Santos católicos

Honesto de Nimes

San Honesto fue un predicador cristiano del siglo III, presbítero de Nimes.

Se conservan pocos datos fiables sobre su existencia y podría tratarse de una figura legendaria, sin existencia real.

De hecho, la cristianización de Pamplona es posterior a su supuesta vida y, en el caso que fuese real, no habría tenido la repercusión que le atribuye la tradición: posiblemente, esta parte de la leyenda sea una invención a partir de un Honesto real, que probablemente predicó en Nimes.

Es posible que la leyenda se crease para justificar el patronazgo del santo y vincularlo a la ciudad, además de relacionarlo también con la historia de San Fermín.

Hagiografía

Honesto era originario de Nimes, noble según la leyenda.

Sin fundamento histórico, es que fue bautizado por Saturnino de Tolosa, que, llegado de Roma, comenzaba su viaje de predicación.

Juntos, continuaron el viaje para evangelizar la Galia.

En Carcasona, el prefecto romano los encarceló pero un ángel los liberó.

Honesto continuó hasta que Pompelon (actual Pamplona ), donde conseguió atraer el senador Fermo ( Firmus ), que o bien vivía en la ciudad o sus alrededores, o era uno de los integrantes de la aristocracia latifundista de la zona (que entonces residían habitualmente en las ciudades) probablemente por medio de su esposa Eugenia.

El nombrado senador pidió a Honesto que hiciese venir a Pamplona al propio Saturnino, no se sabe por qué.

Cuando éste llegó, convirtió el senador romano Fermo y su esposa, entre otros ciudadanos, además de los senadores Fortunato y Faustino (otros terratinentes de la zona, puede ser que vinculados familiarmente con Firmus) y unos miles de bascones (entre diez mil y cuarenta mil según diversas fuentes poco rigorosas), entre los cuales se encontraba el hijo del senador, Fermín de Amiens.

Honesto formó a Fermín y continuó predicando a la región; envió a Fermín a Toulouse, desde donde marcharía hacia el norte y fue nombrado obispo de Amiens y, canonizado, será San Fermín.

Es improbable que la conversión tuviera el carácter masivo que se le atribuye a la leyenda.

De hecho Pompelon no reunió un nombre significativo de fieles como para tener obispado y Honesto siguió actuando a la zona más como un predicador que como un dirigente espiritual local.

Según algunas fuentes, Honesto marchó, ja anciano, en Tolosa, donde murió pacíficamente; otras fuentes dicen que Honesto fue martirizado en Pamplona durante la persecución de Aureliano, hacia 270.

Veneración

La devoción nace en Navarra hacia 1187, cuando llega las relíquias de San Fermín.

Anteriormente, sólo era venerado en Francia, donde algunos templos decían conservarlas: Saint-Denis de Chatre, la abadía de Yerres (a Versalles ) o San Sernio de Tolosa.

Es considerado Apóstol de Navarra y del País Vasco.

Notas

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