Plantas venenosas

Conium maculatum

Conium maculatum

La cicuta, Conium maculatum, es una especie botánica de planta con flor herbácea de la familia de las apiáceas y, dentro de ésta, perteneciente al género conium.

Distribución y hábitat

Se encuentra en toda Europa y América, en ambientes nitrófilos más bien húmedos y frescos, como las orillas de los ríos y zonas sin cultivar.

Características

Esta planta puede alcanzar entre los 1,5-2,5 m de altura.

Posee tallo hueco y estriado, manchado de color purpúreo en la base y muy ramoso en la parte superior; hojas blandas, fétidas, verdinegras, triangulares y divididas en gajos elípticos, puntiagudos y dentados de hasta 5 dm de largo y 4 dm de ancho.

Las flores son pequeñas, de color blanco y surgen en umbelas de unos 10 a 15 cm de diámetro.

Semilla pequeña de color negruzco.

Su zumo es venenoso y se usa como medicina.

Se caracteriza por despedir un desagradable olor a orina.

Tiene unos frutos ovalados de color verde pardo y aproximadamente 3 mm de diámetro.

La cicuta es semejante al perejil o el hinojo, de los cuales apenas se distingue más que por el color oscuro y el olor desagradable de sus hojas.

Toxicidad

Toda la planta contiene alcaloides, entre los que se destacan glucósidos flavónicos y cumarínicos y un aceite esencial, además de la coniceina y la coniína (también llamada conina, conicina o cicutina) una neurotoxina que inhibe el funcionamiento del sistema nervioso central produciendo el llamado "cicutismo".

El efecto de esta toxina es semejante al curare.

La concentración de la misma varía según la etapa de maduración y las condiciones climáticas, encontrándose principalmente en los frutos verdes (0,73-0,98%), seguidos de los frutos maduros (0,50%) y hallándose en menor proporción en las flores (0,09-0,24%).

Algunos gramos de frutos verdes serían suficientes para provocar la muerte de un humano (los rumiantes y los pájaros parecen ser resistentes), el caballo y el burro son poco sensibles, pero es un veneno violento para los bóvidos, los conejos y los carnívoros.

En el humano, la ingestión provoca sobre la hora que sigue trastornos digestivos (especialmente cuando se utiliza la raíz), vértigos y cefaleas, parestesias, descenso de la temperatura corporal, reducción de la fuerza muscular, y finalmente una parálisis ascendente.

La muerte puede sobrevenir debido a que las convulsiones y la destrucción muscular produzcan una insuficiencia renal, o debido a las alteraciones que produce en la respiración (acelerándola al principio y deprimiéndola luego), que llevarían a una muerte por asfixia.

Conium maculatum L.

es una especie herbácea bianual, típica de terrenos baldíos, escombreras y bordes de caminos.

Los alcaloides piperidínicos se encuentran en toda la planta, pero especialmente se concentran en los frutos.(1) Generalmente las intoxicaciones se producen por confusión con otras umbelíferas comestibles (zanahoria, perejil, anís) o por el consumo de animales que se hayan alimentado de dicha planta.(2) Es igualmente tóxica para el hombre que para los animales, aunque hay algunas especies que son más resistentes a su toxicidad, y se manifiesta por salivación, vértigo, frío, nauseas vómitos, pérdida de sensibilidad, parálisis muscular progresiva, seguida de convulsiones y muerte por parada respiratoria.

La toxicidad de la cicuta para el hombre se conoce desde épocas remotas.

Ya en el juicio a Sócrates desarrollado en Atenas en el año 399 a.C, los fiscales Anito, persona poderosa en representación de políticos y artesanos, el orador Licón y el poeta Melito, acusaron al filósofo de negar la existencia de los dioses de la ciudad, obrar contra sus leyes y subvertir a la juventud.

Sócrates, que entonces tenía 70 años, fue encarcelado y pocas semanas después obligado a beber una copa de cicuta.

La inducción al suicidio mediante la cicuta era un método común en la antigüedad.

Varios autores, Andocides, Diódorus y Lisias, la mencionan en sus obras; escasos nombres de las víctimas del veneno se han registrado aunque sabemos que centenares de ciudadanos fueron ejecutados de este modo durante el breve régimen de los Treinta Tiranos y durante el gobierno que lo derrocó.

La cicuta tuvo otros usos.

Fue empleada como solución final en épocas de hambruna y es así que Estrabón (63 a.C-21 d.C, citado en Diógenes Laercio) refiere que en la isla de Ceos o Zea (pertenecientes a las Cícladas) los hombres mayores de 60 años eran obligados a tomarla (por el bien común) en un sacrificio tendiente a que los alimentos fuesen suficientes para el resto de la población.

En el siglo pasado fue empleada como antiespasmódica y sedante nervioso y por esto se aconsejaba su uso como antídoto para la estricnina.

Aún ahora se usa en la medicina herbolaria aunque sólo adquirible "con receta médica o por prescripción médica o como veneno".

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Composición química

El alcaloide piperidínico más abundante es la coniína y el más tóxico es la γ-coniceína predominante en los órganos vegetativos, sin embargo debido a esa abundancia, la coniína es la más influyente en la toxicidad de la planta.

Además contiene otros alcaloides análogos como la N-metilconiína, conhidrina, etc.

(1) Contrariamente a los “verdaderos” alcaloides, los alcaloides piperidínicos de la cicuta mayor no derivan directamente de los aminoácidos.

Su común precursor es un tetraacetato: la transaminación de la alanina y del 5-cetooctanal que conduce a la γ-coniceína y a los otros alcaloides.

El contenido de los alcaloides totales es muy variable dependiendo del órgano: los frutos son más ricos, hasta un 1% que las hojas depende también de la estación y del origen geográfico.

Hay además variaciones en función de los cambios climáticos y del nictémero.

La planta seca pierde poco a poco sus alcaloides (volátiles) pero un heno recién preparado contiene aun más de 1900 ppm de alcaloides.

La proporción de los diferentes alcaloides es también muy variable.

Salvo excepciones la γ-coniceína es mayoritaria en las partes vegetativas mientras que en la coniína predomina en los frutos maduros.

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Identificación del tóxico

Generalmente, el examen morfológico es concluyente: manchas violáceas en tallo acanalado, y olor (cuando esta ajada, la planta desprende un olor desagradable a ratón que además es perceptible en la orina y el líquido de la rumia de los animales intoxicados).

Cuando se dispone del fruto se examina los dos mericarpos, cada uno con cinco costillas primarias salientes.

Se nota la ausencia de vitas y de albumen externo.

El endocarpo está rodeado de una hilera de células esclerificadas en forma de herradura.

La investigación y la cantidad de alcaloides se pueden hacer por procedimientos clásicos pero teniendo muy en cuenta la volatilidad de estas piperidinas simples (la coniíina es extraíble por corriente de vapor).

Para determinar estas moléculas en plantas o en los medios biológicos se emplea generalmente la cromatografía en fase gaseosa y con espectrofotometría de masas.

(4) El consumo de 6-8 g de hojas puede provocar el fallecimiento de un adulto en pocas horas.

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Síntomas observados

La sintomatología se puede establecer a partir de las descripciones de los tratados clásicos de toxicología.

Los primeros síntomas aparecen rápidamente: en salivación, nauseas, vómitos, irritación faríngea, dolores intestinales.

El intoxicado tiene sed, traga y habla con dificultad y tiene dilatadas las pupilas.

Los miembros inferiores se debilitan, a ello hay que añadir el fracaso renal y comienza una parálisis muscular progresiva afectando en el último lugar a los músculos respiratorios y muere asfixiado.

La consciencia no se altera en ningún momento aunque se nota trastornos de visión y de audición.

Pueden presentarse temblores convulsivos y movimientos desordenados de los miembros.

Sean las que sean las pequeñas diferencias relatadas por los distintos autores esta sintomatología difiere sensiblemente de la que precedió a la muerte de Sócrates, únicamente parálisis ascendente que le condujo a una muerte tranquila y digna.

Algunos emiten la hipótesis para explicar estas divergencias de que la copa presentada al filósofo tenía una mezcla de cicuta y opio y este último atenuó parte de los efectos de la coniína.

Las observaciones más recientes indican como dominante un componente “letárgico” en la sintomatología.

En el primer caso, en un niño de 4 años que había consumido hojas que contenían 0.85mg/g de γ-coniceína se registró un adormecimiento rápido, 30 minutos.

Dos horas más tarde el niño vomitó en la cama continuando dormido.

La estimulación de sus miembros inferiores solamente provocó una respuesta muy pequeña; tras una descontaminación digestiva, la sensibilidad nociceptiva siguió disminuyendo durante 90 minutos, tras lo que el niño se recuperó progresivamente.

En ese mismo año una segunda observación relata el “adormecimiento” de un niño de tres años y su muerte dos horas y cuarenta minutos después de la ingestión en la autopsia, sus estómago contenía 142 g de material vegetal.

Otro estudio realizado en el centro toxicológico de Angers, ha registrado un principio de intoxicación causado por la ingestión de una cucharadita de café de frutos verdes de la cicuta mayor.

El paciente un psicópata presentó molestias visuales, ataxia de las extremidades, dificultad de marcha y debilidad muscular en las manos.

Fue sometido a ventilación respiratoria y extubado a las 48 horas.(4)

Usos y contraindicaciones

Se han usado los frutos y también las hojas en forma de cataplasma de planta fresca o aceite de cicuta por sus propiedades como antiespasmódico, galactófugo, analgésico, anestésico local y por su acción sobre las terminaciones nerviosas sensitivas.

Se usó en el tratamiento de las neuralgias rebeldes y dolores cancerosos terminales.

Antiguamente también se empleó en el tétanos, la rabia, la tisis y afecciones venéreas.

Su potencial tóxico hace desaconsejable el uso fitoterapéutico de esta planta y está especialmente contraindicado en el embarazo, durante la lactancia y en niños.(5)

Tratamiento

No hay antídotos específicos frente a la coniína.

Se procede al vaciado gástrico con administración posterior de carbón activado.

Si se producen convulsiones se administrará alguna benzodiazepina.

Es recomendable la diuresis forzada y se monitorizará la función renal.

También suele ser necesaria la ventilación asistida y la oxigenoterapia.

El pronóstico es muy grave si el paciente no es atendido rápidamente.

Si supera la fase crítica, la mejoría es rápida y total aunque persiste la miastenia durante algunas semanas.

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Intoxicación en los animales

De la mayor parte de las especies animales se han descrito casos de intoxicaciones, a menudo graves: cerdos, vacas, caballos, ovejas, cabras, conejos, pavos, alces.

Los animales intoxicados insalivan con abundancia.

Después de una fase transitoria de excitación, se hacen apáticos y atóxicos, se dilata su pupila, orinan y defecan con frecuencia, tienen el pulso débil, las membranas se cianosan y la respiración es dificultosa.

Tienen gran debilidad muscular: el animal se acuesta alterado y no se puede levantar además muestra temblores y lagrimeo.

La muerte, por parálisis respiratoria, no está precedida de convulsiones.

La sensibilidad de las especies a la coniína es muy variable: aparecen graves síntomas con 3,3 mg/kg de alcaloides en las vacas y con 15,5mg/kg en los asnos, mientras que en las ovejas 44mg/kg no provocan más que una ligera intoxicación.

En las aves como pollos, pavos y codornices, se ha observado también depresiones y parálisis flácida.

En el caso de que las hembras coman cicuta, ésta puede causar malformaciones congénitas, especialmente en el caso de los terneros y los lechones.

Esta toxicidad en los fetos de la cicuta y de la coniína ha sido estudiada de forma experimental en las ovejas (en las que los efectos menores se anulan rápidamente), las cerdas y las vacas.

Sin entrar en detalles se señala que esas malformaciones como consecuencia de la reducción de los movimientos fetales, no son inducidas más que cuando la ingestión repetida de la planta tiene lugar durante un determinado periodo de la gestación (de los 55 a 75 días en la vaca y de 43-53 días en la cerda).

Las malformaciones observadas son sobre todo articulares como escoliosis, artrocriposis (que imposibilitan la posición en pie).

La administración precoz a las cerdas (de 3 a 45 días) provoca en los lechones fisuras en el paladar.

Por último es importante señalar que la teratogenia depende del contenido de alcaloides totales y de la composición con un importante papel de la γ-coniceína.

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1- 2- 3- 4- 5- 6-

Puede presentarse intoxicación accidental por su parecido con el apio, el perejil y otras plantas que sirven de alimento o condimento, a pesar de que existen diferencias entre estas plantas y la cicuta, como el tamaño, el olor distintamente desagradable (el perejil tiene un olor agradable característico) y las manchas del rojo en los vástagos, siempre ausentes en el perejil.

Usos medicinales

La cicuta ha sido usada por sus propiedades antiespasmódicas y como sedante para calmar dolores persistentes e intratables, como los producidos por el cáncer y las neuralgias En la antigüedad, los médicos árabes y griegos la utilizaban en diversas dolencias, tales como la artritis.

Sin embargo, no era siempre eficaz, ya que la diferencia entre una dosis terapéutica o tóxica es muy pequeña.

La sobredosis produce sequedad en la boca, dificultad al tragar, dilatación de las pupilas ( midriasis ), náuseas, parálisis muscular; paro respiratorio y asfixia, aunque la víctima permanece lúcida hasta el momento de su muerte.

Hoy en día se usan analgésicos más potentes y seguros, aunque todavía se puede usar respetando las dosificaciones, ya que se podría producir una intoxicación.

Principios activos : contiene alcaloides derivados de la piperidina : conina o cicutina, metilcicutina, conhidrina, pseudoconhidrina ; goma ; pectina ; resina ; sales minerales ; carotenos ; ácido cafeico y ácido acético.

Indicaciones : usado como antiespasmódico, analgésico, por su acción sobre el pneumogástrico y las terminaciones nerviosas sensitivas.

Galactófugo.

Se usó en el tratamiento de las neuralgias.

Cicuta en la cultura general

La intoxicación por cicuta fue usada por los griegos para quitar la vida a los condenados a pena de muerte.

El caso más célebre es el de la muerte de Sócrates, debido a la ingestión de una solución en base a la cicuta en el año 399 a. C.

Taxonomía

Conium maculatum fue descrita por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 243.

1753.

Número de cromosomas de Conium maculatum (Fam.

Umbelliferae) y táxones infraespecíficos: 2n=22

Conium : nombre genérico que proviene del griego κώνειον ( kṓneion ), «cicuta»;

maculatum, epíteto que proviene del adjetivo latino maculatus, a, um, «manchado, salpicado de manchas», a su vez de macula, «mancha».

El nombre común «cicuta» proviene directamente del latín cicuta.

Nombres comunes

Unos nombres comunes en castellano;

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