Santos católicos

José de Calasanz

José de Calasanz

José de Calasanz Sch.

P.

fue un sacerdote, pedagogo y santo español, fundador de la primera escuela cristiana popular de Europa, nació en Peralta de la Sal, Reino de Aragón, el 11 de septiembre de 1557 y murió en Roma, el 25 de agosto de 1648.

Biografía

José de Calasanz nació en Peralta de la Sal, un pequeño pueblo situado en el Reino de Aragón, actual provincia de Huesca, en el año 1557.

José era hijo de Pedro de Calasanz (alcalde del pueblo) y de María Gastón.

Fue el segundo de siete hermanos.

Con doce años, José dejó su pueblo y marchó a estudiar a Estadilla, a unos 20 km de ahí.

Realizó sus estudios humanísticos en el colegio de los padres Trinitarios, una escuela de latín.

José era un joven estudioso, responsable, generoso y con una gran simpatía personal, que le permitía tener muchos amigos entre sus compañeros de estudios.

Cuando cumplió los catorce años, José de Calasanz manifestó la decisión de hacerse sacerdote.

Su entrega, su generosidad, su anhelo por ayudar a los demás, iban unidos a una fuerte y vivencial fe en Dios, aumentada por el ejemplo y la educación recibida por parte de su familia.

Cursó filosofía y derecho canónico en la Universidad de Lérida (1571-1576) y teología en la Universidad de Valencia (1578-1579) y en la de Alcalá de Henares.

En un primer momento no contó con la aprobación paterna, ya que habiendo muerto su hermano mayor, su padre pensaba que José habría de encargarse de la administración de las propiedades de la familia.

Fue ordenado sacerdote en el 1583, a los 25 años.

Aconsejado por el obispo de Urgell, Andrés Capilla, Calasanz viajó a Roma en 1592.

Antes de cumplir los 6 años de su estadía en Roma, el río Tíber desbordó provocando la más catastrófica inundación del siglo.

Como resultado de esta hubo más de dos mil muertos, y centenares de familias pobres quedaron sin techo ni alimentos.

Calasanz, con gran integridad, trabajó infatigablemente en la operación de ayuda a los afectados.

Se integró en una cofradía, grupo de personas que se dedicaban a ayudar a los enfermos, y comienza a recorrer los barrios.

Le impactó ver tantos niños sin escuela por falta de medios económicos y comenzó a idear la creación de una escuela gratuita abierta a todos los niños, especialmente a los más necesitados.

Propuso su idea a las autoridades eclesiásticas y a gente cristiana rica.

Sin embargo, todos la rechazaron.

Calasanz no se desanimó y decidió lanzarse solo a la aventura.

Pidió una vieja sacristía en una parroquia de un barrio pobre de Roma, y así, en la parroquia de Santa Dorotea, comenzó en 1597 la primera escuela gratuita de Europa.

Los alumnos, pocos en un principio, no contaban con recursos para comprar el material escolar.

Calasanz utilizó para esto el poco dinero que recibió de su trabajo con el cardenal de Colonna.

Con la ayuda de otros profesores jóvenes, a los cuales contagió su entusiasmo, Calasanz dedicó desde aquel momento toda su vida a una misma idea: abrir las puertas de las escuelas a todos.

Murió a los 91 años el 25 de agosto de 1648 en Roma.

Obra

San José de Calasanz es uno de los precursores de la pedagogía moderna, aunque no compuso una obra estrictamente monográfica sobre ese tema, sino que esparció su teoría sobre la educación en diversas cartas, reglamentos y escritos de carácter práctico.

Creó, organizó y sistematizó la enseñanza escolar graduada por niveles y ciclos en la enseñanza primaria y una cierta formación profesional.

Aunque a veces había una clase de párvulos, en general la escolarización se iniciaba a partir de los seis años de edad, pasando sucesivamente por nueve clases graduadas en orden decreciente.

En la novena clase, los niños iniciaban la lectura con métodos silábicos y grandes cartelones que permitían una enseñanza colectiva.

En la octava clase se enseñaba a leer de corrido.

Los alumnos hacían lecturas individuales con el maestro y se corregían entre ellos.

Las clases duraban dos horas y media por la mañana y otro tanto por la tarde.

Cada cuatro meses se hacía un examen general en todas las escuelas.

Si la evaluación era positiva, el alumno era admitido en la clase superior.

Los maestros debían llevar tres libros de registro: el de matrícula, el de asistencia y el de calificaciones.

Debían preparar previamente sus clases y estar en sus puestos antes de la llegada de los alumnos.

Terminadas las clases, los maestros acompañaban a sus alumnos hasta sus casas.

Los alumnos aprendían a leer indistintamente en latín y en lengua vernácula.

Calasanz mantuvo el latín, pero fue un gran defensor de la lengua vernácula, y en ella estaban escritos los libros escolares, incluso los destinados a la enseñanza del latín.

En este aspecto, era más avanzado que otros autores de la época, entre ellos Comenio, que pasaba por ser el gran defensor de la lengua nacional, pero que escribió sus libros en latín.

En la clase sexta, los alumnos tenían ya un buen dominio de la lectura, de manera que al llegar a la clase quinta eran repartidos en dos secciones: una primera sección de matemáticas destinada a los alumnos que querían aprender un oficio, y una segunda de gramática para aquellos que querían proseguir estudios de letras.

Los alumnos de ambas secciones seguían en común clases de escritura, en las que se hacía especialmente hincapié en la caligrafía.

Actualmente, las llamadas Escuelas Pías, fundadas por Calasanz, se encuentran en todo el mundo.

Los escolapios tienen colegios en África, localizados en Camerún, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Gabón y Senegal.

En América: Costa Rica, Nicaragua, México, Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Estados Unidos, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Venezuela.

En Asia tienen colegios en Filipinas, Japón e India, y en Europa: Austria, Eslovaquia, España, Francia, Hungría, Italia, Polonia y República Checa.

Varias Congregaciones religiosas siguen actualmente su carisma, entre ellas las Escolapias, fundadas por Paula Montal, las Calasancias, Hermanas de las Escuelas Cristianas de Vorselaar, Instituto Cavanis, Instituto Provolo, Padres de Timón David, Kalazantiner, Congregación de las Hijas Pobres de San José de Calasanz, esta última fundada por la recién beatificada Celestina Donati.

Notas

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