María Josefa Sancho de Guerra, cuyo nombre religioso era María Josefa del Corazón de Jesús ( Vitoria, 7 de septiembre de 1842 - † Bilbao, 20 de marzo de 1912 ), fue una religiosa española, fundadora del Instituto de las Siervas de Jesús de la Caridad y declarada santa por la Iglesia Católica en el año 2000.
Nació en 1842 en la ciudad de Vitoria ( País Vasco, España ).Con 7 años quedó huérfana de padre y vivió durante unos años en casa de unos familiares en Madrid.A los 18 sintió la vocación religiosa y finalmente ingresó como monja en el Instituto de las Siervas de María, tomando el nombre religioso de María Josefa del Corazón de María
En 1871 funda en Bilbao, junto con otras compañeras que habían salido del Instituto de las Siervas de María, el Instituto de las Siervas de Jesús, del que sería superiora durante los 41 años siguientes.Esta nueva institución tenía como finalidad la asistencia a los enfermos en los hospitales y en sus domicilios, de los ancianos, los niños y los desamparados.La institución fue creciendo desde su primera casa abierta en Bilbao en 1871, de tal forma que cuando María Josefa falleció en 1912 eran 43 las casas fundadas y un millar las religiosas de la institución.Hoy en día se halla extendida a 16 países y posee casi 100 casas.
VIRTUDES DE LA MADRE ORGANISMO SOBRENATURAL Y TESTAMENTO DE LA MADRE Mª JOSEFA DEL CORAZÓN DE JESÚS
La vida sobrenatural de la Madre es algo extraordinario, que se encuentra en una gran santa que no ha buscado la gloria propia, sino, la mayor gloria de Dios y el bien de los más vulnerables de la humanidad y de manera muy especial de la sociedad Española, en donde nace y ejerce la misión dada por Dios, al igual que un día, la dio a su siervo Moisés, haz la misión en la tierra que te dio vida y libera a mi pueblo que está siendo oprimido por el yugo explotar del dolor.Es allí donde esta gran mujer comienza una misión ajena a la que muchos esperaban y da inicio a la gran obra que estará presente en los lugares escondidos del mundo para “Dar vida y darla en abundancia” La FE es un don especial que Dios concede de manera particular a aquellos que le buscan con corazón sincero y bueno, también a los que se la piden con grande constancia y amor.Ella desde muy niña abrió su corazón para que fuese habitado por el Señor y nunca más permitió que el Huésped del alma abandonara ese lugar, puesto que ella cumplía en su vida con lo que Jesús decía “Si alguno abre la puerta, entrare en él y cenare con él”, nunca más cerró la puerta de su corazón y de su vida la dejo para siempre abierta y era por este simple motivo que decía: “Que no necesitaba ir a Tierra Santa para comprobar su fe”, es ahí donde se puede decir como un gran autor lo refiere en uno de sus libros: “Lo esencial es invisible a los ojos, solo se ve con el corazón” y no solo la vivía en la intimidad con El Señor sino que la trasmitía, de manera gozosa a las personas que la rodeaban e insistía que la fe los hace nuevos y mejores acogedores de los santos misterios de Cristo Nuestro Señor.Tenía en su vida una inmensa devoción al Sagrado corazón a quien le atribuía de manera directa la fundación de la Congregación de las RR Siervas de Jesús de la Caridad, pues decía que él ha acompañado la obra desde los inicios, en el mismo momento que le inspiro a ella para que fundara.Es evidente que quien ama al Hijo, también ama a la Madre y es por esto que tenía también una grande y firme devoción a la Madre del Señor, a quien consideraba también como Madre suya y a quien imito en la práctica de las virtudes especialmente en el deseo de vivir olvidadas del mundo y acogidas por la gracia de Dios, la Virgen en su casita de Nazaret y la Madre Mª Josefa en el silencio de una ciudad, llena de ruidos pero donde no se dan cuenta que una gran santa está forjando cada día su vida de perfeccionamiento para poder cumplir con el mandato divino: “Sed santos como vuestro Padre del cielo es Santo”.Ella admiraba la vida de los Santos, esas personas que al igual que ella buscaban la gloria de Dios a costa de su propia vida si era necesario, pero con la certeza de que la vida no se pierde en lo efímero sino que en el amor y el sacrificio se encuentra la gran respuesta a las cosas que Jesús proclamaba e invitaba a practicar, para poder encontrar la amistad con el Dios de Abraham, Jacob, Moisés y otros más que le acompañaron en la historia de la salvación.La sagrada Eucaristía era el principio y culmen de su vida, por consiguiente se podría afirmar que era la que movía y motivaba su día a día; esto lo manifestaba al decir que ella iniciaba su preparación para la Eucaristía en el momento mismo que terminaba de celebrar esta; la vida de Santidad siempre estará enraizada en lo principal en el alimento que dura para la vida eterna y como Jesús de Nazaret le dijo a la mujer Samaritana: “Si bebes del agua que Yo te daré, no tendrás nunca más sed”, y esta agua es la que ella bebía para mantenerse firme en el seguimiento radical del que la reto de una vez y para siempre.Las virtudes fueron un motor especial en su vida puesto que le ayudaban a acercarse a su Maestro, para poder estar con Él en todos los momentos, una de ellas era la Esperanza la cual le mantenía firme en la fe, con la certeza de que Dios siempre actúa en el momento indicado, y como lo refería el mismo apóstol de los gentiles Pablo de Tarso: “Esta no se consigue por méritos propios sino con el auxilio que Cristo nos ha prometido”, por eso la Madre Mª Josefa tenia plena confianza, la cual es la base para poseer la Esperanza en la providencia de Dios, el cual cumple lo que promete y le ha cumplido al darle la corona merecida por su fidelidad en el hacer producir los talentos adquiridos.
Siempre tuvo en cuenta lo que refería el Salmista al decir: “Mira qué bello es vivir los hermanos unidos”, y por esto era que la Madre de las Siervas de Jesús, les motivaba para que sus comunidades fueran un cielo anticipado, donde cada una se amara y se respetara como Hermanas y así pudieran tolerarse mutuamente ayudándose en todo lo que la caridad les inspire sin guardarse ningún detalle, siendo prontas en el servicio, ya que cuando esta vida de comunidad no es buena, tampoco puede ser bueno lo que se realizará en el apostolado pues somos un gran reflejo de lo que se vive juntas y no se puede dar más de lo que se posee pues como dicen “De la abundancia del corazón habla la boca”, era ella constante en repetir estas cosa para lograr hacer eco en el corazón de sus hijas a las cuales amaba profundamente y ponía a cada una en particular en el corazón del Dueño y Guardián del Sagrario.Es de gran importancia resaltar que su corazón abarcaba el mundo entero y es por esto que estaba atenta a las necesidades del mundo, siendo pronta a ayudar con su oración y con la atención a los más necesitados, como son los enfermos, los cuales son y serán un peso para la sociedad que los rechaza, para poder hacer todo esto es necesario estar mucho tiempo de rodillas ante el Señor Sacramentado, El único que da fuerza y valentía para afrontar los retos que la sociedad supone en un momento determinado, el corazón de la Madre es extenso en amor y no deja pasar detalles, porque el que ama no escatima detalle sino que corresponde al amado con todo lo que posee y se da sin reservas para hacerle feliz sin importar sacrificios.Para concluir se podría afirmar que la Madre es un reflejo grande del amor misericordioso de Dios el cual, se hace Pobre siendo Rico, Esclavo siendo Libre y no se guarda para sí, sino que va a las ovejas descarriadas de Israel para atraerlas hacia él y anunciarles la buena nueva.
La causa de canonización de María Josefa Sancho comenzó en 1951, siendo declarada beata en 1992.En el año 2000, el Papa Juan Pablo II la declaró finalmente santa.
Hay una plaza dedicada a la santa en el barrio de San Ignacio de Bilbao.También posee una calle en su honor en la ciudad de Vitoria (Calle Fundadora de las Siervas de Jesús) y un pequeño museo en la calle Herrería donde nació.