Santos católicos

Ginés de Arlés

Ginés de Arlés

San Ginés de Arlés ( San Genesio ) es un santo de la Iglesia Católica que nació en Arlés, Francia en fecha desconocida y falleció decapitado en 303 o 308.

Fue notario militar o taquígrafo de los archivos judiciales, bajo los emperadores Maximiano y Diocleciano.

Su fiesta se celebra el 25 de agosto y la dedicación de su basílica en Arlés en el 16 de octubre.

Se le honra como patrono de los notarios, escribanos y secretarios.

Aunque aún era sólo catecúmeno, se negó a transcribir el edicto de persecución de Diocleciano, por lo que fue decapitado en Trinquetaille, al pie de una morera.

La afluencia de peregrinos al lugar que arrancaban hojas y ramas, destruyó la morera, de modo que en su lugar se colocó una columna de mármol (en Francia se le denomina también "San Ginés de la Columna").

Allí mismo se construyó la primera iglesia dedicada a él en la ciudad.

Este oratorio aún existe, pero dentro de una casa de campo privada y está catalogado como monumento histórico desde el 14 de junio de 1934.

Otras iglesias de Arlés fueron dedicadas a San Ginés: una en el centro de la Arena (ya no existe), otra en Alyscamps, hoy llamada de San Honorato, y otra es la actual iglesia Primada de San Trófimo.

Ésta posee una capilla dedicada a San Ginés y guarda sus restos en la Capilla de las Reliquias.

Las Actas de los mártires, atribuidas a San Paulino de Nola, declaran:

"Ginés, nativo de Arlés, fue un soldado que llegó a ser conocido por su maestría en la escritura, por lo que fue nombrado secretario del magistrado romano de Arlés.

En el desarrollo de las funciones de su oficio, le fue dictado para ser copiado el decreto de persecución de los cristianos.

Indignado en su ideal de justicia, el joven catecúmeno lanzó las tablillas de cera donde tomaba sus notas a los pies del magistrado y huyó.

Fue capturado y ejecutado y recibió el bautismo en su propia sangre".

Su veneración debe ser muy antigua, y su nombre se halla ya en el Martyrologium Hieronymianum.

Una iglesia y un altar dedicados a él eran ya conocidos en el siglo IV.

Una Vita del siglo V en forma de sermón ( Sermo de vita Genesii ) es atribuida a San Hilario de Arlés ; en contra de lo común en el género hagiográfico posterior, minimiza lo milagroso.

El obispo de la ciudad cuenta que, mientras se celebraba la solemnidad de San Ginés:

"Iba mucha gente a su iglesia, y tenían que pasar por una puente del río Ródano, pero cargó tanta multitud que iba al oficio, que se hundió...

estaba allí el entonces obispo de la ciudad, llamado Honorato, se puso de rodillas pidiendo a San Ginés alcanzase de Dios remedio para toda aquella gente que por ir a honrarlo padecía tal desgracia...

no había concluido su petición, cuando se vio que salían del río cuantos en él habían caído.

Ninguno quedó ahogado, ninguno tullido de pie o mano, ninguno descalabrado.

Mojados todos y todos muy alegres...

Pasaron en barcas el río y fueron a la iglesia de San Ginés para dar gracias a Dios por lo que había hecho por la intercesión del Santo".

En el Codex Calixtinus, guía para los peregrinos a Santiago de Compostela, se recomienda visitar:

"Un arrabal junto a Arlés, entre los dos brazos del Ródano, que se llama Trinquetaille, en donde existe una columna de mármol a la que ataron a San Ginés y lo degollaron; y aún hoy aparece enrojecida por su sangre.

El mismo santo, apenas hubo sido degollado, cogió su cabeza con sus propias manos y la arrojó al Ródano, y llevó su cuerpo por el río hasta la iglesia de San Honorato, donde yace.

Su cabeza, en cambio, corriendo por el Ródano y por el mar llegó, guiada por ángeles, hasta la ciudad española de Cartagena, en donde ahora descansa".

El culto de Ginés se expandió rápidamente desde Arlés a otras partes del Imperio.

Dos testimonios literarios de relieve se refieren al culto del mártir de Arles: Venancio Fortunato y Prudencio, quien en su Peristephanon (Himno 7, v.

36) lo proclama "orgullo de los arelatenses".

Aunque simples menciones del mártir, ambos, considerados en su contexto, presentan a Ginés como el santo propio, la gloria de la ciudad de Arlés; en semejanza con otras ciudades de la Galia y de España, que ofrecen a Cristo el don de sus mártires, Arlés ofrece, como el suyo, a Ginés.

En ese estilo lo citan también San Gregorio de Tours y Euquerio de Lyon.

Una serie de sarcófagos cristianos de Arlés, todos del siglo IV, representan, en la esquina de las extremidades cabezas imberbes.

De acuerdo con una hipótesis de De Rossi y Le Blant no serían meramente decorativas, sino que se refieren a Ginés, con evidente alusión a su corta edad.

Junto con estas evidencias, hay noticias de las peregrinaciones a la tumba del santo, visitado por san Apolinar de Valence y de los milagros operados por el mismo.

Otras interpretaciones

Su culto llegaría pronto a la propia Roma, donde se construyó una iglesia titular.

Con el tiempo se fue asumiendo la idea de que se trataba de un mártir romano: “Ginés de Roma”.

Más adelante, una mayor confusión ayudó a crear una leyenda totalmente ficticia, en la que era un comediante que se había convertido al cristianismo mientras representaba una sátira anticristiana, tras lo cual fue decapitado, dando lugar al santo Ginés de Roma.

Esta versión surgiría hacia el siglo VI, ya que el calendario de Cartago conmemora el 25 de agosto la fiesta de Ginés el actor.

Según Serafino Prete, la expansión de la popularidad del culto de Ginés a otras ciudades de la Galia y fuera de ella, hicieron que se multiplicara y “localizara” este culto, de este modo surgirían varias localizaciones, que son en realidad variaciones del mismo santo y de su culto.:

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