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Atanasio de Alejandría

Atanasio de Alejandría

Atanasio de Alejandría (en griego, Ἀθανάσιος Ἀλεξανδρείας ) fue obispo de Alejandría, nacido alrededor del año 296 y fallecido el 2 de mayo del año 373.

Se considera santo en la Iglesia copta, en la Iglesia católica, en la Iglesia ortodoxa y en la Iglesia anglicana, además de doctor de la Iglesia católica y padre de la Iglesia Oriental.

Vida y actividad religiosa

Nació en el ambiente cosmopolita de Alejandría, donde recibió su formación filosófica y teológica.

No se sabe nada de los primeros treinta años de su vida salvo que en el año 320, con veinticuatro años, fue ordenado diácono.

Este cargo le permitió acompañar a su obispo, ( Alejandro de Alejandría ), al concilio de Nicea I en 325.

Desde esa fecha se convirtió en defensor a ultranza del símbolo niceano, y enemigo acérrimo de los arrianos.

En el año 328, contando con treinta y cinco años, fue elegido obispo de Alejandría, siendo el vigésimo Patriarca de Alejandría título que precede al de papa de la Iglesia copta o Patriarca de la Iglesia ortodoxa previo al cisma del año 451 (tras el desacuerdo del Concilio de Calcedonia ).

En su cargo como obispo de Alejandría, sufrió el acoso de los arrianos, cuando el emperador se dejaba influir por éstos.

Así fue detenido y desterrado hasta cinco veces, en las siguientes fechas:

Entre sus prioridades destacó la evangelización del sur de Egipto, donde designó como primer obispo de Filé al antiguo inspector de tropas Macedonio, extendiendo su actividad fuera de las fronteras egipcias, hasta Etiopía, donde nombró a Frumencio, obispo de Axum.

De su etapa de destierro entre los monjes del desierto egipcio, adquirió un gran interés por el monacato, influyendo en el acceso de los monjes al sacerdocio, y convirtiéndose en biógrafo de Antonio Abad, de quien escribió la Vida de Antonio.

Obras

Escribió mucho a pesar de la dureza de su vida.

Sus escritos apologéticos son Contra los paganos y encarnación del verbo, donde expone razones a favor de la encarnación, rechaza el politeísmo y el paganismo.

En los Discursos contra los arrianos tiene un capítulo en que expone esta posición y defiende las tesis de Nicea.

Interesante es notar que nunca se refiere en sus escritos al alma humana de Cristo, argumento que le habría sido de utilidad en sus disputas con los arrianos.

Otros autores como Orígenes no dudaron en esgrimir la doctrina de la completa humanidad de Jesús para lidiar tanto contra el arrianismo como contra el apolinarismo.

A la indecisión de Atanasio en este sentido se debe el que se hable de Logos-sarx contraponiéndolo al Logos-hombre como si de la naturaleza humana, Cristo hubiera tomado sólo el cuerpo.

Se creía que el símbolo Quicumque era de Atanasio.

Otras obras son:

También tiene obras exegéticas con el tema de la virginidad.

En la teología defiende el cristianismo tradicional frente a Arrio.

Existe una Trinidad santa y completa: Padre, Hijo y Espíritu Santo; es homogénea, las tres personas tienen el mismo rango.

Fragmentos de su obra

El Hijo no fue engendrado como se engendra un hombre de otro hombre, de forma que la existencia del padre es anterior a la del hijo.

El hijo es vástago de Dios, y siendo Hijo del Dios que existe eternamente, él mismo es eterno.

Es propio del hombre, a causa de la imperfección de su naturaleza, engendrar en el tiempo: pero Dios engendra eternamente, porque su naturaleza es perfecta desde siempre ( Oraciones contra los arrianos I, 14).

Dios existe desde la eternidad: y si el Padre existe desde la eternidad, también existe desde la eternidad lo que es su resplandor, es decir, su Verbo.

Además, Dios, «el que es» (ὁ ὤν), tiene de sí mismo el que es su Verbo: el Verbo no es algo que antes no existía y luego vino a la existencia, ni hubo un tiempo en que el Padre estuviera sin Logos (ciencia) (ἄλογος).

La audacia dirigida contra el Hijo llega a tocar con su blasfemia al mismo Padre, ya que lo concibe sin Sabiduría, sin Logos, sin Hijo...

( Oraciones contra los arrianos I, 25-26).

Repercusión

La labor de Atanasio tanto en el I Concilio de Nicea como en toda su lucha contra el arrianismo fue de gran importancia con repercusiones que incluso llegan a la actualidad.

A los pocos años de fallecer Atanasio el emperador Teodosio I tomó la decisión de hacer del cristianismo niceno o catolicismo la religión oficial del Imperio mediante el Edicto de Tesalónica de 380.

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