San Dionisio fue Patriarca de Alejandría (líder de la Iglesia que se derivó en la Iglesia copta ) del 248 al 264.
Maestro y director de la escuela catequética de Alejandría y más tarde obispo de la misma sede, conocido con el sobrenombre de Grande desde el siglo IV.Los libros VI y VII de la Historia Ecclesiastica de Eusebio constituyen la fuente principal para el conocimiento de su vida y obra.Nacido antes del año 200 de padres paganos.Convertido al cristianismo tras serios estudios, sigue las lecciones de Orígenes a quien guardará gratitud y cuya amistad conservará, aunque no le llame de nuevo a Alejandría cuando ocupe dicha sede.Nombrado Heraclas obispo de Alejandría, Dionisio le sucede en el cargo de director de la escuela catequética hacia 231-232 (Eusebio, Historia Ecclesiastica VI, 29, 4), siendo por entonces ya sacerdote (Jerónimo, De viris illustribus, 69: PL 23,713).No es seguro que estuviese casado, pues la expresión que él mismo utiliza, paides (Eusebio, o.c.VI,40,3), puede ser traducida por hijos, discípulos o servidores.En 247 sucede a Heraclas en la sede de Alejandría (ib.VI,35).El año siguiente, por intrigas, estalla en su diócesis una persecución contra los cristianos, que Dionisio describe con detalle en su Carta a Fabio.En 249 sobreviene la persecución de Decio con sus secuelas de confesores, fugitivos y mártires (ib VI,42 y 60).Habiendo huido Dionisio con sus paides, es hecho prisionero y libertado por unos campesinos.Vuelve a Alejandría hacia el 251.En 257 estalla de nuevo la persecución bajo el emperador Valeriano.Dionisio es desterrado a Libia, donde le acompañan numerosos fieles de Alejandría y Egipto (ib.VII,11,5-12).Galieno, hijo de Valeriano, le levanta el destierro en 262.A continuación, una revolución que estalla en Alejandría le impide comunicarse con sus fieles más que por carta (ib.VII,21,1).En 264 es invitado a tomar parte en el sínodo de Antioquía, que debía juzgar a Pablo de Samosata.Dionisio se excusa de asistir a causa de su salud (ib.VII,27,2).Muere durante la celebración de dicho sínodo, tras haber ocupado durante 17 años la sede de Alejandría (ib.VII,28,3).
En el cisma de Novaciano, Dionisio interviene activa y decididamente en favor de la paz.Eusebio (ib.VI,45-46) nos transmite íntegra la carta que Dionisio envía a Novaciano instándole a volver al seno de la Iglesia.Nos da noticias, además, de una carta de Dionisio al Papa Cornelio, en contestación a una suya contra Novaciano.Cita como cartas dirigidas a los presbíteros romanos partidarios de Novaciano una Carta diaconal a Hipólito (cfr.G.Bardy, Eusébe de Césarée, Hist.eccl.París 1955, 163, nota 8), una sobre la paz y otra sobre la penitencia.
Sobre la cuestión de rebautizar los bautizados por herejes, Eusebio (ib.VII,4-9) menciona una al Papa Esteban, dos al Papa Sixto, a Filemón, presbítero romano, a Dionisio, entonces presbítero romano y más tarde Papa, y, finalmente, una carta «dirigida por él y su comunidad a Sixto y a la Iglesia de Roma».
Sobre la cuestión de readmitir en el seno de la Iglesia a los lapsi, las siguientes: A Fabio de Antioquía, escrita con posterioridad a la persecución de Decio, en la que aconseja reconciliar a los lapsi, sobre todo si se encuentran en peligro de muerte y lo piden con insistencia; a Colón, obispo de Hermópolis, y de quien Jerónimo ( De viris illustribus, 69: PL 23,718) da la grafía de Conón; a los egipcios, a los laodicenses, a los armenios y a sus fieles, totalmente perdidas (cfr.Eusebio, ib.VI,41-46).
Escribe también algunas Cartas Festales anunciando la Pascua, costumbre que después se hará frecuente entre los obispos orientales (Eusebio, ib.VII,20).Eusebio menciona además una carta-tratado sobre el Sábado y otra sobre el ejercicio; parece ser que hablando de la lucha ascética y la superación de las dificultades del momento como deporte (cfr.G.Bardy, o.c.199, nota 13).
También se conserva íntegra una carta dirigida a Basílides contestando cuestiones de tipo canónico (Eusebio, ib.V11,26,3).El mismo Eusebio enumera diversas cartas escritas por Dionisio con motivo del sabelianismo (VI,40; VII,11 y 21).
Finalmente, Jerónimo de Estridón (1.c.), señala una carta a Orígenes sobre el martirio.
Los escasos fragmentos conservados no permiten elaborar una visión de conjunto del pensamiento de Dionisio.Eminentemente pastoral, tomó parte activa en las controversias de su época.Claro y rotundo en la doctrina y comprensivo con los hombres.Basilio ( Epist.118 : PG 32,664) le llama canónico, atestiguando así su autoridad y ortodoxia.Atanasio ( De sententia Dionysii, 6: PG 25,487) lo califica «maestro de la Iglesia católica».Nos es conocida ya su posición en torno a los problemas cristológicos así como su posición enérgica y comprensiva en la cuestión de los lapsi y ante el cisma de Novaciano.No desaprueba la costumbre de rebautizar, pero recuerda que no es necesario hacerlo en todos los casos.Da especial relieve a la misericordia divina, y recuerda a los cristianos que deben imitarla sobre todo a la hora de tratar con los lapsi y los perseguidores.Afirma en la carta a Novaciano que es necesario soportarlo todo antes que abandonar la Iglesia.Los trozos que nos han llegado de los Comentarios al Eclesiastés, nos muestran a un Dionisio que, recomendando tener ante Cristo una actitud de espera, mantiene una posición muy equilibrada sobre el uso de los bienes de la tierra.