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Eduardo el Confesor

Eduardo el Confesor

Escudo de Eduardo el Confesor

Eduardo el Confesor, conocido también como san Eduardo el Confesor ,( c.

1003 - 4 o 5 de enero de 1066 ) fue rey de Inglaterra entre 1042 y 1066; hijo de Etelredo II el Indeciso y Emma de Normandía, fue uno de los últimos reyes anglosajones de Inglaterra y es generalmente considerado como el último rey de la casa de Wessex.

Tradicionalmente se le describe como ingenuo y piadoso y se cree que su reinado fue notable por la desintegración del poder real en Inglaterra y el avance en el poder de la familia Godwin.

Sin embargo, sus biógrafos Frank Barlow y Peter Rex están en desacuerdo, para ellos Eduardo fue un rey exitoso, energético, ingenioso y a veces despiadado, pero cuya reputación ha sido injustamente empañada por la conquista normanda poco después de su muerte.

Otros historiadores consideran que esta imagen es solo parcialmente cierta, pero que no lo es en absoluto en la última fase de su reinado.

En opinión de Richard Mortimer, el retorno de los Godwin desde el exilio en 1052, «significaba el fin efectivo de su ejercicio del poder».

La diferencia en su nivel de actividad en comparación con la primera parte de su reinado «implica una retirada de las responsabilidades».

Eduardo fue el sucesor de Canuto Hardeknut, hijo de Canuto el Grande, y restauró el gobierno de la casa de Wessex, después del período del mandato danés desde que Canuto conquistó Inglaterra en 1016.

Cuando Eduardo murió en 1066, fue sucedido por Harold Godwinson, que fue derrotado y asesinado ese mismo año por los normandos, comandados por Guillermo el Conquistador, durante la batalla de Hastings.

A Eduardo se le llama confesor en el sentido de confesor de la fe, como se denomina en la tradición cristiana a alguien que se cree vivió una vida santa pero que no fue un mártir, en latín : S.

Eduardus Confesor rex Anglorum, en contraposición a S.

Eduardus Martyr rex Anglorum.

Fue canonizado por el papa Alejandro III en 1161 y es conmemorado el 13 de octubre por la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia católica en Inglaterra y Gales.

San Eduardo fue uno de los santos nacionales de Inglaterra hasta que el rey Eduardo III adoptó como patrón a san Jorge aproximadamente en 1350.

Primeros años y exilio

Eduardo fue el séptimo hijo de Etelredo II el Indeciso y el primero con su segunda esposa, Emma de Normandía.

Nació entre 1002 y 1005 en Islip, Oxfordshire, los primeros registros en que aparece datan de 1005.

Tenía un hermano, Alfredo, y una hermana, Godgifu.

En los documentos siempre figuraba detrás de sus hermanos mayores, demostrando que su rango estaba por debajo del de ellos.

Durante su infancia Inglaterra fue blanco de ataques vikingos e invasiones comandadas por Svend I de Dinamarca y su hijo, Canuto.

Después de que Svend incautó el trono en 1013, Emma huyó a Normandía con Eduardo y Alfredo y más adelante fue seguida por Etelredo.

Svend murió en febrero de 1014 y los líderes ingleses invitaron a Etelredo a volver, con la condición de que se comprometiera a gobernar de manera «más justa» que antes.

Etelredo aceptó y envió a Eduardo con sus embajadores.

Etelredo murió en abril de 1016 y fue sucedido por el medio hermano mayor de Eduardo, Edmundo Ironside, quien continuó la lucha contra el hijo Canuto el hijo de Svend.

Según la tradición escandinava, Eduardo peleó junto a Edmundo; como se supone que a lo sumo tenía trece años en ese momento, esa parte de la historia es discutida.

Edmundo falleció en noviembre de 1016 y Canuto se convirtió en el rey indiscutible.

Eduardo volvió de nuevo al exilio con su hermano y su hermana, pero a su madre no le gustaba la marginación y en 1017 se casó con Canuto.

Ese mismo año, Canuto ejecutó a Edwig Etheling, el único medio hermano mayor de Eduardo que aún sobrevivía, por lo que este quedó como el principal pretendiente anglosajón al trono.

Eduardo pasó un cuarto de siglo en el exilio, probablemente la mayor parte en Normandía, aunque no hay evidencia de su ubicación hasta principios de los años 1030.

Posiblemente recibió apoyo de su hermana Godgifu, quien se casó con Drogo de Mantes, conde de Vexin, cerca de 1024.

A principios de los años 1030, Eduardo aparece como testigo en cuatro documentos oficiales en Normandía, firmando dos de ellos como rey de Inglaterra.

Según el cronista normando, Guillermo de Jumièges, Roberto I, duque de Normandía, intentó invadir Inglaterra para colocar a Eduardo en el trono cerca de 1034, pero fue desviado de curso hacia Jersey.

También recibió apoyo en su pretensión al trono de algunos abades continentales, particularmente de Roberto, de la abadía de normanda de Jumièges, que más adelante se convirtió en el arzobispo de Canterbury de Eduardo.

De Eduardo se dice que desarrolló una intensa piedad personal durante este período, pero los historiadores modernos consideran que esto fue producto de la campaña medieval que se llevó a cabo para su canonización.

Según Frank Barlow, «su estilo de vida parece haber sido el de un típico miembro de la nobleza rural».

Durante este periodo parecía tener escasas perspectivas de acceder al trono inglés y su ambiciosa madre estaba más interesada en apoyar a Canuto Hardeknut, su hijo con Canuto.

Canuto murió en 1035 y Hardeknut lo sucedió como rey de Dinamarca.

No está claro si pretendía tener Inglaterra también, pero estaba demasiado ocupado en la defensa de su posición en Dinamarca, para viajar hacia allá y hacer válida cualquier reclamación.

Por tanto, se decidió que su medio hermano mayor, Haroldo Harefoot, actuaría como regente, mientras que Emma retuvo Wessex en representación de su hijo.

Eduardo y su hermano Alfredo llegaron por separado a Inglaterra en 1036.

Emma afirmó más tarde que acudieron en respuesta a una carta donde les invitaba a visitarla que había sido falsificada por Haroldo, pero los historiadores creen que probablemente los invitó en un esfuerzo por contrarrestar la creciente popularidad de Haroldo.

Alfredo fue capturado por Godwin, conde de Wessex, quien lo entregó a Haroldo Harefoot.

Haroldo cegó a Alfredo aplicando un atizador al rojo vivo contra sus ojos con la intención de hacerlo inadecuado para reinar, poco después murió como consecuencia de las heridas.

Se cree que el asesinato es la fuente de gran parte del odio que Eduardo manifestó posteriormente hacia el conde y una de las razones primarias del destierro de Godwin en otoño 1051.

Se dice que Eduardo sostuvo una exitosa escaramuza cerca de Southampton y luego se regresó a Normandía.

Así mostró su prudencia, aunque tenía cierta reputación como soldado en Normandía y Escandinavia.

Haroldo fue aceptado como rey en 1037 y al año siguiente expulsó de Inglaterra a Emma, quien se retiró a Brujas.

Emma convocó a Eduardo y le pidió su ayuda para Hardeknut, pero este se negó porque no tenía recursos para iniciar una invasión y además negó tener interés en reclamar el trono para si mismo.

Cuando Hardeknut sintió segura su posición en Dinamarca, planeó una invasión, pero Haroldo murió en 1040 y Hardeknut fue capaz de llegar a Inglaterra sin oposición en compañía de su madre para tomar posesión del trono inglés.

Hardeknut invitó a Eduardo a visitar Inglaterra en 1041, probablemente pensando en nombrarlo su heredero porque sabía que tenía poco tiempo de vida.

Según el Quadripartitus del siglo XII, una compilación considerada convincente por el historiador John Maddicott, fue llamado por intervención del obispo Elfwine de Winchester y el conde Godwin de Wessex.

Eduardo se encontró con «los thegns de toda Inglaterra» en Hursteshever, probablemente Hurst Head, la playa pedregosa de un cordón litoral situado frente a la isla de Wight, donde más adelante se construiría el castillo Hurst.

Allí fue recibido como rey a cambio de su juramento de que continuaría con las leyes de Canuto.

De acuerdo con la Crónica anglosajona, Eduardo prestó juramento como rey junto a Hardeknut, pero un documento expedido por Hardeknut en 1042 lo describe como el hermano del rey.

Rey de Inglaterra

El gobierno de Eduardo fue considerablemente popular.

De acuerdo con la Crónica Anglosajona, cuando Hardeknut murió el 8 de junio de 1042, "después de que fuese enterrado, todo el pueblo eligió a Eduardo como rey en Londres".

La elección popular fue ratificada por el Witenagemot, la asamblea de nobles sajones, y la coronación definitiva de Eduardo se produjo el 3 de abril de 1043 en la Catedral de Winchester.

En todo momento, Eduardo trató de mantener la paz sobre un reino maltrecho por las constantes invasiones y guerras internas.

Para ello recurrió nuevamente a Godwin, quien, para poder mantener bajo control al rey, concierta el casamiento entre Eduardo y su hija mayor, Edith, efectuado el 23 de enero de 1045.

Además del conde de Wessex, Eduardo trató de granjearse el apoyo de Leofric, conde de Mercia, y Siward, conde de Northumbria.

Sin embargo, cometió la torpeza de favorecer cada vez más a los nobles que había traído de Normandía, lo que levantó suspicacias entre los de origen sajón y danés.

La gota que colmó el vaso fue la elección del normando Roberto de Jumieges, obispo de Londres, como nuevo arzobispo de Canterbury, en lugar del hombre sugerido por Godwin.

Esto llevó a un duro enfrentamiento entre yerno y suegro que se agravó en 1051 cuando el conde Eustaquio II de Boulogne, de visita en Inglaterra, se involucró en una pelea en la ciudad de Dover.

Godwin, que ejercía la autoridad sobre la zona, se negó a castigar a los atacantes de Eustaquio y fue obligado a exiliarse en septiembre de ese mismo año.

Su popularidad y diversas presiones desde todos los ámbitos forzaron finalmente a que Eduardo diera su brazo a torcer y le restituyera sus tierras y títulos al año siguiente, además de retirar a algunos de sus consejeros normandos.

Godwin murió en 1053 y dejó sus posesiones a su hijo Haroldo, que uniéndolas a las suyas se convirtió en un noble aún más poderoso que su padre, y prácticamente en el segundo hombre del reino por detrás del propio rey.

El otro hijo de Godwin, Tostig, consiguió el gobierno de Northumbria en 1055 y se convirtió rápidamente en uno de los favoritos del rey, pero su tiránico gobierno sobre sus siervos condujo a que Eduardo lo desposeyera de sus tierras y le obligara a exiliarse en 1065.

Harold, en cambio, mantuvo siempre buenas relaciones con Eduardo.

En 1063 Eduardo le encomendó el mando del ejército y llevó a cabo la única acción militar de su reinado, la guerra contra los últimos reinos galeses independientes, que fueron incorporados a Inglaterra al final de la campaña.

El poder de Haroldo aumentó hasta convertirle prácticamente en el sucesor de facto del reino, y el propio Eduardo lo recomendó activamente ante el Witenagemot.

Dado que el rey no tenía hijos (nunca consumó su matrimonio, al parecer debido a un antiguo voto de castidad), y su único sobrino, Eduardo el Exiliado, había muerto en 1057, su cuñado Harold era el heredero con más posibilidades.

Eduardo murió en el palacio de Westminster, el 5 de enero de 1066, antes de poder consagrar la Abadía de Westminster que él mismo había mandado construir.

Haroldo fue elegido inmediatamente como nuevo rey de Inglaterra.

Sin embargo, hubo varios aspirantes más al trono que decidieron reclamarlo a la muerte de Eduardo.

El recién coronado Haroldo tuvo que hacer frente a dos invasiones, la de Harald III de Dinamarca y Noruega por el norte, al que derrotó y mató cerca de York, y la de Guillermo de Normandía desde el sur, a quien su primo Eduardo le había prometido el trono en una ocasión, durante su exilio juvenil.

Guillermo derrotó a las fuerzas sajonas en la batalla de Hastings, en la que murió el propio Haroldo, y consiguió la corona sin mayores problemas, poniendo fin a la dinastía sajona en Inglaterra e iniciando la normanda.

Desde el punto de vista histórico, el reinado de Eduardo supone una transición entre la Alta Edad Media inglesa y el gobierno de los normandos posterior a 1066.

Durante su mandato, los grandes condados creados por los invasores daneses (Northumbria, Mercia, Wessex y Danelaw ) ganaron en poder y autonomía, sirviendo de preludio al posterior sistema feudal y la Iglesia de Roma aumentó considerablemente su influencia en Gran Bretaña, si bien Eduardo no llegó a instaurar el cristianismo como religión única y oficial en su reino.

Reyes

Canonización

Los primeros impulsos en pro de la canonización de Eduardo el Confesor se tomaron bajo el reinado de Enrique II de Inglaterra, que unía en su persona las casas reales sajona y normanda.

Bajo el amparo de Enrique, el Prior Osberto de Clare inició una campaña de difusión de la imagen de Eduardo como un hombre santo, adjudicándole todo tipo de milagros, entre los que destacaban las sanaciones de enfermos mediante la imposición de manos.

El papa Alejandro III ofició la canonización del antiguo rey en 1161, ceremonia en Roma a la que asistió el propio Osberto.

En 1163 se trasladaron los restos del rey santo a la Abadía de Westminster en medio de una solemne ceremonia oficiada por el arzobispo Thomas Becket.

En aquella época, los santos se dividían en dos clases: "mártires", si morían de muerte violenta, y "confesores" si lo hacían de muerte natural.

Por esta razón, el rey Eduardo es conocido desde entonces bajo el nombre de Eduardo el Confesor.

Posteriormente, la Iglesia católica lo nombró Santo Patrón de los reyes, matrimonios problemáticos y mujeres separadas.

Hasta 1348 fue también el Patrón de Inglaterra, año en que fue sustituido por San Jorge.

Onomástica

Su onomástica se celebra el 13 de octubre.

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