diferenciado denominado quichua, y también en zonas de la provincia de Jujuy donde se usa una variedad de este idioma más similar a la que se habla en el suroeste de Bolivia.

El idioma mapudungun, la lengua de los mapuches, cuenta con hablantes en las provincias de la Patagonia, reflejando la larga y fuerte influencia de los mapuches, o araucanización, sobre los nativos argentinos de las áreas patagónicas y la llanura pampeana.

En la periferia de las grandes aglomeraciones urbanas, producto de constantes migraciones del noreste argentino, de Paraguay, Bolivia y Perú, hay hablantes del guaraní, quechua y aimara.

En algunas zonas limítrofes con el Brasil, es habitual el uso del portuñol, hibridación del español de la Argentina con el portugués de Brasil, dado sobre todo en la provincia de Misiones, y en menor medida en Corrientes y Entre Ríos.

Diversas comunidades de inmigrantes e hijos de inmigrantes todavía mantienen las lenguas de su región de origen, aunque este uso se pierde a medida que avanzan las generaciones.

El más destacable por la cantidad de hablantes es el italiano, siendo otros destacables el alemán, japonés, portugués, yiddish en las comunidades judías argentinas, galés en Chubut, polaco y más recientemente el chino mandarín.

Algunas jergas se han extendido tanto que han merecido tratamientos especiales, como el lunfardo y el rosarigasino.

El primero se halla muy difundido por su uso en las letras del tango, pero ha perdido buena parte de su influencia en el habla corriente, por el cambio generacional.

Religión

En la Argentina la libertad de cultos está garantizada por el «artículo 14» de la Constitución Nacional, aunque el Estado reconoce un carácter preeminente a la Iglesia católica, que cuenta con un estatus jurídico diferenciado respecto al del resto de iglesias y confesiones: según el artículo 2 de la Constitución, el Estado nacional debe sostenerla y según el Código civil, es jurídicamente asimilable a un ente de derecho público no estatal.

Se trata, con todo, de un régimen diferenciado que no conlleva su oficialidad como religión de la República.

La Argentina y la Santa Sede tienen firmado un concordato que regula las relaciones entre el Estado argentino y la Iglesia católica.

El 88 % de los argentinos han sido bautizados como católicos.

Sin embargo, el porcentaje de habitantes del país que se considera practicante se ubica entre el 69 % y el 78 %, de los cuales la cuarta parte nunca asiste a la iglesia.

El 12 % de la población profesa el evangelismo, el 12 % se considera agnóstica, el 4 % se considera atea, el 1,5 % es musulmana y el 1 % es judía.

Existen, asimismo, creencias populares de carácter religioso muy difundidas, como el culto a la Difunta Correa, a la Madre María, a Pancho Sierra, al Gauchito Gil.

o a Ceferino Namuncurá.

Este último fue beatificado por la Iglesia católica en 2007.

La Pachamama, una deidad femenina relacionada con la "Madre Tierra" común a varios pueblos originarios, también tiene una presencia importante en las creencias de la población argentina.

Educación

El temprano desarrollo de la educación popular colocó a la Argentina junto a las naciones de mayor alfabetización del mundo.

El uso del delantal blanco como uniforme escolar, como un paradigma de un ideal de igualdad o unidad, ha caracterizado siempre a la escuela pública, laica y gratuita, cuyo gran impulsor fue Domingo Faustino Sarmiento y se concretó con la Ley N.º 1420 de Educación Común.

Según la nueva Ley de Educación (de 2006), la instrucción es obligatoria entre los 5 y los 18 años.

En los años noventa se implementaron distintos tipos de sistemas educativos como la Educación General Básica y Educación Polimodal en la provincia de Buenos Aires, o la educación secundaria en la Capital Federal; la nueva ley marca el retorno al sistema tradicional de primaria, secundaria y colegios técnicos.

En todos los niveles de enseñanza existen instituciones educativas públicas y privadas.

El Estado garantiza la educación gratuita en todos ellos con excepción del postgrado universitario.

Según el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010 del INDEC, el porcentaje de alfabetización asciende al 98,1 % de la población, siendo uno de los más altos de América Latina.

Sobre un total de 36,2 millones de habitantes (2001), 11,1 millones (31 %) cursaban estudios formales:

El 20 de junio de 1949, el presidente Juan Domingo Perón decretó que las universidades nacionales de la Argentina serían gratuitas para los habitantes del país y de todos los países latinoamericanos.

Esa ley se mantiene hasta la actualidad.

En Argentina existen 38 universidades públicas nacionales en todo el territorio, y 41 privadas.

La Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) es la más grande del país, y una de las más prestigiosas de América.

Cuenta con más de 300 000 alumnos.

Museos, espacios de memoria y salas de espectáculos

Los museos más sobresalientes son el Museo Histórico Nacional de Argentina y el MALBA, donde se hacen exposiciones de pintura y escultura.

Son muy importantes también los museos paleontológicos de la Patagonia (Trelew, Plaza Huincul, etc.); las ruinas jesuíticas de San Ignacio, en Misiones o el Palacio San José en Entre Ríos.

También son importantes los espacios de memoria creados donde funcionaron centros de detención clandestina durante la dictadura de Videla, como la ESMA en Buenos Aires y La Perla en Córdoba.

Por otro lado, se destaca la actividad cultural veraniega en Mar del Plata y Villa Carlos Paz; y las fiestas y festivales populares como el Festival de Cosquín o el de Jesús María en la provincia de Córdoba.

El Carnaval del Gualeguaychú es el espectáculo teatral a cielo abierto más grande de la Argentina, y considerado el tercer carnaval más importante del mundo.

Cientos de fiestas nacionales se desarrollan en el país durante todo el año.

En Buenos Aires existen alrededor de 100 cines y 90 teatros, con una abundante cartelera de espectáculos.

La capital de Argentina también se distingue en la presentación de espectáculos o artistas de renombre internacional.

Se encuentran, entre otros, los centros culturales como el Borges, el Recoleta o el San Martín.

Gastronomía

La gastronomía argentina se destaca fundamentalmente por la carne vacuna y los vinos, así como por una amplia disposición de alimentos de todo tipo a precios relativamente bajos.

Puede considerarse básicamente configurada sobre las culturas alimentarias de las civilizaciones precolombinas andinas ―con su aporte crucial del maíz, la papa y el tomate ― y guaraníes, y luego, durante la era colonial, la multiplicación por azar de animales vacunos salvajes de libre apropiación en las pampas, sobre la que se fundó la cultura gauchesca.

Sobre esas bases actúan los muy fuertes influjos de las gastronomías italiana y española.

La comida típica argentina es el asado o parrillada (carne y entrañas de vaca cocinadas a las brasas), además de las empanadas (especie de pasteles rellenos de carne y otros gustos), los tamales, la humita y el locro.

Como en los países vecinos, es muy habitual el consumo de un sándwich de chorizo, denominado choripán.

La papa y la batata son alimentos ampliamente utilizados desde tiempos precolombinos.

Las pastas, la pizza, y el puchero también se han constituido en comidas típicas de la gastronomía argentina.

La tradición italiana de los « ñoquis del día 29 del mes» forma parte de la cultura popular tanto en la Argentina como en el Uruguay.

La producción y consumo de leche es muy importante, consumiéndose alrededor de 240 litros por persona por año.

De la existencia de grandes disponibilidades de leche se ha derivado un alto consumo de alimentos derivados como quesos (el país cuenta con 8 quesos propios) y dulce de leche, entre otros.

Entre los dulces, el alfajor es un producto ampliamente consumido y producido con múltiples variables regionales.

Lo mismo sucede con los helados, en especial con los de tipo italiano, aunque ya desde el tiempo de la colonia española existía alguna afición a los helados de tipo sorbete.

La bebida característica que Argentina comparte con otros países vecinos es una infusión precolombina de origen guaraní preparada con hojas de yerba mate (planta originaria de América del Sur) llamada mate.

El mate también puede ser preparado como un té, siendo denominado en este caso mate cocido.

La colonización española introdujo el consumo del café, que se ha hecho masivo, generalizándose desde los tiempos coloniales los « cafés » como lugares de encuentro.

Existe también un amplio consumo de té, ya sea de su variedad clásica introducida por influencia de la inmigración británica, como de hierbas digestivas de provenientes de antiguas tradiciones precolombinas como el boldo y la peperina.

En menor medida, existe la costumbre de consumir infusiones de chocolate, también por influencia colonial.

Entre las bebidas alcohólicas se destaca el vino, del cual la Argentina es el quinto productor mundial, y que es producido principalmente en Mendoza y San Juan, y en otras provincias cordilleranas.

Entre los vinos característicos del país se destaca el malbec.

El desayuno clásico es pan con manteca y dulce, acompañado de café, leche y, eventualmente, mate; este último suele reemplazar totalmente al desayuno.

La cena suele realizarse después de las 21:00 h.

Existe la tradición de dedicar el almuerzo del domingo al asado o las pastas, en reuniones familiares o con amigos.

Una docena de empanadas salteñas.

Asado.

Milanesa a la napolitana con papas fritas.

Alfajores triples con dulce de leche.

Locro.

Deporte

El deporte nacional es el pato, que comenzó a practicarse en el país a principios del siglo XVII.

En 1941 se fundó la Federación Argentina de Pato, y en 1953 fue declarado deporte nacional.

Sin embargo, no se trata del deporte más popular del país.

El fútbol superó a todas las disciplinas en el gusto de los argentinos.

Miembro de la FIFA, la Selección Argentina de Fútbol participó en 16 de las 20 fases finales de los Campeonatos Mundiales, logrando ser campeona en Argentina (1978) y en México (1986), además de llegar a ser subcampeona en Uruguay (1930), Italia (1990) y Brasil (2014).

También obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, además de 14 campeonatos en la Copa América.

Para ver medallas ganadas por el país: Argentina en los Juegos Olímpicos.

Entre los equipos mas importantes del país se destacan los Cinco grandes del fútbol argentino que son Club Atletico Boca Juniors, Club Atletico River Plate, Club Atlético Independiente, Racing Club y Club Atletico San Lorenzo de Almagro.

El futbolista Diego Armando Maradona es considerado uno de los máximos exponentes en la historia mundial.

Marcó el llamado Gol del Siglo.

Lionel Messi, desde 2009, es considerado por diversos organismos deportivos, por varios futbolistas, directores técnicos y la prensa, como «el actual mejor jugador del mundo».

En boxeo la Argentina se ha destacado tanto en el boxeo masculino como en el femenino.

Ha dado más de 30 campeones mundiales y 11 campeonas mundiales.

Carlos Monzón fue campeón mundial mediano entre 1970 y 1977.

Entre las boxeadoras la Tigresa Acuña inició en 2003 una generación de campeonas mundiales.

También obtuvieron en los Juegos Olímpicos 7 medallas de oro, 7 de plata y 10 de bronce.

El básquet tiene un rico pasado en el país: Argentina fue campeón mundial en 1950.

Sin embargo, en las décadas de 1960 y 1970 fue perdiendo importancia.

Con la creación de la Liga Nacional en 1984, recuperó y ganó en popularidad.

La irrupción de Emanuel Ginóbili en la NBA, y las grandes actuaciones de la Selección Argentina a nivel internacional, contribuyeron a un mayor seguimiento por parte del público.

En 2002, la Selección dirigida por Rubén Magnano alcanzó la final del Campeonato Mundial en Indianápolis, el cuarto lugar en el Campeonato Mundial Japón 2006, la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 (el título más importante de su historia) y la de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Los tenistas argentinos han ganado muchos lauros desde la irrupción en el tenis masculino de Guillermo Vilas en los años setenta y de Gabriela Sabatini en el femenino, en los ochenta y noventa.

Contemporáneamente, algunos tenistas argentinos han tenido logros destacados como David Nalbandian, que se consagró campeón del Másters 2005; Juan Martín del Potro que fue campeón del US Open en 2009; Gastón Gaudio, que fue campeón de Roland Garros en 2004, en una final argentina contra Guillermo Coria; y Paola Suárez, que obtuvo medalla de bronce en dobles femenino en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, así como 4 torneos de dobles de Roland Garros, el Abierto de Australia (2004) y tres US Open.

En la Copa Mundial por Equipos la Argentina obtuvo el título tres veces, la última en el 2007.

El hockey sobre césped femenino también ha registrado grandes logros como la obtención de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y Juegos Olímpicos de Londres 2012, seis Champions Trophy (2001, 2008, 2009, 2010, 2012, 2014), dos Campeonatos Mundiales (2002) y (2010), tres subcampeonatos, tres terceros puestos, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Luciana Aymar es considerada la mejor jugadora de hockey del mundo siendo elegida en ocho oportunidades (2001, 2004, 2005, 2007, 2008, 2009, 2010, 2013) por la Federación Internacional de Hockey.

El rugby en la Argentina es aficionado, con más de setenta mil practicantes registrados.

El seleccionado argentino, conocido como « Los Pumas », es el mejor equipo del continente americano y se encuentra en el grupo de los diez equipos que disputan los dos torneos regionales más importantes del mundo.

El automovilismo también ocupa un lugar importante en las preferencias de los argentinos, siendo Juan Manuel Fangio el mayor deportista en este rubro, quien en los años cincuenta logró cinco títulos mundiales de Fórmula 1.

También son frecuentes los rallís por lo que desde el año 2009 la extensa y en gran parte silvestre geografía Argentina es una de las sedes del célebre Rally Dakar.

Por su parte Argentina tiene destacada presencia internacional en el deporte ecuestre llamado polo, quizás por la previa tradición en el (también deporte ecuestre) ya citado «pato».

La Selección de polo de Argentina ganó cuatro Campeonatos mundiales y dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos.

Otro deporte en el que Argentina ha destacado internacionalmente es la pelota vasca, juego en el cual inventó una de las disciplinas que se practican, la pelota paleta o paleta argentina, disciplina en la que los pelotaris argentinos tienen la hegemonía mundial, mientras que se ubican en el tercer lugar en el medallero histórico del conjunto de disciplinas que se enfrentan en el Campeonato del Mundo, por detrás de Francia y España.

Juan Martín del Potro llegó a ser 4.º en el ranking de la ATP.

Juan Pico Mónaco, ex n.° 10 en el ranking de la ATP.

Emanuel Ginóbili, jugador de la NBA, es considerado el jugador argentino de básquet más importante de todos los tiempos.

Felipe Contepomi, ex capitán de Los Pumas, 3.º puesto en el Copa Mundial de Rugby de 2007 y participante del Rugby Championship.

Luciana Aymar, ex capitana de Las Leonas, ocho veces escogida Mejor Jugadora del Mundo.

Paleta inventada en la Argentina estilizando la paleta vacuna, que originó la disciplina pelota paleta o paleta argentina dentro de la pelota vasca, disciplina en la que los pelotaris argentinos lideran el medallero mundial.

La Tigresa Acuña inauguró una generación de mujeres boxeadoras que dio once campeonas mundiales entre 2003 y 2013.

Feriados nacionales

Los feriados en la Argentina se clasifican en días feriados y días no laborables.

Estos pueden ser nacionales, provinciales o municipales, o ser exclusivos de una rama laboral o educativa.

Asimismo, existen diversos aniversarios no tipificados como feriados, en los cuales se recuerdan acontecimientos generalmente de tipo contemporáneo y que pueden incluir actividad social o cobertura mediática, pero que permanecen como días laborables.

Los feriados nacionales incluyen festividades de la Iglesia católica, fiestas cívicas, conmemoraciones y feriados turísticos.

Existen feriados que caen siempre en el mismo día de cada año y otros que son móviles.

Algunos feriados son trasladables a un día lunes por motivos de promoción turística.

Los días no laborables nacionales incluyen al Jueves Santo y días específicos para los habitantes judíos y musulmanes.

Así mismo se han implementado desde 2011 mediante el Decreto 1585/2010 los denominados feriados puente con fines turísticos.

Símbolos patrios

La República Argentina posee una serie de elementos emblemáticos definidos por ley.

Bandera de la Argentina desplegada por un paracaidista.

Escarapela de la Argentina.

Escudo de la Argentina.

Portada de una partitura del Himno Nacional Argentino, de finales del siglo XIX, hallada en Bolivia.

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