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Filipinas

Filipinas

Filipinas (en filipino: Pilipinas; en inglés: Philippines), oficialmente conocida como la República de Filipinas (en filipino: Repúblika ng Pilipinas; en inglés: Republic of the Philippines), es un país insular del Sureste Asiático ubicado en el océano Pacífico.

En el norte se encuentra separada de Taiwán por el estrecho de Luzón; al oeste se ubica el mar de la China Meridional y Vietnam; al suroeste, entre el país y la isla de Borneo, se encuentra el mar de Sulú; al sur el mar de Célebes la separa de otras islas de Indonesia y al este limita con el mar de Filipinas.

Su ubicación en el cinturón de fuego del Pacífico y su clima tropical lo convierten en un lugar propenso a terremotos y tifones, pero también es rico en recursos naturales y alberga una de las zonas más biodiversas en el mundo.

Siendo un archipiélago que comprende 7107 islas, las Filipinas se clasifican en tres divisiones geográficas: Luzón, Bisayas y Mindanao.

Su capital es Manila.

Con una población estimada en más de 94 millones de personas, Filipinas es el 12° país más poblado del mundo, sin considerar los 11 millones de filipinos que viven en el extranjero.

Varias etnias y culturas conviven a lo largo de sus islas.

En tiempos prehistóricos, los negritos fueron algunos de los primeros habitantes del archipiélago.

Fueron seguidos por oleadas sucesivas de pueblos austronesios que trajeron consigo influencias de Malasia, la India y el mundo islámico, mientras que el comercio introdujo influencias culturales chinas.

En 1521, la llegada de Fernando de Magallanes marcó el comienzo de una era de bajo la influencia y posterior dominio español.

Manila emergió como el centro económico del Imperio español en Asia y puerto desde donde partía anualmente el Galeón de Manila con dirección a Nueva España.

El trabajo de los misioneros convirtió al cristianismo en la religión dominante.

Entre los siglos XIX y XX, estallaron los enfrentamientos de la Revolución filipina —durante la cual se fraguó la efímera Primera República Filipina —, la Guerra Hispano-Estadounidense y la Guerra Filipino-Estadounidense.

Como resultado, los Estados Unidos reemplazaron a España como la potencia dominante.

A excepción del período de ocupación japonesa, los estadounidenses mantuvieron la soberanía sobre las islas hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el archipiélago obtuvo su independencia.

La herencia de los Estados Unidos en Filipinas perdura en el idioma inglés y en una mayor afinidad con la cultura occidental.

Desde la independencia, el país ha tenido una experiencia a menudo tumultuosa con la democracia, con movimientos populares que evocan al «Poder del pueblo» para derrocar una dictadura en algunos casos, pero cuyo uso también ha servido para remarcar las debilidades institucionales de la República Constitucional.

Etimología

El vocablo «Filipinas» deriva del nombre del rey Felipe II de España.

Durante una expedición en 1542, el explorador español Ruy López de Villalobos bautizó las islas de Leyte y Sámar como «Felipinas» en honor al entonces Príncipe de Asturias.

Finalmente, el nombre fue alterado y la denominación de «Las Islas Filipinas» pasó a ser utilizada para referirse a todas las islas del archipiélago.

Antes de esto, se utilizaron otros nombres para referirse al país como «Islas del Poniente» y «San Lázaro», nombre que les dio Magallanes.

El nombre oficial de las Filipinas ha cambiado varias veces en el transcurso de su historia.

Durante la Revolución filipina, el Congreso de Malolos proclamó el establecimiento de la « República Filipina ».

Con la colonización estadounidense y la introducción del idioma inglés, el nombre oficial del país se tradujo al nuevo idioma predominante, Republic of the Philippines.

De esta forma, desde su independencia, el nombre oficial del país ha sido la «República de Filipinas», sin anteponer el «las» que resulta de la traducción literal del nombre.

Historia

Prehistoria y época prehispánica

El metatarso del hombre de Callao, que fue datado por el método del uranio – torio en 67 000 años de antigüedad, reemplazó al hombre de Tabon como los restos humanos más antiguos hallados en el archipiélago filipino.

Los negritos estuvieron entre los primeros habitantes de las islas, pero la fecha de su aparición en Filipinas aún es discutida.

Hay varias teorías sobre los orígenes de los primeros habitantes de las islas.

F.

Landa Jocano sugiere que los antepasados de los filipinos actuales surgieron y se desarrollaron localmente.

La teoría del origen isleño de Wilhelm Solheim postula que el poblamiento del archipiélago se dio a través de las rutas de comercio que provenían de la zona de Sonda alrededor de los años 48 000 a 5000 a.

C., en vez de una migración a gran escala.

La teoría de la expansión austronesia afirma que varios grupos malayo-polinesios procedentes de Taiwán comenzaron a migrar a Filipinas alrededor del 4000 a.

C., desplazando a los primeros pobladores.

Cualquiera que sea el caso, para el año 1000 a.

C., los habitantes del archipiélago se habían organizado en cuatro tipos de grupos sociales: las tribus de cazadores-recolectores, sociedades guerreras, plutocracias pequeñas y principados con centro en los puertos marítimos.

En el transcurso de los siguientes siglos, el comercio con los pueblos marítimos y otros países asiáticos trajo consigo la influencia del islam, el budismo y el hinduismo.

Durante este tiempo no hubo ningún Estado político unificador que abarcara todo el archipiélago filipino.

En su lugar, las islas estaban divididas entre varias talasocracias que a menudo luchaban entre sí, gobernadas por varios datus, rajás o sultanes.

Entre ellos estaban los reinos de Manila, Namayan y Tondo; los rajanatos de Butuan y Cebú y los sultanatos de Maguindanao y Sulú.

Algunas de estas sociedades fueron parte de los imperios malayos de Srivijaya, Madjapahit y Brunéi.

El islam llegó a Filipinas por medio de comerciantes y algunos proselitistas provenientes de Malasia e Indonesia.

De este modo, en el siglo XV, el mahometanismo se estableció en el archipiélago Sulú, mientras que en 1565 ya se tiene constancia de que había alcanzado Mindanao, Luzón y las Bisayas.

Dominio español

En 1521, el explorador portugués Fernando de Magallanes llegó a Filipinas y reclamó las islas para España.

La colonización comenzó en 1565, cuando el explorador español Miguel López de Legazpi llegó desde la Nueva España y fundó los primeros asentamientos europeos en terreno filipino en la actual Cebú.

En 1571, después de tratar con las familias reales nativas durante la conspiración de Tondo y tras derrotar a la tripulación del pirata chino Limahong, los españoles establecieron en Manila la capital de las Indias Orientales Españolas.

El mandato español contribuyó a lograr la unidad política por primera vez en el archipiélago.

Desde 1565 hasta 1821, la Capitanía General de las Filipinas fue gobernada como un territorio del Virreinato de la Nueva España y, a continuación, se administró directamente desde Madrid después de la Guerra de Independencia de México.

Desde esta misma Capitanía, España controlaba otros de sus territorios en el Pacífico, entre los que se incluían Guam, Palaos, las Islas Carolinas y las Islas Marianas.

Entre los siglos XVI y XIX, el galeón de Manila comunicó a la capital del territorio con Acapulco, realizando un viaje una o dos veces al año.

El comercio introdujo al país alimentos como el maíz, el tomate, la patata, el chile y la piña procedentes de América.

Los misioneros católicos convirtieron a la mayoría de los habitantes de las tierras bajas al cristianismo y fundaron escuelas, universidades y hospitales.

Aunque un decreto español introdujo la educación pública gratuita en 1863, los esfuerzos por llevarle la educación pública al pueblo no se consumaron sino hasta el período estadounidense.

Durante su gobierno, los españoles lucharon contra varias rebeliones indígenas y múltiples desafíos externos como los piratas chinos, neerlandeses y portugueses.

En una extensión de los combates de la Guerra de los Siete Años, las fuerzas británicas al mando del brigadier general William Draper y el almirante Samuel Cornish, ocuparon brevemente la ciudad de Manila.

Encontraron aliados locales como Diego y Gabriela Silang, que aprovecharon la oportunidad para liderar una revuelta, hasta que el gobierno español finalmente fue restaurado tras el Tratado de París de 1763.

En el siglo XIX, los puertos filipinos se abrieron al comercio mundial y se produjeron cambios en la sociedad filipina.

Muchos españoles nacidos en Filipinas (criollos) y los de ascendencia mixta (mestizos) se hicieron ricos.

La afluencia de colonos españoles y latinos disminuyó el poder de la Iglesia y abrió varios puestos en el gobierno tradicionalmente ocupados por los españoles nacidos en la península Ibérica (peninsulares).

Los ideales de la revolución también comenzaron a extenderse a través de las islas.

La insatisfacción de los criollos resultó en la revuelta en Cavite El Viejo en 1872, que fue una de los precursores de la Revolución filipina.

Revolución filipina, Primera República Filipina y dominio estadounidense

Los sentimientos revolucionarios se avivaron en 1872, después de que tres sacerdotes, Mariano Gómez, José Burgos y Jacinto Zamora —conocidos como Gomburza —, fueron acusados de sedición y ejecutados por las autoridades coloniales.

Esto inspiraría a un movimiento de propaganda en España, organizado por Marcelo H.

del Pilar, José Rizal y Mariano Ponce, donde presionaban para la creación de reformas políticas en Filipinas.

Eventualmente, Rizal fue arrestado y ejecutado el 30 de diciembre de 1896, por cargos de rebelión.

Como los intentos para lograr estas reformas encontraron una gran resistencia, en 1892 Andrés Bonifacio estableció una sociedad secreta llamada la Katipunan, una sociedad relacionada con otros grupos de masones que buscaba la independencia del gobierno español a través de una revuelta armada.

Bonifacio y Katipunan comenzaron la Revolución filipina en 1896.

Una facción del Katipunan, los Magdalo de la provincia de Cavite, llegó a desafiar la posición de Bonifacio como líder de la revolución y Emilio Aguinaldo lo relevó.

En 1898, la Guerra Hispano-Estadounidense comenzó en Cuba y posteriormente se extendió al archipiélago filipino ya sumergido en una revuelta.

El 12 de junio de 1898 Aguinaldo declaró la independencia filipina de España en Kawit, Cavite, y al año siguiente se estableció la Primera República Filipina.

Por su parte, cuando España perdió la guerra firmó el Tratado de París de 1898, en el cual cedió el dominio de las islas a Estados Unidos por 20 millones de dólares.

Como se hizo cada vez más evidente que los Estados Unidos no reconocerían a la Primera República Filipina, estalló la Guerra Filipino-Estadounidense.

Al perder el conflicto, el archipiélago terminó bajo el control total estadounidense, ya que hasta entonces había sido administrado como un área insular; en 1935, Filipinas obtuvo el estatus de « Estado libre asociado ».

En la década siguiente, los planes para recuperar la independencia fueron interrumpidos por la Segunda Guerra Mundial, en particular cuando el Imperio japonés invadió el país y estableció un gobierno títere, la Segunda República Filipina.

Durante el conflicto se cometieron múltiples crímenes de guerra, como la Marcha de la Muerte de Batán y la Masacre de Manila, que culminó con la batalla de Manila.

Los crímenes contra población de origen español en Filipinas, y asaltos realizados a sedes oficiales consulados y embajadas españoles por los japoneses, provocaron gran inquietud en España, hasta el punto que el Gobierno del General Franco, que en un principio coqueteó con las potencias del eje, rompió las relaciones diplomáticas con Japón el 12 de abril de 1945, y España estuvo a un paso de declarar la guerra a Japón.

Para cuando las tropas aliadas hubieron derrotado a los japoneses en 1945, más de un millón de filipinos habían muerto.

Finalmente, el 4 de julio de 1946, Filipinas alcanzó su independencia del gobierno estadounidense.

Dictadura de Marcos y Tercera República Filipina

Tras lograr su independencia, la joven nación enfrentó varios problemas: el país tuvo que ser reconstruido de los estragos de la guerra y llegar a un acuerdo con varios colaboradores y empresarios japoneses para comenzar su desarrollo económico.

Mientras tanto, el Hukbalahap, un ejército rebelde comunista que anteriormente luchaba en contra de los japoneses, continuaba activo en las regiones rurales.

Finalmente, esta amenaza fue abordada por el Secretario de la Defensa Nacional y posterior presidente Ramón Magsaysay, aunque se siguieron presentando algunos casos esporádicos de insurgencia comunista.

En 1965, Ferdinand Marcos fue elegido presidente, con su esposa Imelda Marcos a su lado.

Como la Constitución prohibía reelegirse para el cargo presidencial más de dos veces, al final de su segundo mandato, declaró la ley marcial el 21 de septiembre de 1972.

Para seguir gobernando por decreto, utilizó como argumentos la división política, la tensión de la Guerra Fría y el espectro de la rebelión comunista y de la insurgencia islámica en el país.

De esta manera, dio inicio a una dictadura que duró más de diez años y que se caracterizó por el estricto control de la economía y la represión política.

El 21 de agosto de 1983, Benigno «Ninoy» Aquino, Jr., líder de la oposición al gobierno de Marcos, ignoró las advertencias y regresó del exilio en Estados Unidos.

Fue asesinado al descender de su avión en el Aeropuerto Internacional de Manila —ahora llamado Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino en su memoria—.

Con el aumento de la presión política, Marcos finalmente convocó a elecciones presidenciales en 1986.

Corazón Aquino, viuda de Benigno, se convirtió en la líder de la oposición y en su candidata para la contienda presidencial.

Cuando Marcos se proclamó ganador de las elecciones, muchos pensaron que habían estado arregladas.

Esto condujo a la Revolución de EDSA, instigada cuando dos de los aliados más antiguos de Marcos — Fidel V.

Ramos, Jefe de Estado Mayor adjunto de las Fuerzas Armadas y Juan Ponce Enrile, Secretario de la Defensa Nacional— renunciaron y se manifestaron en campo Aguinaldo y campo Crame.

El Cardenal Arzobispo de Manila, Jaime Sin, exhortó a las personas a reunirse en apoyo a los líderes rebeldes y a protestar en la Avenida Epifanio de los Santos (EDSA).

Ante las protestas masivas y las deserciones militares, Marcos y sus aliados huyeron a Hawái, donde fueron exiliados.

Ese mismo año, Corazón Aquino fue nombrada presidenta.

El retorno de la democracia y las reformas al gobierno después de los eventos de 1986 fueron obstaculizados por la deuda nacional, la corrupción, los intentos de golpe de Estado, una persistente insurgencia comunista y los movimientos separatistas islámicos.

Aunque la economía mejoró durante la administración de Fidel V.

Ramos, quien fue elegido presidente en 1992, el inicio de la crisis financiera asiática de 1997 frenó estos avances.

En 2001, en medio de acusaciones de corrupción y un proceso de destitución estancado, el sucesor de Ramos, Joseph Estrada, fue expulsado de la presidencia por la Revolución de EDSA de 2001 y reemplazado por Gloria Macapagal-Arroyo.

Finalmente, como resultado de las elecciones de mayo de 2010, Benigno «Noynoy» Aquino III fue elegido presidente.

Gobierno y política

Filipinas es una república constitucional con un sistema presidencial de gobierno, administrado como un Estado unitario, con la excepción de la Región Autónoma del Mindanao Musulmán, que es en gran parte independiente del gobierno nacional.

El presidente actúa como Jefe de Estado y Jefe de gobierno, además de ser el Comandante en jefe de las fuerzas armadas.

Es electo por voto popular para un periodo único de seis años, durante el cual él mismo elige y preside su propio gabinete.

El Congreso bicameral está compuesto por el Senado —equivalente a la cámara alta, con miembros elegidos para un periodo de seis años— y la Cámara de Representantes —la cámara baja, con miembros elegidos para un periodo de tres años—.

Los senadores son elegidos en elecciones generales, mientras que los representantes son electos mediante distritos legislativos y por medio de representación proporcional.

El poder judicial está encabezado por la Corte Suprema, compuesta por el Jefe de Justicia como el juez presidente y catorce jueces asociados, los cuales son elegidos por el presidente de entre varios nominados por el Consejo de Justicia y Colegio de Abogados.

Desde la administración del gobierno de Ramos, ha habido varios intentos por reformar el gobierno a un sistema federal, unicameral o parlamentario.

Seguridad y defensa

La defensa filipina corre a cargo de las Fuerzas Armadas de Filipinas, la cual está compuesta por tres cuerpos: la Fuerza Aérea, el Ejército y la Armada (incluyendo el Cuerpo de Marines).

En 2010, las Fuerzas Armadas filipinas contaban con más de 331 500 elementos activos, la 40ª más grande del mundo.

Por su parte, la Policía Nacional Filipina es la encargada de la seguridad civil, bajo el mando del Departamento del Interior y Gobierno Local.

En la Región Autónoma del Mindanao Musulmán, la organización separatista más importante, el Frente de Liberación Nacional Moro, es el que políticamente gobierna la región.

Otros grupos militantes como el Frente de Liberación Islámica Moro, los comunistas del Nuevo Ejército del Pueblo y Abu Sayyaf aún luchan en otras provincias, pero su presencia se ha ido reduciendo en años recientes, debido a los operativos de seguridad implementados por el gobierno.

Filipinas ha sido un aliado de los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial: en 1951, ambos países firmaron un tratado de defensa mutua.

Filipinas apoyó la ideología estadounidense durante la Guerra Fría, así como su participación en las guerras de Corea y Vietnam.

Incluso, fue miembro de la ahora disuelta SEATO, una organización cuyo objetivo era efectuar un papel similar a la OTAN en la región, entre cuyos miembros se encontraban Australia, Francia, Nueva Zelanda, Pakistán, Tailandia, el Reino Unido y Estados Unidos.

Después del inicio de la Guerra contra el terrorismo, el ejército filipino fue parte de la coalición que brindó apoyo a los Estados Unidos en Irak, por lo que fue catalogado como un aliado importante extra-OTAN.

Actualmente, el gobierno filipino trabaja para detener a los insurgentes dentro de su territorio con ayuda del gobierno de los Estados Unidos.

Relaciones exteriores

Las relaciones internacionales de Filipinas se basan en el comercio con otras naciones y el bienestar de los once millones de filipinos que viven fuera del país.

Como fundador y miembro activo de la Organización de las Naciones Unidas, Filipinas ha sido elegido varias veces para integrar el Consejo de Seguridad de la ONU, y un nacional, Carlos P.

Rómulo, fue Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El país es un participante activo en el Consejo de Derechos Humanos, así como en las misiones de mantenimiento de la paz, sobre todo en Timor Oriental.

Además de su participación en la ONU, el país también es fundador y miembro activo de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), una organización diseñada para fortalecer las relaciones y promover el crecimiento económico y cultural entre los estados de la región del sudeste de Asia.

Ha sido sede de varias de sus cumbres y es un contribuyente activo en la dirección y las políticas del bloque.

Las relaciones que actualmente disfruta con otros estados del sudeste de Asia contrastan con la situación de la década de 1970, cuando estaba en guerra con Vietnam y se disputaba el territorio de Sabah con Malasia, si bien aún existen desacuerdos respecto a las Islas Spratly.

Filipinas también es miembro de la Cumbre de Asia Oriental (EAS), el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), la Unión Latina, el Grupo de los 24, el Movimiento de Países No Alineados y es considerado un aliado importante extra-OTAN.

Además busca fortalecer sus relaciones con los países islámicos por medio de su candidatura para ingresar como observador en la Organización de la Conferencia Islámica.

Filipinas posee buenas relaciones con los Estados Unidos, a quien apoyó durante la Guerra Fría y la Guerra contra el terrorismo.

No obstante, en años recientes la presencia estadounidense en las bases militares de Bahía Subic y Clark y el Acuerdo de Fuerzas Visitantes han generado cierta controversia.

También Japón, el mayor contribuyente oficial de ayuda al desarrollo para el país, es considerado como uno de sus principales aliados.

Aunque aún prevalecen ciertos debates históricos entre los dos países —sobre todo en temas como las mujeres de confort —, gran parte de la enemistad surgida por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial ha desaparecido.

Las relaciones de Filipinas con otras naciones son en su mayor parte positivas.

El hecho de compartir varios valores democráticos facilita sus relaciones con los países europeos y occidentales; los problemas económicos por los que atraviesa le ayudan a crear vínculos con otros países en desarrollo que cursan con obstáculos similares.

Del mismo modo, los lazos históricos y las similitudes culturales estrechan las relaciones con España y América Latina.

A pesar de los problemas que afectan a los trabajadores filipinos en el extranjero, como el abuso doméstico y la guerra, así como los obstáculos planteados por una insurgencia islámica en Mindanao, las relaciones con los países del Medio Oriente —incluidos Egipto, Irán, Irak, Libia, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos — son buenas, lo que permite que los más de dos millones de filipinos puedan seguir viviendo y trabajando en la región.

Las relaciones una vez hostiles entre Filipinas y la República Popular China han mejorado considerablemente, en especial desde la década de 1950.

Sin embargo, varias cuestiones relacionadas con el reconocimiento de la República de China, la posesión de las Islas Spratly y la preocupación del crecimiento de la influencia china, impiden una relación estrecha entre ambos vecinos.

Recientemente, la política exterior filipina se ha ido encaminando principalmente a entablar mejores relaciones económicas con sus vecinos del sureste asiático y del Pacífico.

Derechos humanos

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia en los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Filipinas ha firmado o ratificado:

Organización territorial

Para fines prácticos, el archipiélago filipino se divide en tres grupos de islas: Luzón, Bisayas y Mindanao.

A su vez, estas se dividen en 17 regiones, 80 provincias, 138 ciudades, 1496 municipios y 42 025 barangays.

Además, la sección 2 de la Ley de la República No. 5446 afirma que la definición del mar territorial alrededor del territorio filipino, no tiene efecto en la reclamación sobre Sabah.

Geografía

Filipinas es un archipiélago de 7107 islas, con una superficie total de aproximadamente 300 000 km² —incluidos los cuerpos de agua interiores—.

Sus 36 289 km de litoral lo convierten en el quinto país con la mayor longitud de costa en el mundo.

El territorio filipino se encuentra ubicado entre las coordenadas 116° 40' E, 126° 34' E y 4° 40' N, 21° 10' N.

Limita con el mar de Filipinas al este, el mar de China Meridional al oeste y al sur con el mar de Célebes.

La isla de Borneo está situada a sólo unos cientos de kilómetros al sudoeste y Taiwán se encuentra directamente al norte.

Las Molucas y Sulawesi se encuentran en el suroeste y Palaos está ubicado al este de las islas.

La mayoría de las islas son montañosas, están cubiertas de una densa selva tropical y son de origen volcánico.

La montaña más alta es el monte Apo, con una altitud de 2954 msnm y está situado en la isla de Mindanao.

La depresión de Galathea en la fosa de Filipinas es el punto más profundo en el territorio nacional, y el tercero más profundo en el mundo, ubicada en el fondo del mar de Filipinas.

Asimismo, el río más largo es el río Cagayán en el norte de Luzón.

La bahía de Manila, donde se encuentra la ciudad de Manila, está conectada a la laguna de Bay —el lago más grande de Filipinas— por el río Pasig.

Las cuencas hidrográficas más importantes del país son las del río Pulangi y Agusan en Mindanao y el Cagayán y el Pampanga en Luzón.

La bahía Subic, el golfo de Davao y el golfo Moro son otras de las bahías más importantes.

El estrecho de San Juanico separa las islas de Samar y Leyte, aunque se encuentran conectadas gracias al puente de San Juanico.

Situado en la periferia occidental del Cinturón de Fuego del Pacífico, Filipinas experimenta una actividad sísmica y volcánica frecuente.

La meseta Benham, al este en el mar de Filipinas, es una región submarina con una actividad de subducción tectónica muy activa.

Diariamente se registran alrededor de 20 sismos, aunque la mayoría son demasiado débiles para sentirse; el último terremoto importante registrado fue el terremoto de Luzón de 1990.

De igual manera, hay muchos volcanes activos en el archipiélago, como el monte Mayón, el monte Pinatubo y el volcán Taal.

La erupción del monte Pinatubo en junio de 1991 produjo la erupción terrestre más grande del siglo XX.

No obstante, no todos los accidentes geográficos notables tienen un origen tan violento o destructivo: ejemplo del legado de la actividad geológica es el río subterráneo de Puerto Princesa.

Debido a la naturaleza volcánica de las islas, los depósitos minerales son abundantes.

Se estima que la nación tiene el segundo depósito de oro más importante después de Sudáfrica y uno de los yacimientos de cobre más grandes en el mundo.

El subsuelo también es rico en zinc, cromo y níquel.

A pesar de ello, la mala gestión, la alta densidad de población y la conciencia ambiental han provocado que estos queden en gran medida sin explotar.

A diferencia de lo anterior, la energía geotérmica es uno de los productos de la actividad volcánica que el país ha aprovechado con más éxito.

Filipinas es el segundo productor de energía geotérmica más grande del mundo, detrás de Estados Unidos, ya que cubre el 18% de la demanda de electricidad nacional.

Al sur de Filipinas pasa la línea de Wallace, una línea imaginaria que marca un límite biogeográfico a través de Insulindia que separa las regiones de Asia y Oceanía.

La fauna, y en menor medida la flora, son distintas a cada lado, pese a la proximidad geográfica y la relativa similitud climática, reflejando historias evolutivas separadas.

La línea pasa entre las islas de Bali y Lombok, al este de Java; continúa entre Borneo, que deja al oeste, y las Célebes y pasa al sur de Filipinas.

Clima

Filipinas tiene un clima tropical marítimo y suele ser cálido y húmedo.

Se distinguen tres estaciones: tag-init o tag-araw, la estación cálida seca desde marzo a mayo; tag-ulan, la temporada de lluvias de junio a noviembre; y tag-lamig, la estación templada seca de diciembre a febrero.

El monzón del suroeste —de mayo a octubre— es conocido como el Habagat y los vientos secos del monzón del noreste —de noviembre a abril—, como el Amihan.

Las temperaturas oscilan normalmente entre 21 °C a 32 °C, aunque pueden ser más frías o cálidas dependiendo de la estación; el mes más templado es enero y el más cálido es mayo.

La temperatura media anual es de alrededor de 26,6 °C.

Al examinar las temperaturas, la ubicación en términos de latitud y longitud no es un factor importante.

Ya sea en el extremo norte, sur, al este o al oeste del país, las temperaturas a nivel del mar tienden a estar en el mismo rango.

Generalmente, es la altitud la que tiene más impacto.

La temperatura media anual de Baguio, localizada a una altura de 1500 msnm, es de 18,3 °C, lo que la convierte en un destino popular durante los veranos calurosos.

Al estar ubicadas en una zona de ciclones tropicales, la mayoría de las islas experimenta lluvias torrenciales y tormentas eléctricas desde julio a octubre, debido a que en promedio unos diecinueve ciclones entran en el territorio filipino, y entre ocho o nueve de ellos tocan tierra en el archipiélago.

La precipitación anual media es de hasta 5000 mm en la sección montañosa de la costa este, pero menos de 1000 mm en algunos de los valles bajos.

El ciclón tropical más lluvioso que impactó el país fue el tifón de julio de 1911, que descargó más de 1168 mm de lluvia en sólo 24 horas en la ciudad de Baguio.

Desde entonces, en tagalo se utiliza el término bagyo para referirse a un ciclón tropical.

Flora y fauna

Las selvas y las extensas costas dan lugar a una amplia gama de aves, plantas, animales y criaturas marinas.

Filipinas es uno de los diez países con mayor diversidad biológica, con uno de los índices más altos de biodiversidad por unidad de superficie.

Se pueden encontrar alrededor de 1100 especies de vertebrados terrestres, incluyendo más de 100 especies de mamíferos y 170 especies de aves que se cree que no existen en otro lugar.

Entre las especies endémicas destacan el tamarao de Mindoro, el venado manchado de Bisayas, el ciervo-ratón filipino, el jabalí de las Bisayas, el lémur volador filipino y varias especies de murciélagos.

Filipinas carece de grandes depredadores, con la excepción de las serpientes, como pitones y cobras, y algunas aves de presa, como el águila monera filipina, el ave nacional.

Otros animales nativos incluyen la civeta de las palmeras, el dugón y el tarsero filipino.

Con un estimado de 13 500 especies vegetales en el país —3200 de las cuales son exclusivas de las islas— las selvas filipinas cuentan con una flora abundante, incluyendo muchos tipos raros de orquídeas y rafflesias.

El narra es considerado como la madera dura más importante de la industria.

Las aguas marítimas Filipinas abarcan cerca de 2,2 millones km² y albergan una vida marina única y diversa, que es una parte importante del triángulo de Coral.

Aquí viven 2400 especies de peces y más de 500 especies de coral.

El arrecife de Apo es el sistema de arrecifes de coral contiguos más grande del país y el segundo más grande del mundo.

Las aguas filipinas también mantienen el cultivo de perlas, cangrejos y algas.

La deforestación, a menudo resultado de la tala ilegal, es un grave problema en las Filipinas.

La cubierta forestal disminuyó del 70% de la superficie total del país en 1900, al 18,3% en 1999.

Muchas especies están en peligro de extinción y los científicos aseguran que el Sureste Asiático, del que Filipinas forma parte, enfrenta una tasa de extinción catastrófica del 20% al final del siglo XX.

Según Conservation International, «el país es una de las pocas naciones que es, en su totalidad, una zona interactiva y un país de megadiversidad, lo que lo coloca entre las zonas de máxima prioridad para la conservación mundial.»

Economía

La economía de Filipinas es la 46ª más grande del mundo, con un PIB nominal estimado en US$ 189 mil millones para 2010.

El Fondo Monetario Internacional prevé que esta cifra llegue a más de US$ 202 mil millones para finales del año 2011.

Las principales exportaciones son los semiconductores y productos electrónicos, equipos de transporte, ropa, productos de cobre, productos derivados del petróleo, aceite de coco y frutas.

Asimismo, sus principales socios comerciales son Estados Unidos, Japón, China, Singapur, Corea del Sur, los Países Bajos, Hong Kong, Alemania, Taiwán y Tailandia.

Su moneda es el peso filipino (₱ o PHP).

Filipinas es miembro del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Asiático de Desarrollo (que tiene su sede en la ciudad de Mandaluyong), el Plan Colombo y el G-77, entre otros grupos e instituciones.

Como un país recientemente industrializado, la economía filipina pasó de basarse en la agricultura a centrarse en los servicios y manufactura.

De los 38,1 millones personas que integran la fuerza laboral del país, el sector agrícola emplea cerca del 32%, pero contribuye con sólo un 13,8% del PIB.

El sector industrial emplea alrededor de 13,7% de la población activa y representa el 30% del PIB.

Por su lado, el 46,5% de los trabajadores del sector de servicios son responsables del 56,2% del PIB.

En julio de 2009, la tasa de desempleo ascendía a alrededor de 7,6% y debido a la desaceleración económica mundial, en septiembre del mismo año la inflación alcanzó un nivel de 0,70%.

En febrero de 2010, las reservas internacionales brutas eran de US$ 45 713 millones.

En 2004, la deuda pública como porcentaje del PIB se estimaba en 74,2%; en 2008, descendió al 56,9%, mientras que la deuda externa bruta aumentó a US$ 66,27 mil millones.

En julio de 2011, la tasa de inflación se hallaba en un nivel de 5,1%, mostrando un aumento de más de un punto porcentual en relación con el mismo mes de 2010.

Tras la Segunda Guerra Mundial, por un tiempo fue considerado como la segunda economía más rica de Asia Oriental, sólo por detrás de la japonesa.

Sin embargo, durante los años 1960 comenzó a verse superada.

La economía se estancó bajo la dictadura de Ferdinand Marcos, con inestabilidad política y una mala administración económica por parte del régimen.

El país sufrió un lento crecimiento económico y temporadas de recesión.

No fue hasta la década de 1990 cuando la economía empezó a recuperarse, debido, según diversos analistas, a un programa de liberalización económica.

En 1997, la crisis financiera asiática afectó a su economía, resultando en una continua devaluación de la moneda nacional y varias caídas en el mercado de valores.

No obstante, sus efectos en Filipinas no resultaron tan graves como para algunos de sus vecinos asiáticos.

Esto fue así, en gran parte, por el conservadurismo fiscal del gobierno, como resultado de décadas de monitoreo y supervisión fiscal del Fondo Monetario Internacional (FMI), en comparación con el gasto masivo de sus vecinos por una aceleración rápida de su crecimiento económico.

Desde entonces, Filipinas ha tenido indicios de progreso.

En 2004, la economía experimentó un crecimiento del 6,4% del PIB y del 7,1% en 2007, su ritmo de crecimiento más rápido en tres décadas.

Sin embargo, el crecimiento promedio anual del PIB per cápita para el período 1966–2007 fue de 1,45% en comparación con el promedio de 5,96% para Asia Oriental y el Pacífico en general, además de que los ingresos diarios del 22,6% de la población filipina siguen siendo inferiores a US$ 1,25.

A pesar de disfrutar de un crecimiento económico estable durante la primera década del siglo XXI, para 2010, la economía del país era más pequeña que la de sus vecinos del Sureste Asiático —Indonesia, Tailandia, Malasia y Singapur— en términos de PIB y PIB nominal per cápita.

Existen otros desequilibrios y desafíos en Filipinas.

La economía es muy dependiente de las remesas, que superan a la inversión extranjera directa como fuente de divisas.

El desarrollo regional es desigual, ya que Luzón —en particular la Gran Manila— acapara gran parte del crecimiento económico a costa de otras regiones, si bien el gobierno ha tomado medidas para distribuir el crecimiento económico mediante la promoción de inversiones en otras áreas del país.

A pesar de las limitaciones, los servicios como el turismo y el Business Process Outsourcing han sido identificados como algunas de las mejores áreas de oportunidades para el crecimiento del país.

Goldman Sachs incluyó al país en su lista de las economías de los « Próximos once », aunque China y la India han surgido como sus principales competidores económicos en la región.

Infraestructura

Transporte

La infraestructura de transporte en el país es relativamente subdesarrollada.

En parte es debido al terreno montañoso y a la geografía dispersa de las islas, pero también es el resultado de la poca inversión del gobierno.

En 2003, sólo el 3,6% del PIB fue destinado al desarrollo de la infraestructura, porcentaje que fue significativamente menor que el de algunos de sus vecinos.

En consecuencia, si bien hay 203 025 km de carreteras en el país, sólo alrededor del 20% del total está pavimentado.

Sin embargo, existen muchas formas de desplazarse, especialmente en las zonas urbanas.

Los autobuses, jeepneys, taxis y los vehículos motorizados de tres ruedas están disponibles en las principales ciudades.

En 2007, había aproximadamente 5,53 millones de vehículos de motor registrados, con un aumento anual promedio del 4,55%.

También hay tres redes de ferrocarril que sirven para comunicar las diferentes áreas de la Gran Manila y otras partes de Luzón: el Metro de Manila (LRT), el Sistema de Tránsito Ferrocarril de la Gran Manila (MRT) y los Ferrocarriles Nacionales de Filipinas (PNR).

Como es un archipiélago, a menudo es necesario realizar viajes interinsulares a través de embarcaciones.

Los puertos más activos son Iloílo, Manila, Cebú, Davao, Cagayán de Oro y Zamboanga.

Los barcos con pasajeros y otras embarcaciones, como los operados por Superferry, Negros Navigation y Sulpicio Lines, conectan Manila con diversas ciudades y pueblos.

En 2003, se estableció la Autopista Náutica Fuerte de la República (SRNH), un conjunto de segmentos de carretera y rutas de ferry que abarca 919 km y conecta 17 ciudades.

Algunos ríos que pasan por áreas metropolitanas, como el río Pasig y el río Marikina, cuentan con servicio de transbordadores para pasajeros.

El servicio de transbordador en el río Pasig tiene numerosas paradas en Manila, Makati, Mandaluyong, Pásig y Marikina.

De la misma forma, existen otros 3219 km de vías navegables en el interior del país.

Hay 85 aeropuertos públicos en el país, y alrededor de 111 más que son privados.

El Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino (NAIA) es el principal aeropuerto internacional.

Otros aeropuertos importantes son el Aeropuerto Internacional Diosdado Macapagal, Aeropuerto de Internacional de Mactan-Cebú, el Aeropuerto Internacional Francisco Bangoy y el Aeropuerto Internacional de Zamboanga.

Philippine Airlines, la aerolínea comercial más antigua de Asia que sigue funcionando bajo su nombre original, y Cebu Pacific, la principal aerolínea de bajo coste, son las principales compañías aéreas del país y las que ofrecen mayor número de destinos nacionales e internacionales.

Telecomunicaciones

Filipinas tiene una industria de telefonía móvil sofisticada y una alta concentración de usuarios.

En 2008, había cerca de 67,9 millones de suscriptores de teléfono móvil en el país.

Los mensajes de texto son una forma popular de comunicación y han fomentado una cultura de saludos rápidos y bromas reenviadas entre los filipinos.

En 2007, la nación envió un promedio de mil millones de mensajes SMS al día.

Aparte de este número creciente de remitentes de mensajes de texto, más de cinco millones de ellos utilizan su teléfono como monedero virtual, lo que hace al país líder entre las naciones en desarrollo en la prestación de servicios financieros a través de redes de telefonía móvil.

La Compañía Filipina de Telefonía de Larga Distancia, conocida como PLDT, es el principal proveedor de telecomunicaciones, además de ser la mayor empresa del país.

Sus subsidiarias Smart Communications y Piltel, junto con el Globe Telecom del grupo Ayala, BayanTel y Sun Cellular son los proveedores de servicio de telefonía móvil más importantes en el territorio nacional.

Hay aproximadamente 383 estaciones de radio AM y 659 FM, 297 canales de televisión abierta y 873 de televisión por cable.

Las estimaciones para la penetración de Internet en Filipinas varían ampliamente, desde un mínimo de 2,5 millones a un máximo de 24 millones de personas.

Las redes sociales y los sitios web de vídeos se encuentran entre los más visitados por los usuarios filipinos.

Demografía

El primer censo oficial en Filipinas se llevó a cabo en 1877 y registró una población de 5 567 685 habitantes.

Para 2011, Filipinas se ha convertido en la 12ª nación más poblada del mundo, con una población que rebasa los 101 millones, de los cuales la mitad de estima que reside en la isla de Luzón.

La tasa de crecimiento demográfico entre 1995 y 2000 fue del 3,21%, y disminuyó a un 1,95% para el período 2005-2010; sin embargo, este índice aún sigue siendo un tema de debate.

La edad promedio de la población es de 22,7 años y el 60,9% de los filipinos tienen entre 15 y 64 años.

La esperanza de vida al nacer es de 71,38 años; 74,45 para las mujeres y 68,45 años para los hombres.

Hay unos 11 millones de filipinos viviendo en el extranjero.

Desde la liberalización de las leyes de inmigración de Estados Unidos en 1965, el número de personas en ese país con ascendencia filipina creció de manera importante: para 2007, había 3,1 millones de estadounidenses de origen filipino.

Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, los inmigrantes procedentes de Filipinas componen el segundo grupo más grande de personas que buscan la reunificación familiar, sólo después de los inmigrantes mexicanos.

Unos dos millones de filipinos trabajan en Oriente Medio, y casi un millón de ellos sólo en Arabia Saudita.

Etnicidad

Según el censo de 2000, el 28,1% de los filipinos son tagalos, el 13,1% cebuanos, el 9% ilocanos, el 7,6% bisayanos/binisayos, el 7.5% hiligainones, el 6% bícoles, el 3,4% samareños y el restante 25,3% se clasifican como «otro».

Esta clasificación general puede ser descompuesta para mostrar más grupos tribales como el moro, el pampango, el pangasinense, el ibanag y el ivatan.

También existen varios pueblos indígenas, tales como los igorotes, los lumad, los mangyan, los bajau y las tribus de Palawan.

Los negritos, como los aeta y ati, están considerados entre los primeros habitantes de las islas.

Los filipinos generalmente pertenecen a varios grupos étnicos asiáticos clasificados lingüísticamente como parte de la familia de lenguas austronesias y malayo-polinesias.

Se cree que hace miles de años, los aborígenes de Taiwán emigraron a Filipinas trayendo con ellos los conocimientos de la agricultura y la vela oceánica, dando lugar al desplazamiento de los primeros grupos de negritos de las islas.

Finalmente, los colonizadores chinos, españoles y estadounidenses procrearon con los diversos grupos étnicos indígenas que se habían desarrollado en las islas.

Sus descendientes son conocidos como mestizos, de los cuales los filipinos chinos son los más numerosos, con dos millones de personas.

Otros grupos étnicos migrantes que se han asentado en el país son los árabes, británicos, otros europeos, indonesios, japoneses, coreanos y otros sudasiáticos, entre los americanos están los mexicanos y peruanos que llegaron a las islas desde la colonia española de los cuales muchos filipinos tienen antepasados.

Idiomas

Ethnologue enlista 175 idiomas diferentes en Filipinas, 171 de los cuales son lenguas vivas, mientras que 4 ya no tienen ningún hablante conocido.

Todos forman parte del grupo Borneo-Filipinas de las lenguas malayo-polinesias, que es en sí una rama de la familia de las lenguas austronesias.

Según la Constitución de Filipinas de 1987, el filipino y el inglés son los idiomas oficiales.

El filipino es una versión de facto del tagalo, hablado en la Gran Manila y otras regiones urbanas.

El filipino y el inglés se utilizan en el gobierno, la educación, los medios de comunicación, las imprentas y los negocios.

La Constitución designa a las lenguas regionales, tales como el bicolano, cebuano, ilocano, hiligainón, pampango, pangasinense, tagalo y samareño, como idiomas oficiales auxiliares.

Además estipula que el español y el árabe deben promoverse de manera voluntaria y opcional.

También existen otros lenguajes que tienen relevancia y validez regional.

Religión

Más del 90% de la población es cristiana: 80% pertenecen a la Iglesia católica, mientras que 10% pertenecen a otras denominaciones cristianas, como la Iglesia filipina independiente, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la Iglesia ni Cristo, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Iglesia Unida de Cristo, los Testigos de Jehová y la Iglesia ortodoxa.

Filipinas es uno de los dos países asiáticos donde los católicos romanos son mayoría, siendo el otro Timor Oriental.

Entre 5 y 10% de la población es musulmana, viviendo en su mayoría en las regiones de Mindanao, Palawan y Sulú, un área conocida como Bangsamoro o la «tierra de los Moros».

Algunos de ellos han emigrado a las zonas urbanas y rurales en distintas partes del país.

La mayoría de los filipinos musulmanes practican el Islam suní de acuerdo con la escuela de Shafi'i.

Muchos grupos indígenas y tribales todavía practican varias religiones tradicionales, a menudo sincretizados con el cristianismo y el Islam.

El animismo y el chamanismo siguen presentes como corrientes de otras religiones convencionales, a través de la albularyo, la babaylan y la manghihilot.

La religión tradicional china, el budismo y el taoísmo, son predominantes en las comunidades de esa etnia.

El país también cuenta con un número importante de seguidores del bahaismo.

Educación

En 2003, la Oficina Nacional de Estadísticas reportó una tasa de alfabetización simple de 93,4% y una tasa de alfabetización funcional de 84,1%.

Los valores son similares para hombres y mujeres.

El gasto en educación es de alrededor del 2,5% del PIB.

De acuerdo con el departamento de educación (DepEd), en 2010 había 44 846 escuelas primarias y 10 384 secundarias registradas, mientras que la Comisión de Educación Superior (CHED) enlistó 2180 instituciones de educación superior, 607 de las cuales eran públicas y 1573 privadas.

Las clases comienzan en junio y terminan en marzo, pero en la mayoría de las universidades se sigue un calendario semestral, desde junio a octubre y de noviembre a marzo.

Además de las anteriores, hay varias escuelas extranjeras con sus propios planes de estudio.

La Ley de la República Nº 9155 brinda el marco legal para la educación básica en Filipinas, y define la educación primaria y secundaria como obligatorias y gratuitas.

Varias agencias del gobierno están involucradas con la educación.

El Departamento de Educación abarca la educación primaria, secundaria e informal; la Autoridad de Educación Técnica y el Desarrollo de Habilidades (TESDA) administra la formación postsecundaria y el nivel medio de educación; y la Comisión de Educación Superior (CHED) supervisa las universidades y programas académicos de posgrado, además de regular las normas para la impartición de la educación superior.

En 2004, las madrazas se incorporaron en 16 regiones de todo el país, principalmente en las áreas musulmanas en Mindanao, bajo los auspicios y el programa del Departamento de Educación.

Las universidades públicas son entidades no sectoriales y se clasifican como Colegios y Universidades Estatales (CUE) y Colegios y Universidades Locales (CUL).

Los CUE son financiados por el Gobierno Nacional, según lo determinado por el Congreso.

La Universidad de Filipinas es la Universidad Nacional y la más grande e importante de Filipinas.

Salud

La mayor parte de los servicios sanitarios del país son provistos por instituciones de salud privadas.

En 2007, los gastos totales en salud representaron el 3,9% del PIB.

El 65,3% procedía de empresas privadas, mientras que el 34,7% era de instituciones gubernamentales y el 1,3% de recursos externos.

El mismo año, los gastos de salud representaron alrededor del 6,7% del gasto total del gobierno, al mismo tiempo que el gasto per cápita fue de US$ 63.

El presupuesto de salud nacional propuesto para 2010 fue de ₱ 28 mil millones (más de US$ 597 millones), o sea, ₱ 310 (US$ 7) por persona.

La participación del gobierno para cubrir el gasto total en salud ha disminuido constantemente, además de que con el aumento de la población, el gasto per cápita también se reduce.

En Filipinas hay unos de 90 370 médicos —1 por cada 833 personas—, 480 910 enfermeras, 43 220 odontólogos y 1 cama de hospital por cada 769 personas.

La retención de profesionales cualificados es un problema, ya que el 70% de los graduados de enfermería se marchan al extranjero a trabajar, dando como resultado que el país sea el mayor proveedor de enfermeros en el mundo.

En 2001 se construyeron unos 1700 hospitales, de los cuales alrededor del 40% eran estatales y el otro 60% privados.

Las enfermedades cardiovasculares son causantes de más del 25% de las muertes.

De acuerdo con estimaciones oficiales, en 2003 se registraron 1965 casos de infección con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), de los cuales 636 desarrollaron el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

Sin embargo, otras estimaciones aseguran que en 2005 había 12 000 personas viviendo con VIH/SIDA.

Localidades principales

La Gran Manila, también conocida como la Región de la Capital Nacional, comprende la propia ciudad de Manila, otras 15 ciudades cercanas y un municipio.

Diez de sus ciudades componentes se encuentran entre las veinte más pobladas del país.

Con una población estimada de más de 11 millones de habitantes, la Gran Manila se ubica entre las aglomeraciones urbanas más pobladas del mundo.

La población de su área metropolitana, que incluye partes de otras provincias colindantes, sobrepasa los 20 millones.

Davao en Mindanao y Cebú en las Bisayas son otras áreas urbanas importantes.

La tabla de abajo muestra las veinte ciudades más pobladas en Filipinas.

Ciudad Quezón Manila Caloocan

Davao Cebú Zamboanga

Cultura

La cultura filipina es una combinación de las culturas oriental y occidental.

Filipinas presenta aspectos encontrados en otros países asiáticos con un patrimonio malayo; sin embargo, su cultura también muestra una gran cantidad de influencias españolas y estadounidenses.

Así, son comunes las fiestas tradicionales conocidas como barrio fiestas para conmemorar el día de fiesta de un santo, al mismo tiempo que se celebran festivales como el de Moriones y el de Sinulog.

Estas celebraciones comunitarias se acompañan de banquetes, música y baile.

Algunas tradiciones, sin embargo, están cambiando poco a poco o están siendo olvidadas debido a la modernización.

La Compañía Bayanihan de Danza Folklórica Nacional Filipina ha sido reconocida por su intento de preservar muchas de las danzas tradicionales practicadas en todo Filipinas.

Sus interpretaciones de bailes filipinos icónicos se han vuelto famosas, especialmente en danzas como el tinikling y singkil, caracterizados por el empleo de cañas de bambú para representar enfrentamientos.

Uno de los legados hispanos más visibles es la prevalencia de nombres y apellidos de origen español entre los filipinos.

Sin embargo, el nombre no necesariamente denota ascendencia española.

Esta peculiaridad, única entre los pueblos de Asia, llegó como resultado de un decreto colonial, el Edicto de Clavería, para la distribución sistemática de nombres de familia y la aplicación del sistema de nombres español.

Los nombres de muchas calles, ciudades y provincias también están en español.

La arquitectura española dejó su huella en Filipinas en la forma en la que muchas ciudades fueron diseñadas en torno a una plaza central, pero muchos de los edificios con su influencia arquitectónica fueron demolidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Algunos ejemplos arquitectónicos que continúan en pie, principalmente son iglesias, edificios de gobierno y universidades.

De hecho, en la lista de patrimonio de la humanidad por la Unesco se incluyen cuatro iglesias barrocas filipinas: la Iglesia de San Agustín de Manila, la Iglesia de San Agustín de Paoay, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la Iglesia de Santo Tomás de Villanueva.

Vigan, en Ilocos Sur, también es reconocida por las muchas casas y edificios de estilo hispano que aún se conservan.

El uso común de la lengua inglesa es un ejemplo del impacto estadounidense en la sociedad filipina.

Ha contribuido a la plena aceptación e influencia de las tendencias de la cultura popular estadounidense.

Esta afinidad se manifiesta en el gusto de los filipinos por la comida rápida, el cine y la música de Estados Unidos.

Los puntos de venta de comida rápida se encuentran en las esquinas de las calles más importantes.

Aunque las principales cadenas de comida rápida a nivel mundial han entrado en el mercado, las cadenas locales de comida rápida como Goldilocks y más notablemente Jollibee, la principal cadena de comida rápida en el país, han surgido y compiten con éxito contra sus rivales extranjeras.

Gastronomía

La gastronomía filipina ha evolucionado durante varios siglos desde su origen malayo-polinesio para convertirse en una cocina mixta con muchas influencias hispanas, chinas, estadounidenses y de otras naciones asiáticas, que se han adaptado a los ingredientes y paladares locales para crear platos claramente filipinos.

La gama de platillos van desde los simples, como una comida de pescado frito con sal y arroz, a los muy elaborados, como los cocidos y paellas elaborados para las fiestas.

Los platos más populares incluyen el lechón, adobo, sinigang, kare kare, tapa, pata crujiente, pancit, lumpia y halo-halo.

Algunos ingredientes locales comúnmente utilizados en la cocina son las calamondinas, los cocos, la saba, los mangos, el chano y varios peces.

El gusto de los filipinos tiende a favorecer los sabores fuertes, pero sus platillos no son tan picantes como los de sus vecinos.

A diferencia de muchos de sus homólogos asiáticos, los filipinos no comen con palillos, sino que utilizan cubiertos occidentales.

Sin embargo, posiblemente debido a que el caldo de arroz sea el principal alimento básico y la popularidad de un gran número de guisos y platos que se elaboran con éste, la pareja principal de utensilios en la mesa filipina es la cuchara y el tenedor, no el cuchillo y el tenedor.

La forma tradicional de comer con las manos, conocida como kamayan, es vista más a menudo en áreas poco urbanizadas.

Mitología y literatura

La mitología filipina se ha transmitido principalmente a través de la literatura popular y la tradición oral del pueblo filipino.

Mientras que cada grupo étnico tiene sus propias historias y mitos únicos, la influencia hindú y española, puede ser detectada en muchos casos.

Muchos de los mitos son historias de creación o historias sobre criaturas sobrenaturales, tales como el aswang (vampiro), las diwata (hadas) y nature.

Algunas figuras populares de la mitología filipina son Maria Makiling, Lam-Ang y el Sarimanok.

La literatura filipina comprende obras generalmente escritas en filipino, español e inglés.

Algunas de las obras filipinas más conocidas fueron creadas en el siglo XIX.

Francisco Balagtas, poeta y dramaturgo que escribió Florante at Laura, es reconocido como un prominente escritor de la lengua filipina.

José Rizal escribió las novelas Noli Me Tangere y El Filibusterismo, al mismo tiempo que es considerado como un héroe nacional.

Su representación de las injusticias del dominio español y su muerte por fusilamiento, inspiró a otros revolucionarios filipinos a buscar la independencia.

En el siglo XX, entre los escritores filipinos reconocidos oficialmente como artistas nacionales de Filipinas destacan: N.V.M.

González, Nick Joaquín, F.

Sionil José y Alejandro Roces.

Medios de comunicación

Los medios de comunicación filipinos utilizan principalmente el idioma filipino y el inglés para sus transmisiones.

Algunos también utilizan otros idiomas locales, especialmente en la radio, debido a su habilidad para llegar hasta las poblaciones rurales más remotas, que de lo contrario no contarían con ningún otro tipo de medio de comunicación.

Las redes de televisión dominantes, ABS-CBN y GMA Network, también tienen una amplia presencia en la radio.

La industria del entretenimiento es muy activa, y alimenta periódicos y tabloides con un suministro interminable de detalles sobre celebridades y escándalos sensacionalistas.

Como en otros países, las series de drama y fantasía son superados por programas como telenovelas latinas, asianovelas y anime.

La televisión diurna está dominada por talk shows —como Eat Bulaga, Showtime y Happy, Yipee, Yehey —, programas de variedades y concursos.

El cine filipino tiene una larga historia y es muy popular en el país, pero ha enfrentado a la creciente competencia de películas de América, Asia y Europa.

Entre los directores y actores de origen filipino más aclamados por la crítica se encuentran Lino Brocka y Nora Aunor, por películas como Maynila: Sa mga Kuko ng Liwanag (Manila: en las garras de la luz) y Himala (Milagro).

En los últimos años, se ha vuelto común ver a las celebridades filipinas pasar entre la televisión y el cine y luego al activismo político.

Deportes

Hay varios deportes y pasatiempos populares en Filipinas, destacando el baloncesto, boxeo, voleibol, fútbol, bádminton, taekwondo, billar, bolos, ajedrez y sipa.

Los deportes extremos como el motocross, ciclismo y montañismo también están cobrando popularidad.

El baloncesto se juega a nivel amateur y profesional y se considera el deporte más popular en el país.

De hecho, en casi todos los barrios de las ciudades, hay una cancha de baloncesto.

Algunos filipinos reconocidos por sus logros deportivos incluyen a Francisco Guilledo, Flash Elorde y Manny Pacquiao en boxeo; Paulino Alcántara en el fútbol; Carlos Loyzaga, Robert Jaworski y Ramón Fernández en el baloncesto; Efren Reyes en billar; Eugene Torre en ajedrez; y Rafael Nepomuceno en bolos.

Los niños y jóvenes del país aún juegan varios de los juegos filipinos tradicionales, tales como el luksung baka, patintero, piko y tumbang preso.

El sungka y el mahjong son dos de los juegos de mesa más populares en el país.

Los juegos de cartas se juegan principalmente durante algunas festividades, aunque algunos, incluyendo el pusoy y el tong-its, se utilizan para hacer apuestas ilegales.

El yo-yo, fue presentado en su forma moderna por Pedro Flores, y su nombre proviene del idioma ilocano.

Por último, el arnis, oficialmente es el arte marcial y el deporte nacional de Filipinas.

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