Uncaria tomentosa ( Willd.ex Schult.) DC., llamada popularmente Uña de gato, una planta enredadera y trepadora de uso medicinal.
La uña de gato ( Uncaria tomentosa ) es una liana trepadora de tronco leñoso y delgado que alcanza los 15 metros de altura.Crece en la Amazonía, a lo largo del flanco oriental de la cordillera de los Andes, y se desarrolla mejor a alturas entre los 200 y 800 msnm.Su nombre común responde, como los de una treintena de especies vegetales, a las filosas espinas curvas que presentan los tallos jóvenes y que la planta utiliza para sujetarse a los árboles.Su nombre científico se origina en las pequeñas pilosidades o tomentos que, a manera de pelusa, recubren la superficie de sus hojas tierna.
Es originaria del Perú, que crece en tierras vírgenes de la selva peruana, pero también en tierras bien reposadas por un tiempo prolongado.
La planta de uña de gato es usada como medicina tradicional por la etnia de los Asháninca, ubicada en la Amazonía peruana, y la aplica desde hace muchos siglos para curar heridas profundas y para aliviar dolores de los huesos, para los riñones y para tratar a las mujeres después del parto.
Conocida y utilizada desde siempre por pueblos indígenas del oriente peruano, la uña de gato se ha convertido, merced a su reciente "descubrimiento" por parte de la ciencia moderna, en una milagrosa alternativa para la cura de males relacionados con el cáncer y la inmunodeficiencia.
Desde su descubrimiento por la medicina moderna, la uña de gato (Cat’s Claw) es aplicada para resolver los problemas siguientes:
En la Primera Conferencia Internacional sobre Uncaria tomentosa, que patrocinó la OMS en Ginebra (Suiza), hubo unanimidad sobre el hecho de que después del descubrimiento de la quinina, ninguna otra planta de la selva húmeda logró despertar tanto interés como lo hizo esta.El interés se concentraba sobre todo en los alcaloides, ya que por lo menos 6 de ellos eran capaces de aumentar el nivel de inmunidad hasta un 50%.Cinco de los Alcaloides fueron clínicamente documentados por tener efectos contra la leucemia, tumores, úlceras e infecciones y artritis.
Si bien la uña de gato fue conocida y utilizada por los yáneshas y asháninkas de la selva central del Perú para la cura de enfermedades comunes, se sabe que su uso como planta medicinal fuera del ámbito indígena es reciente, remontándose a escasos treinta o cuarenta años.La historia de su descubrimiento científico data de 1830, año en que fuera descrita por primera vez como especie botánica.Pero fue recién en los años de los años cincuenta cuando el naturalista alemán Arturo Brell llevó a cabo los primeros estudios sistemáticos de la especie a partir de plantas colectadas en la selva central peruana.El descubrimiento científico de la uña de gato como planta medicinal y su posterior difusión en todo el mundo como "planta curatodo" se inicia bastante más tarde, casi un siglo después.
Arturo Brell llegó al Perú en 1926, de la misma manera silenciosa como desaparecería 52 años después.Venía invitado por el entonces párroco de la colonia alemana del Pozuzo, un pequeño pueblo de colonos europeos ubicado en lo más remoto de la selva central.Dos años más tarde emprendía, cargado de ilusiones y acompañado por un puñado de pioneros, la búsqueda de un lugar adecuado para establecerse, a salvo de las hordas de mosquitos y las inclemencias de un clima tan hostil como extraño.Luego de no pocas dificultades el grupo finalmente fundó el poblado de Villa Rica, en el valle del río Entaz.Gracias a las bondades del suelo y los esfuerzos de los recién llegados, ayudados por los nativos del lugar, la población floreció rápidamente.Es en ese entonces que Brell encontró el tiempo necesario para dedicarse de lleno a su verdadera vocación: la observación de los hábitos y costumbres de los yáneshas y amueshas.
Brell encontró que los nativos empleaban una singular forma de control de la natalidad.Siguiendo procedimientos ancestrales, los indígenas utilizaban la corteza, semillas y hojas de ciertas plantas para preparar infusiones, las que causaban en quien las ingería un poderoso efecto inmunoinductor o inmnoacelerador, evitando el embarazo.Entre las plantas consumidas, Brell identificó un arbusto trepador kiñliana gigantesca.La planta en cuestión era conocida fonéticamente como zavenna rossa.Más tarde, la planta sería identificada como perteneciente al género Uncaria y se le comenzó a llamar uña de gato, en español.
Las propiedades curativas de la uña de gato se deben a la presencia, en el interior de sus tejidos, de una serie de compuestos químicos llamados alcaloides (hirsutina, isomitrafilina, isopteropodina, ácido gálico, entre otros).Sin embargo, lo que la ciencia no ha logrado descifrar es si estos efectos son producidos por sólo una de estas sustancias, por la combinación de algunas o por todas ellas en conjunto.Tampoco se sabe si son más efectivas las sustancias extraídas de los tallos tiernos, la raíz, las hojas o el tronco; o si las plantas deben ser cortadas en época de lluvias, durante el estío, antes de la floración o al secarse.
A pesar de ello, el problema se ha complicado en los últimos años.Con la uña de gato peruana, el deseo humanitario de poner a disposición del público un medicamento que soluciones los gravísimos problemas de enfermedades en las que la ciencia fracasa con frecuencia, mezclado con una profunda ignorancia acerca de la botánica y farmacología de la Uncaria tomentosa, el mercado herborístico peruano se ha viso invadido por un vasto abanico de "uñas de gato" y que corresponden con frecuencia a todo menos al extracto de la planta en cuestión.Desde aserrín y viruta de extrañas maderas hasta sofisticadas cápsulas rellenas de cualquier cosa pero cuya composición goza de la buena fe de quien las consume, las uñas de gato pueden ser encontradas en las calles y todos los expendios de medicinas del Perú.
Al margen de las experiencias populares y de los mitos sobre sus propiedades, existen evidencias científicas de que su toxicidad no existe al ser consumida en dosis terapéuticas.Esto, dicho en buen romance, significa que tomada regularmente y en dosis moderadas, por lo menos no hace daño.Pruebas de laboratorio llevadas a cabo en instituciones académicas serias, demuestran que la uña de gato posee una clara acción antiinflamatoria, que ejerce una acción benéfica regulando los mecanismos inmunológicos, los mismos que en determinadas circunstancias pueden inhibir el crecimiento de las células cancerosas.
Haldina cordifolia fue descrita por ( Willd.ex Schult.) DC.y publicado en Prodromus Systematis Naturalis Regni Vegetabilis 4: 349, en el año 1830.