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Kosovo

Kosovo

Kosovo o Kósovo (en albanés: Kosova o Kosovë; en serbio: Косово o Косово и Метохија, Kosovo o Kosovo i Metohija) es un territorio en disputa ubicado en la península de los Balcanes, en el sureste de Europa.

Tiene una superficie de 10.887 km² y está habitado por cerca de 1,8 millones de personas.

Su capital es Pristina.

Limita con Montenegro, Albania, Macedonia y la región de Serbia Central, y está compuesto por las regiones históricas de Kosovo y Metohija.

El estatus de Kosovo es motivo de controversia.

El gobierno de Kosovo, en cuyo territorio la etnia albanesa tiene predominio numérico, declaró unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008 con el apoyo de Estados Unidos y la mayoría de los países que integran la Unión Europea, instaurando la República de Kosovo.

Por su parte, Serbia aún considera a Kosovo una provincia autónoma dentro de su propio territorio, en conformidad con su propia constitución y con la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a pesar de que ya no intervenga en la administración del territorio desde 1999, puesto que, al finalizar la Guerra de Kosovo, su administración quedó en manos de la OTAN y de la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo por mandato del citado Consejo de Seguridad.

El gobierno serbio ya no interviene directamente en la administración de este territorio desde

Actualmente Kosovo es reconocido como Estado soberano por 108 de los 193 miembros de Naciones Unidas.

Serbia, Rusia, España y otros países no aceptaron este hecho unilateral ni reconocen a la República de Kosovo como Estado soberano.

La comunidad internacional se encuentra dividida entre los países que han reconocido oficialmente la independencia de Kosovo, los que se niegan a reconocerla y los que han declarado su neutralidad o su esperanza de una evolución positiva de los acontecimientos.

La soberanía de la República de Kosovo es proclamada por la mayor parte de sus habitantes, de origen étnico albanés.

Sin embargo, parte del norte de Kosovo, habitado en su mayoría por la etnia serbia, es administrado autónomamente con la coordinación de la Asamblea Comunitaria de Kosovo y Metohija, organismo creado en junio de 2008 con el apoyo de la República de Serbia y que no es reconocido por el gobierno kosovar.

Tras seis meses de negociaciones auspiciadas por la Unión Europea, el 19 de abril de 2013 los gobiernos de Serbia y la República de Kosovo alcanzaron un acuerdo para el establecimiento de relaciones entre ambos.

Antecedentes

El territorio de Kosovo ha sido considerado históricamente como la cuna del pueblo serbio, aunque su población actual es predominantenmente de origen albanés.

Durante la existencia de la República Federal Socialista de Yugoslavia, formó parte de la República Socialista de Serbia, pero gozando de una creciente autonomía y llegando a tener representación propia en las instituciones federales como Provincia autónoma socialista de Kosovo.

Esta situación terminó cuando el gobierno serbio presidido por Slobodan Milošević suprimió en 1989 la autonomía de la provincia y asumió la representación de ésta en las instituciones federales.

Durante los siguientes 10 años, una fuerte tensión fue acumulándose entre Belgrado y la provincia, en la que fue creciendo el sentimiento separatista entre la población de origen albanés.

Tras la disolución de Yugoslavia pasó a formar parte de la República Federal de Yugoslavia, que sería conocida como Serbia y Montenegro desde 2003 hasta la independencia de Montenegro en 2006.

En 1999 estalló la Guerra de Kosovo que llevó al enfrentamiento de la OTAN y del Ejército de Liberación de Kosovo contra la República Federal de Yugoslavia.

Tras el fin del conflicto bélico, la Organización de las Naciones Unidas estableció una misión de paz, la MINUK.

Aunque Kosovo permanecía de iure como una provincia autónoma bajo el gobierno de la República de Serbia, la MINUK se mantenía a cargo de la administración del territorio junto a dirigentes de la etnia albanesa.

Después de varios años de disputas y negociaciones, Kosovo declaró su independencia unilateralmente el 17 de febrero de 2008, que si bien ha sido aceptada por 105 países, incluidos los Estados Unidos y la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea, no ha sido reconocida por Serbia, sus aliados y otros países, como España ni, tampoco, por la Organización de las Naciones Unidas.

En el seno de ella, todas las referencias a Kosovo, sean al territorio, sus instituciones o población, se entienden en pleno cumplimiento de la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad y sin perjuicio de su estatus -presente o futuro.

Toponimia

El origen de la palabra Kosovo parece remontarse a la palabra de origen eslavo "kos", que significa mirlo, muy cercana del griego antiguo κόσσυφος, con el mismo significado.

Esta teoría parece confirmarse con el hecho de que uno de los nombres para designar a Kosovo Polje (lugar de la famosa batalla de Kosovo) es el de Amselfeld, que significa literalmente en idioma alemán “campo del mirlo”.

Dentro de la región, la pronunciación y la escritura del nombre varían considerablemente entre los principales grupos étnicos.

Mientras los serbios prefieren la denominación Ko sovo, los albaneses utilizan Ko so va (o Ko so vë, dependiendo del dialecto), pronunciado también como Jo so va; palabras que, por otro lado, no tienen significado en albanés.

Kosovo también incluye el territorio conocido como Metohija, el cual deriva de la palabra griega μετόχια (metojia) que significa "tierra poseída por la iglesia".

Históricamente, los monasterios de la Iglesia Ortodoxa Serbia se localizaron principalmente en esta región.

El nombre en general es preferido por los serbokosovares mientras que los albanokosovares lo denominan Rrafsh i Dukagjinit ("meseta del duque Gjin" en honor a un antiguo noble albanés).

Durante el gobierno serbio, la zona se denominaba oficialmente "Kosovo y Metohija", aunque a veces se utilizaba la contracción Kosmet.

Oficialmente, el territorio es denominado dependiendo del punto de vista del disputado estatus actual.

Las autoridades independentistas emplean el término República de Kosovo (Republika e Kosovës en albanés, Република Косово – Republika Kosovo – en serbio), mientras que el gobierno serbio la denomina Provincia Autónoma de Kosovo y Metohija (Аутономна Покрајина Косово и Метохија – Autonomna Pokrajina Kosovo i Metohija – en serbio).

El 24 de febrero de 2012, ambos gobiernos llegaron a un acuerdo para denominar al gobierno independentista ante organismos internacionales con el término Kosovo*.

El asterisco remite a un pie de nota que indica que la denominación no afecta a las distintas posiciones sobre el estatus kosovar existentes, que Kosovo sigue bajo el marco legal de la ONU según la resolución 1244 de la Naciones Unidas, pero que por otra parte el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) ha reconocido su independencia de forma no vinculante.

Historia

Dardania

Poco se conoce sobre Kosovo antes del siglo XI.

Se sabe que durante el Neolítico, el actual territorio de Kosovo estuvo bajo dominio de la denominada cultura de Vinča-Turdaş, y se han encontrado vestigios arqueológicos de tumbas de la Edad de Bronce y de Hierro en Metohija, pero no en la zona oriental.

Los dardanios y tribalios, tribus indoeuropeas de origen traco - ilirio, habitaron en el lugar entre el siglo IV y el siglo III a. C.

Hacia el 160 a. C., la zona comenzó a ser conquistada por los romanos e integrada a su Imperio como parte de la provincia de Iliria, el 59 a. C.

La zona, denominada Dardania, pasaría a formar parte de la Mesia Superior en el año 87 y luego constituiría su propia división cerca del año 284 bajo el gobierno de Diocleciano, con capital en la actual ciudad de Niš (en el sur de Serbia).

Hacia fines del siglo VI y principios del siglo VII, olas de pueblos eslavos migraron a la región bajo dominio del Imperio bizantino, mezclándose con latinos y tracio-ilirios que habitaban el lugar.

El Primer Imperio Búlgaro conquistó la zona hacia los años 850, siendo reconquistada por Constantinopla el 1018 bajo el mando del emperador Basilio II.

Diversos pequeños reinos serbios se establecieron en la zona noroeste de Kosovo, liderando la resistencia eslava al dominio bizantino, mientras las culturas de ambos se iban mezclando con el paso de los años.

Finalmente, la zona quedaría bajo el dominio del principado serbio de Rascia tras las victorias de Stefan Nemanja contra el principado de Duklja (actual Montenegro) y de su sucesor, Stefan Prvovenčani, en 1216.

Era medieval

El principado de Rascia unificaría los diversos territorios habitados por los serbios al terminar el siglo XII.

El territorio de Kosovo y Metohija se convirtió hacia el siglo XIII en el corazón del gobierno de la dinastía Nemanjić, cuya capital era Prizren.

Además, se instaló en la región el centro espiritual de la Iglesia Ortodoxa Serbia, luego de que su Patriarcado se trasladara a Peć y diversos monasterios hicieran lo mismo en la región de Metohija.

Pristina era una de las principales urbes del país y un importante centro de comercio que controlaba todas las rutas en dirección a los puertos del mar Adriático.

La minería era una importante industria en Novo Brdo y Janjevo, llegando la primera a producir hacia 1450 más de 6 toneladas de plata al año.

El principado alcanzaría su máximo esplendor durante el reinado de Stefan Uroš IV Dušan Nemanjić con la formación del Imperio Serbio en 1346 y transformó la monarquía absolutista en un gobierno feudal, asignando las tierras que actualmente forman Kosovo a la familia de los Branković, sucesora de la Casa de Nemanjić.

Hacia esos años, la composición étnica de la población kosovar, aunque era mayoritariamente de origen serbio, albergaba importantes comunidades griegas y búlgaras, además de mineros de origen sajón y comerciantes ragusanos.

A la muerte de Stefan Dušan, el imperio colapsó y se disolvió en diversos feudos.

Los serbios, enfrascados en diversas riñas internas, estaban débiles e indefensos ante un ataque exterior, lo cual fue aprovechado por el Imperio otomano en plena expansión.

Las tropas otomanas avanzaron rápidamente hacia los territorios bajo dominio eslavo hasta enfrentarse en la decisiva batalla de Kosovo en el llamado «Campo de Kosovo» (o Kosovo Polje), el 28 de junio de 1389.

En el enfrentamiento murieron los líderes de ambos ejércitos, el príncipe serbio Lazar Hrebeljanović y el sultán Murad I, y pese a la inmensa superioridad numérica de los invasores, éstos lograron una victoria pírrica.

La derrota en Kosovo se integró a la mitología nacional serbia, en tanto que los otomanos no pudieron dominar Serbia, que mantuvo su independencia.

Sólo en 1455, el Imperio otomano conseguiría finalmente conquistar Kosovo y derrotar definitivamente a los serbios.

Dominación otomana

Tras la conquista otomana, el actual territorio kosovar pasó a formar parte de Rumelia, que correspondía a grandes rasgos al territorio abarcado por el Imperio en Europa.

Diversas entidades administrativas, denominadas sanjak, se formaron en Kosovo a cargo de un sanjakbeyi.

El principal cambio tras la invasión fue el proceso de islamización efectuado en la zona y que comenzó poco después de la llegada de los otomanos.

Pese a que éstos tenían el dominio absoluto del territorio, fue un proceso lento y que tomó una cantidad considerable del tiempo, por lo menos de un siglo, y que se concentró al principio en las ciudades.

Muchos habitantes cristianos adoptaron la nueva fe, principalmente por razones económicas y sociales debido a los considerables beneficios y derechos otorgados a los musulmanes.

Esa conversión fue seguida por la llegada de colonos arnautas (albaneses islamizados) a partir del siglo XVII, que empezaron a aumentar en número frente a los habitantes de origen eslavo.

La vida religiosa cristiana siguió a pesar de las dificultades, pero tanto iglesias ortodoxas como católicas y sus fieles se enfrentaron a altos niveles de impuestos.

En 1689, Kosovo fue enormemente desestabilizado por la guerra entre los otomanos y el Sacro Imperio Romano Germánico dirigido por la Casa de Habsburgo.

En octubre de ese año, una pequeña fuerza austríaca al mando del margrave Luis Guillermo de Baden-Baden logró avanzar hasta Kosovo, conquistando Belgrado en el camino.

Muchos serbios juraron lealtad a los austriacos, llegando algunos incluso a unirse al ejército de Luis el Turco.

Por su parte, los arnautas dieron su apoyo a los otomanos.

Al verano siguiente, sin embargo, un contraataque otomano obligó a los austríacos a retirarse a la fortaleza en Niš, cercana a Belgrado, y finalmente a retroceder más allá del Danubio, volviendo a Hungría.

La ofensiva otomana fue acompañada por represalias salvajes y saqueos, principalmente contra los serbios, por lo cual muchos se vieron forzados a emigrar junto a las tropas austríacas.

El patriarca ortodoxo serbio Arsenije III huyó junto a más de 30.000 eslavos según sus registros en el evento conocido como la Gran Migración (Velike seobе en serbio).

Ante esta situación, Kosovo se convirtió en una región de predominio étnico albanés, aunque se mantuvieron minorías cristianas por muchos siglos.

Hacia fines del siglo XIX surgieron los sentimientos nacionalistas por parte de los albaneses, lo cual también repercutió en aquellos que vivían en el territorio kosovar.

El gobierno realizó una reforma administrativa, creando en 1864 la provincia o vilayato de Kosovo, que abarcaba territorios que incluyen hoy parte de Albania, de la República de Macedonia y de Montenegro.

Sin embargo, estas reformas no fueron suficientes para aplacar los deseos de mayor autonomía.

Así, el 10 de julio de 1878 se formó la Liga de Prizren en la ciudad kosovar de ese nombre, donde cuatro vilayatos de etnia albanesa (incluyendo el de Kosovo) se aliaron para luchar por su autonomía y defender el territorio de los reinos eslavos cercanos, que habían derrotado a los turcos en la reciente Guerra Ruso-Turca, aunque la Liga sería desintegrada en 1881 por fuerzas del sultanato.

El territorio vería su suerte confrontada por los resultados de la Primera y Segunda Guerra Balcánica.

La derrota definitiva del Imperio otomano en la primera implicó la retirda definitiva de los turcos de gran parte de los Balcanes, inclusive Kosovo, y permitió la formación de Albania como nación-estado para los habitantes de esa etnia.

Sin embargo, la victoria en esas guerras fue aprovechada por Serbia para recuperar los antiguos territorios bajo su dominio, entre ellos Kosovo y el norte de Macedonia, con lo que se presume que un tercio del total de la población albanesa quedó dentro de las fronteras de Serbia.

El Kosovo yugoslavo

Después de la Primera Guerra Balcánica de 1912, Kosovo fue internacionalmente reconocido como parte del Reino de Serbia, y Metohija se convirtió en parte del Reino de Montenegro según el Tratado de Londres, firmado el año siguiente.

La integración de Kosovo a Serbia provocó un fuerte cambio demográfico: miles de familias albanesas se trasladaron al nuevo Estado-nación de Albania, mientras las nuevas autoridades fomentaban un plan de colonización serbia y procedimientos de limpieza étnica, que incluyeron matanzas de albaneses.

El estallido de la Primera Guerra Mundial generaría una oportunidad para los albaneses de recuperar parte de su autonomía, aliándose algunos de sus jefes a las tropas de Austria-Hungría y del Reino de Bulgaria, que obligaron a a retirarse a las fuerzas serbias entre 1914 y 1915; sin embargo, la intervención de los ejércitos de la Triple Entente abocó en la derrota de los Imperios Centrales y la victoria serbia.

En 1918, con el fin de la Gran Guerra, Montenegro fue absorbido por Serbia y posteriormente este país se unificaría con los territorios formados tras la desintegración del Imperio austrohúngaro, naciendo así el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que adquiriría en 1929 el nombre de Reino de Yugoslavia.

Kosovo fue dividido en diversas administraciones menores y la persecución de albaneses continuó, negándoles estatus de minoría al considerarlos "secesionistas".

Hacia 1921, grupos albanokosovares denunciaron los asesinatos masivos ante la Sociedad de Naciones, solicitando la unificación del territorio con Albania, lo que fue denegado.

En tanto, cientos de miles de albaneses huyeron del país, e incluso el gobierno yugoslavo estableció conversaciones con Turquía para la deportación de 240.000 albanokosovares.

En el marco de la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos de las Potencias del Eje invadieron Yugoslavia en 1941, desarticulándola en diversos territorios bajo su dominio.

Gran parte de Kosovo fue entregada a la Gran Albania ocupada por la Italia fascista, el sur quedó bajo la administración del Reino de Bulgaria y el norte por la Serbia de Nedić.

Durante la ocupación, los grupos armados albaneses locales (llamados Vulnetari) iniciaron una campaña para establecer un territorio kosovar homogéneamente étnico, para lo cual se realizaron redadas y deportaciones de eslavos, judíos y gitanos, lo que se incrementaría tras la capitulación italiana y la ocupación de Albania por la Alemania Nazi en septiembre de 1943.

Se estima que entre 10.000 y 30.000 serbios fueron asesinados y más de 100.000 huyeron de la zona.

A medida que las fuerzas del Eje eran doblegadas por los Aliados, aumentó la resistencia albanesa a la ocupación y comenzaron a desplazar a las fuerzas alemanas.

Sin embargo, el estatus de Kosovo fue motivo de enfrentamiento entre los nacionalistas y partisanos comunistas: mientras los primeros esperaban que una vez finalizado el conflicto, Kosovo permanecería en Albania, los segundos esperaban que, una vez liberada y rearticulada Yugoslavia, ésta cedería el territorio de forma pacífica.

La victoria de los partisanos y su apoyo a las tropas yugoslavas de Josip Broz Tito finalmente decidió la permanencia de Kosovo en la recién formada República Democrática Federal de Yugoslavia en 1946.

En 1946, y como recompensa por el apoyo a la liberación yugoslava, el régimen de Tito creó una división política para Kosovo por primera vez desde el fin de la dominación otomana.

En la nueva República Federal Popular de Yugoslavia, se formó el Área autónoma de Kosovo y Metohija, que pertenecía administrativamente a la República Socialista de Serbia, con ciertos grados de autonomía, y que en 1963 obtendría la calidad de provincia.

En el marco de las políticas de Tito de "hermandad y unidad", la autonomía de las diferentes etnias aumentó durante los años 1970, reduciendo el poder de los serbios con el fin de evitar el secesionismo.

Esto se concertaría en 1974 con la nueva constitución de la República Federal Socialista de Yugoslavia, que daría origen a la Provincia autónoma socialista de Kosovo.

Con esta autonomía, las escuelas fueron capaces de aplicar un plan de estudios en idioma albanés, el gobierno local pasó a manos de la comunidad albanokosovar y uno de sus miembros integró el Consejo Federal del país con capacidad de veto, igualando su estatus al de los representantes de la RS de Serbia, pese a que aún permanecía administrativamente bajo su alero.

La Guerra de Kosovo

El aumento de la autonomía de Kosovo en favor de los albaneses generó roces con la comunidad serbia, que aún formaba parte importante de la región y que se sentía discriminada; además, la población kosovar cada vez era más albanesa debido a las altas tasas de natalidad de los albaneses en comparación con los serbios.

Al morir Tito en 1980, las tensiones étnicas se acrecentaron en toda Yugoslavia y especialmente en Kosovo.

Mientras los albaneses hacían protestas para obtener el estatus de república y su secesión de la RS de Serbia, los serbios reclamaban más derechos contra la discriminación y la violencia étnica.

Hacia mediados de la década de los años 1980, en Serbia aumentó el nacionalismo, que fue encarnado por Slobodan Milošević y del cual se aprovechó para fomentar su carrera.

Milošević rápidamente se convirtió en el líder de Serbia y logró modificar la constitución en 1987 de tal forma que los representantes de Kosovo y Voivodina (la provincia autónoma de la RS de Serbia) en el Consejo Federal fueran elegidos por la RS de Serbia, aumentando el poder de esta división dentro de Yugoslavia.

Este cambio fue rechazado tanto por los albanokosovares, que rápidamente generaron protestas, como por los representantes de las otras repúblicas socialistas (principalmente Croacia y Eslovenia).

En 1989, la autonomía fue revocada y se introdujeron una serie de medidas que disminuyeron la participación albanesa e incluso propiciaron la expulsión de 80.000 miembros de esa comunidad de sus trabajos con el fin de que emigraran a otras regiones, mientras se promovía la colonización serbia.

Una nueva constitución fue ratificada por la Asamblea de Kosovo mientras tanques y coches blindados rodeaban el lugar, la cual otorgaba el control de la policía, la justicia, la economía, el sistema de educación y la política idiomática al gobierno serbio.

Los problemas se repitieron en otras partes del país, lo que sumado al proceso de democratización experimentado, dieron origen a la disolución de Yugoslavia.

En un par de años, cuatro de las seis repúblicas que formaban el país declararon su independencia entre 1991 y 1992, Serbia y Montenegro conformaron la República Federal de Yugoslavia, y estos nuevos países se enfrentaron en una serie de enfrentamientos bélicos.

Kosovo, aún oficialmente parte de Serbia, declaró su independencia el 22 de septiembre de 1991, la cual sería aprobada casi unánimemente por la población albanesa.

Algunas instituciones gubernamentales paralelas fueron creadas durante los años 1990 bajo el liderazgo de Ibrahim Rugova, elegido en 1992 como Presidente de Kosovo, pero este gobierno no fue reconocido internacionalmente.

Hacia esa época, se fundó el Ejército de Liberación de Kosovo (UÇK) para defender la autonomía albanesa lograda en estos años.

Se produjeron diversos enfrentamientos entre las guerrillas del UÇK y el ejército yugoslavo pero sólo hacia 1998 despertaron interés en la comunidad internacional.

Diversas organizaciones intentaron lograr un acuerdo de paz que finalmente no fue alcanzado.

Las informaciones sobre asesinatos masivos de albaneses en la localidad de Račak influyeron en las potencias occidentales para intervenir directamente en el conflicto con el pretexto de evitar la limpieza étnica, de forma similar a lo ocurrido años antes en la Guerra de Bosnia.

A partir del año 2000, aparecieron informes de que los datos de víctimas, en especial en Račak, habían sido manipulados con el objetivo de acelerar la intervención de la OTAN.

Luego del fracaso de la ronda de negociaciones de Ramboulliet, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) inició la ofensiva contra el gobierno yugoslavo, dando inicio oficialmente a la Guerra de Kosovo.

Entre el 24 de marzo y el 10 de julio de 1999, la OTAN bombardeó diversos objetivos en Serbia (principalmente en su capital, Belgrado, pero también en la capital kosovar, Pristina), causando miles de muertos civiles y militares y graves daños en sus infraestructuras; mientras ésta respondía con diversos ataques a los civiles albaneses en Kosovo, generando un enorme éxodo de esta comunidad.

Según Naciones Unidas, más de 848.000 personas se convirtieron en refugiados, mientras que la cifra de muertos se estimó en más de 10.000 civiles y la de desaparecidos en más de 3.000.

Durante la guerra, Robin Cook, ministro británico de Asuntos Exteriores, llegó a afirmar que la cifra de muertos alcanzaba los 300.000.

Después de meses de trabajo, los equipos del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia sólo habían contabilizado 2.018 cuerpos exhumados.

Algunos historiadores sostienen que la guerra de Kosovo formó parte de una campaña orquestada por Estados Unidos con el objetivo de aumentar su control en los Balcanes, debilitar a Serbia (tradicional aliado de Rusia), derribar el régimen de Milošević y lograr establecer bases militares en un territorio relativamente cercano a Rusia.

Para ello, se argumenta que las cifras de muertos fueron deliberadamente aumentadas, y que efectivos de inteligencia norteamericanos colaboraron con la guerrilla del UÇK, a quien adiestraron para su lucha contra las fuerzas federales yugoslavas.

La Misión de las Naciones Unidas (MINUK)

Tras la derrota de Serbia en la Guerra de Kosovo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 1244 con el fin de dar una solución transitoria al problema kosovar.

El territorio de Kosovo, aunque se mantuvo de iure como parte de la RF de Yugoslavia, pasó a ser administrado de forma autónoma y provisional por la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (MINUK) mientras la seguridad y estabilidad de la zona y la conservación del alto al fuego fue encargada a la fuerza multinacional KFOR.

Pese a esto, se realizaron varios actos de venganza por parte de albaneses contra la comunidad serbia, lo que provocó el éxodo de los afectados hacia Serbia; aunque las cifras varían según la fuente, son entre 65,000 y 250,000 los desplazados.

Otros grupos de serbios formaron enclaves en algunas zonas del país, especialmente en el sector al norte del río Ibar.

Con los años, se logró cierta estabilidad en Kosovo, a excepción de una ola de violencia en 2004, rápidamente controlada.

En 2001, la MINUK decidió entregar parte del gobierno a la comunidad albanokosovar, formándose las Instituciones Provisionales de Autogobierno dentro del nuevo marco constitucional adoptado.

Así, se crearon la Asamblea de Kosovo, la Presidencia y el cargo de Primer Ministro, para los cuales se realizaron las primeras elecciones nacionales en Kosovo a fines de ese mismo año.

Según lo establecido por la Resolución 1244, se puso en marcha un proceso destinado a lograr un acuerdo para el futuro estatus de Kosovo.

Los representantes de la República Federal de Yugoslavia (que en 2002 se convirtió en Serbia y Montenegro, y que en 2006 sería representada únicamente por la República de Serbia) postulaban que la Resolución 1244 garantizaba que Kosovo seguía siendo parte íntegra del país con diversos grados de autonomía, mientras que los líderes kosovares afirmaban que la única solución era la independencia.

El 7 de octubre de 2005, la ONU recomendó al Consejo de Seguridad el inicio de conversaciones para alcanzar un acuerdo sobre el estatus definitivo para la región, con base en el informe elaborado por el enviado especial de Kofi Annan.

Declaración de independencia

El 26 de enero de 2007, el finlandés Martti Ahtisaari, enviado especial de la ONU para Kosovo, dio a conocer los detalles preliminares de su propuesta para un estatus definitivo de la provincia.

Aunque el texto no mencionaba directamente la independencia, diversos puntos apuntaban a ella, como la membresía en organizaciones internacionales, la adopción de símbolos nacionales y de un cuerpo de seguridad propio.

La propuesta fue rechazada por Serbia y por Rusia, su principal aliado y con poder de veto en el Consejo de Seguridad; en cambio, fue bienvenida por las autoridades kosovares, Estados Unidos y el Reino Unido.

El 3 de abril, Ahtisaari (quien posteriormente recibiría el Premio Nobel de la Paz por su trabajo en Kosovo, entre otros lugares) propuso la "independencia supervisada" de Kosovo por parte de la comunidad internacional para proteger a las comunidades minoritarias, lo cual fue nuevamente desestimado por serbios y rusos.

En diciembre de 2007, la Unión Europea decidió enviar una "misión estabilizadora" (EULEX) a la región de Kosovo con la finalidad de traspasar la misión de la ONU en Kosovo a manos europeas.

El rechazo de la propuesta de Ahtisaari dejó en punto muerto las conversaciones.

Así, las autoridades kosovares anunciaron sus intenciones de declarar la independencia de forma unilateral ante el fin del proceso diplomático.

Ese anuncio se concretó finalmente el 17 de febrero de 2008, cuando el Parlamento de Kosovo, reunido en sesión especial, proclamó su independencia bajo el nombre de República de Kosovo.

Estados Unidos, el Reino Unido y Francia apoyaron abiertamente la declaración, mientras Serbia y Rusia la rechazaron totalmente.

Hubo diversas protestas en Belgrado contra la declaración, mientras que la mayoría de los países de la Unión Europea y de los Estados balcánicos reconocieron oficialmente al nuevo país.

Serbia anunció que no reconocería el nuevo Estado y decidió presentar una solicitud de opinión consultiva ante la Corte Internacional de Justicia respecto a la legalidad de la declaración, solicitud que fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 8 de octubre de 2008, con 77 votos a favor, 6 en contra y 74 abstenciones.

El 22 de julio de 2010, la Corte emitió su opinión sobre la materia en discusión, en la que planteó que la declaración efectuada por Kosovo no violó el derecho internacional, pues este no tiene una disposición activa que limite las declaraciones de independencia.

Aunque la opinión consultiva se limita estrictamente a los aspectos formales de la declaración como acto de promulgación de independencia, representó un fuerte golpe para las intenciones de Serbia, cuyas autoridades reiteraron que nunca reconocerían la independencia kosovar.

El gobierno serbio decidió presentar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas un proyecto de resolución que reafirmara su soberanía sobre Kosovo, pero la presión de los principales países de la Unión Europea (a la cual Serbia desea acceder) finalmente logró cambiar la redacción de la propuesta aprobada, en la que se solicita a las Naciones Unidas apoyen el diálogo entre los gobiernos de Belgrado y Pristina para alcanzar acuerdos técnicos, la cual fue aprobada por aclamación.

El 19 de abril de 2013, Serbia y Kosovo llegaron a un acuerdo para iniciar relaciones institucionales de Estado a Estado, lo que se cree que es el primer paso para el reconocimiento de Kosovo como Estado independiente por parte de Serbia.

Política

Gobierno y administración

En la actualidad, el gobierno y la administración de Kosovo están dominados principalmente por las instituciones constituidas como parte de la República de Kosovo, bajo dirección principalmente albanokosovar, con la excepción de los territorios de predominancia étnica serbia en Kosovo del Norte.

Las instituciones de la República de Kosovo tienen su origen en aquellas creadas durante la administración de la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (MINUK).

Tras el fin de la Guerra de Kosovo, la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas establecía la administración de un protectorado internacional sobre la Provincia Autónoma de Kosovo, la cual se mantendría de iure como parte del territorio de la República de Serbia (parte de la República Federal de Yugoslavia y de Serbia y Montenegro sucesivamente hasta 2006).

De acuerdo a las disposiciones de la MINUK, en 2001 se elaboró un marco constitucional que dio paso a la formación de las Instituciones Provisionales de Autogobierno de Kosovo (IPAG), entregando así de forma gradual parte de la administración del territorio a los políticos kosovares, principalmente de etnia albanesa.

Aunque la MINUK aún actúa en Kosovo, gran parte de la administración de Kosovo fue entregada a las IPAG, las cuales se convirtieron en las instituciones de la República de Kosovo tras su declaración de independencia el 17 de febrero de 2008.

La República de Kosovo es una república democrática representativa de tipo parlamentario, según lo establecido por la Constitución de la República de Kosovo que entró en vigor el 15 de junio de 2008.

Esta constitución, no reconocida por Serbia ni la población de Kosovo del Norte, establece como jefe de Estado al Presidente de Kosovo, cargo ostentado por Atifete Jahjaga desde el 7 de abril de 2011.

El poder ejecutivo está en manos del Primer Ministro, quien es además el líder del gobierno.

Tras las elecciones parlamentarias realizadas a fines del año 2007, ese cargo es ocupado desde el 9 de enero de 2008 por Hashim Thaçi, miembro del Partido Democrático de Kosovo (PDK).

El Parlamento de Kosovo es unicameral y está compuesto por 120 miembros, de los cuales 100 asientos son para los candidatos elegidos abiertamente y 20 son distribuidos entre otros grupos étnicos en el territorio (10 para los serbios y 10 para otras minorías).

Los principales partidos son el socialdemócrata Partido Democrático (PDK), la conservadora Liga Democrática (LDK) y la centrista Alianza por un nuevo Kosovo (ANK).

Tras las elecciones parlamentarias de noviembre de 2007, el gobierno quedó en manos de la coalición liderada por el PDK (que alcanzó el 34,3% de los votos y 37 escaños) y la LDK (con el 22,6% de la votación y 25 parlamentarios elegidos), mientras que la ANK obtuvo el 12,1% de los votos y 13 parlamentarios.

Las elecciones, sin embargo, han sido continuamente boicoteadas por los serbios, con una participación de apenas un 5% de éstos en 2007.

Aunque gran parte de la administración esté en manos del gobierno local, ciertos temas aún son liderados por la MINUK, especialmente en cuanto a defensa, seguridad interna y diversas tareas en los sectores de Kosovo del Norte.

La MINUK está presidida por el Representante Especial de la Secretaría General de Naciones Unidas, cargo ostentado por el italiano Lamberto Zannier desde junio de 2008.

La seguridad interna está a cargo de la unidad militar KFOR (establecida en 1999 por la OTAN y Rusia), los servicios multiétnicos de policía y los Cuerpos de Protección de Kosovo.

Además, está en proceso el establecimiento de la misión EULEX a cargo de la Unión Europea para el mantenimiento de la paz y el orden en el territorio kosovar.

La República de Serbia considera que el territorio de Kosovo sigue bajo su soberanía, de acuerdo a lo estipulado por su constitución y por la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y considera ilegales las instituciones creadas por la República de Kosovo.

El gobierno serbio en Kosovo está bajo el mando del Ministerio de Kosovo y Metohija, fundado el 15 de mayo de 2007 y liderado por Goran Bogdanović del Partido Democrático de Serbia desde el 9 de julio de 2008.

Localmente, la administración serbia se ejerce principalmente en Kosovo del Norte y algunos enclaves en el sur de Kosovo a través de la Asamblea Comunitaria de Kosovo y Metohija, compuesta por 45 representantes de 26 municipios y con sede en la ciudad de Mitrovica.

En julio de 2008, el gobierno de Serbia organizó elecciones locales en esas zonas bajo su administración para determinar a los representantes de la Asamblea, pese al rechazo tanto de las instituciones de la República de Kosovo como de la MINUK.

Reconocimiento internacional

El 17 de febrero de 2008, el Parlamento de Kosovo aprobó la declaración de independencia unilateral respecto a Serbia, en un proceso apoyado por Estados Unidos y parte de la Unión Europea.

109 de los 120 diputados del parlamento votaron a favor de la secesión, mientras que los diputados restantes (de origen serbio) boicotearon la sesión.

Desde la declaración de independencia hasta la actualidad, 108 de los 193 países miembros de las Naciones Unidas han reconocido la independencia de la República de Kosovo: Afganistán, Albania, Alemania, Andorra, Arabia Saudita, Australia, Austria, Baréin, Bélgica, Belice, Benín, Brunéi, Bulgaria, Burkina Faso, Burundi, Canadá, Catar, Chad, Colombia, Comoras, Corea del Sur, Costa de Marfil, Costa Rica, Croacia, Dinamarca, Dominica, Egipto, El Salvador, los Emiratos Árabes Unidos, Eslovenia, Estados Unidos, Granada, Estonia, Finlandia, Fiyi, Francia, Gabón, Gambia, Ghana, Guyana, Guinea, Guinea-Bisáu, Haití, Honduras, Hungría, Irlanda, Islandia, las Islas Marshall, Italia, Japón, Jordania, Kiribati, Kuwait, Lesoto, Letonia, Liberia, Libia, Lituania, Liechtenstein, Luxemburgo, Malasia, las Maldivas, Malta, Macedonia, Malaui, Mauritania, los Estados Federados de Micronesia, Mónaco, Montenegro, Nauru, Níger, Noruega, Nueva Zelanda, Omán, los Países Bajos, Pakistán, Palaos, Panamá, Papúa Nueva Guinea, Perú, Polonia, Portugal, la República Centroafricana, la República Checa, la República Dominicana, el Reino Unido, Islas Salomón, Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Marino, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Santa Lucía, Sierra Leona, Somalia, Suazilandia, Suecia, Suiza, Tailandia, Tanzania, Timor Oriental, Togo, Tonga, Turquía, Tuvalu, Vanuatu, Yemen y Yibuti.

Entre estos estados se encuentran 23 de los 28 miembros de la Unión Europea, 22 de los 27 miembros de la OTAN y 7 de los 8 miembros del G8.

Además, la República de China (Taiwán) ha ofrecido su reconocimiento, pese a que Kosovo no la ha reconocido.

Por otro lado, varias decenas de países, entre los que se encuentran Argelia, Argentina, Azerbaiyán, Bielorrusia, Chipre, Georgia, Eslovaquia, España, Kazajistán, Moldavia, Rumania, Rusia, Sri Lanka, Venezuela, Vietnam y otros, han anunciado su rechazo a la declaración de independencia de Kosovo y su respeto a la integridad territorial de Serbia.

Por su parte, Brasil, Chile, México y Uruguay esperan un pronunciamiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para tomar una decisión definitiva.

En cuanto a organizaciones internacionales, la República de Kosovo no ha solicitado su membresía ante la Organización de las Naciones Unidas debido al anunciado veto de Rusia en el Consejo de Seguridad.

En el caso de la Unión Europea, aunque ésta no reconoce países formalmente, no existe una política oficial que acepte la independencia de Kosovo, ya que para hacerlo es necesaria la unanimidad de sus miembros, la cual no se ha logrado; sin embargo, el Parlamento Europeo sí lo ha hecho de forma particular.

El Fondo Monetario Internacional inició en junio de 2008 el proceso de integración de Kosovo como miembro permanente; finalmente, el 5 de mayo de 2009 fue aceptado como miembro del FMI con 96 votos a favor.

Ese hecho propició su solicitud de incorporación al Banco Mundial, la cual fue aprobada el 4 de junio de 2009 y oficializada el 29 de junio, obteniendo así su primera membresía en un organismo especializado de las Naciones Unidas.

Tras esa situación, Kosovo postularía ingresar al Consejo de Europa, para el cual necesita el apoyo de dos tercios de sus miembros.

Controversias

La intervención de la OTAN en la Guerra de Kosovo así como el apoyo explícito de países como Estados Unidos a la independencia kosovar han sido vistos desde diferentes colectivos como actos de interés geoestratégico, encaminados a mantener el control tanto militar como económico en esa zona de los Balcanes.

Personalidades como James Petras mantienen que el reconocimiento de Kosovo por parte de Estados Unidos respondía a los intereses de las multinacionales norteamericanas y las alianzas militares, poniendo en duda que su intervención en el conflicto se produjera por razones humanitarias.

Uno de los hechos más cuestionados ha sido la creación de Camp Bondsteel, la segunda mayor base militar estadounidense en el mundo.

La base se encuentra ubicada junto a Uroševac, en una zona de elevado interés estratégico, próxima a Oriente Medio, el Cáucaso y Rusia, y que permite el control sobre los oleoductos y corredores energéticos vitales, como el oleoducto Trans-Balcanes, donde multinacionales norteamericanas como Halliburton Oil tienen destacada presencia.

En 2002, se denunció que Camp Bondsteel era utilizada por el ejército estadounidense como campo de detención ilegal, por lo que fue inspeccionada por el Comisario de Derechos Humanos de la Unión Europea, Álvaro Gil-Robles, quien comprobó su existencia y solicitó a las autoridades su desmantelamiento.

Divisiones administrativas

Kosovo está dividido en 7 distritos (alb.: rreth, ser.: дистрикт – distrikt –), los cuales a su vez se subdividen en 30 municipios (alb.: komuna, ser.: општина – opština –).

Esta división fue establecida por la MINUK en 1999, reemplazando los antiguos cincos distritos establecidos por la República Federal de Yugoslavia, y fue heredada por la República de Kosovo; las autoridades serbias aún utilizan la antigua división administrativa.

Geografía

Kosovo se ubica en el centro de la Península de los Balcanes, con una forma a grandes rasgos romboidal y sin acceso directo al mar.

Se extiende entre las longitudes 41°50’58’’ y 43°15’42’’ Norte y las latitudes 20°01’30’’ y 21°48’02’’ Este.

Su territorio ocupa una superficie de 10.887 km², un área similar a la de Jamaica o Qatar.

Gran parte del territorio de Kosovo está atravesado por montañas, especialmente a lo largo de sus fronteras.

En el borde nororiental con Montenegro y parte de Albania están los montes Prokletije, parte del conjunto de los Alpes Dináricos.

En esta cadena se encuentra el Đeravica, que con una altitud de 2.565 es el punto más alto del territorio kosovar, y el cañón de Rugova con una longitud de 25 kilómetros.

En el sector noroccidental se ubican los Kopaonik a lo largo de la frontera con Serbia Central y en el sur se encuentran los montes Šar.

Ambas cadenas montañosas son populares destinos turísticos, especialmente debido a su parque nacional y centros de esquí (como Brezovica).

Cerca del 36% del territorio corresponde a llanuras con algunas serranías de características kársticas que se extienden dentro de ellas, como el Goljak, Drenica y Crnoljeva.

Esta última marca la diferencia entre el sector de las cuencas de Kosovo al este y de Metohija (conocida en albanés como Rrafshi i Dukagjinit, "meseta de Dukagjin") al oeste.

Diversos ríos cruzan el país: el Drin Blanco corre en dirección al mar Adriático a lo largo de Metohija, mientras el Sitnica lo hace en la zona oriental hasta confluir con el río Ibar al norte, en el sector de Kosovska Mitrovica.

El Ibar, junto al río Morava del Sur, es uno de los afluentes pertenecientes a la gran cuenca del río Danubio.

Algunos lagos existen en Kosovo, destacando el lago Gazivoda, el Radonjić, el Batlava y el Badovac.

El clima kosovar es predominantemente continental, con temperaturas templadas pero que pueden alcanzar extremos de –10 °C y 30 °C, durante los meses del invierno y del verano boreal, respectivamente.

Entre octubre y diciembre se alcanzan las mayores precipitaciones (promediando 600 mm anuales en los sectores llanos) y la nieve es común en todo el territorio entre noviembre y marzo, aunque es más importante en las zonas montañosas.

El sector de Metohija es más templado por efecto de las masas de aire cálido provenientes del Adriático.

Todas estas características geográficas hacen de Kosovo un territorio muy fértil, con un 69,1% de su superficie disponible para actividades agrículas (de las cuales, un 31% son pastizales y un 69% son tierras arables).

Sin embargo, debido a las actividades industriales y mineras, un importante número de hectáreas han sido contaminadas, impidiendo su desarrollo agrícola.

El 39% del territorio corresponde a bosques, que son clasificados fitogeográficamente como parte de la provincia iliria de la Región Circumboreal.

Dentro de la flora kosovar destacan robles, pinos, hayas y abedules, mientras que en la fauna silvestre hay especies de águilas, lobos, algunos ciervos y jabalíes.

Demografía

Etnias

La población kosovar está formada en su mayoría por albaneses.

Una estimación de 2002 de la ONU ofrece estas cifras de población:

La distribución según la religión sería:

Como consecuencia de los conflictos con Serbia, muchos kosovares han emigrado, sobre todo a países como Suiza, Alemania o Turquía.

Religión

En Kosovo viven 1,8 millones de habitantes.

De ellos, son musulmanes el 96 por ciento, católicos un 2,2 por ciento y ortodoxos un 1,5 por ciento.

Estos datos indican que 1.660.598 ciudadanos de Kosovo son de afiliación religiosa musulmana.

38.223 ciudadanos son católicos y 25.685 de la fe ortodoxa.

Lenguas

El albanés es hablado por el 90% de la población y tiene la consideración de idioma oficial, al igual que el serbio.

Economía

La economía de Kosovo es una de las más pobres de Europa, con un ingreso per cápita estimado en 6.500 euros en 2015.

Las remesas de los emigrantes y la ayuda extranjera representan una parte muy importante de su sustento.

El sector industrial es muy débil y el suministro de energía eléctrica es poco fiable.

El desempleo es muy elevado, con tasas entre el 30 y el 35% de la mano de obra.

Tras el establecimiento de la MINUK, el marco alemán fue adoptado como moneda oficial en Kosovo, siendo reemplazado en 2002 por el euro cuando éste sustituyó al marco en su país de origen.

En los enclaves de mayoría étnica serbia, el dinar serbio se utiliza ampliamente hasta el día de hoy.

Kosovo es uno de los miembros del Acuerdo centroeuropeo de libre cambio (bajo mandato de la MINUK y no como Estado independiente), por lo que mantiene acuerdos de libre comercio con Albania, Bosnia y Herzegovina, la República de Macedonia, Moldavia y Montenegro.

Además de Serbia, Macedonia es el principal socio comercial de Kosovo, seguido de Alemania y Turquía.

Hay en el país una notable economía sumergida, asociada sobre todo al contrabando de gasolina, cigarrillos y cemento.

La corrupción y la influencia de las bandas de delincuencia organizada son motivo de gran preocupación internacional.

Las Naciones Unidas han dado prioridad a la lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada, prometiendo a este respecto una "tolerancia cero".

En este contexto, EULEX llevó a cabo en julio de 2010 la detención del gobernador del Banco Central de Kosovo, acusado de corrupción, evasión fiscal y blanqueo de dinero.

Esto ha llevado a que algunos medios califiquen a Kosovo como un narco-estado.

Cultura

Deportes

Debido a su estátus anómalo, Kosovo ha sido reconocido y forma parte de pleno derecho de quince organizaciones deportivas internacionales hasta la fecha:

Provisional:

Asociado:

Miembro en la federación regional: Federación Europea de Balonmano (EHF) (20/9/2014)

Miembro en la federación regional: Tenis Europa (TE) (28/3/2015)

La Federación de Fútbol de Kosovo (Federata e Futbollit e Kosovës en albanés) no ha sido hasta la fecha admitida ni en la UEFA ni en la FIFA, y por ello su selección no puede por el momento tomar parte en competiciones como la Eurocopa o la Copa Mundial de Fútbol.

Algunos importantes futbolistas kosovares se han nacionalizado para participar en otras selecciones, tales como Xherdan Shaqiri, Valon Behrami, Milan Bisevac, Emir Bajrami, Granit Xhaka, Almen Abdi, Shefki Kuqi, Përparim Hetemaj, Beg Ferati, entre otros.

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